MUSEU PICASSO, 50 AÑOS EN BARCELONA. LOS ORÍGENES

09/03/2013


 

 
 
Colocación de la placa del Museu. Año 1963. Imagen perteneciente al fondo documental del Museu Picasso de Barcelona. Fotografía de Hernández.

 

El Museu Picasso de Barcelona celebra hoy el 50 aniversario de su creación. Por este motivo, se presentan tres exposiciones de carácter documental que dan testimonio de sus signos de identidad: la génesis, el proceso de formación de la colección y las exposiciones temporales realizadas. Las tres muestras se irán sucediendo en el tiempo, una tras otra, como piezas de una sola narración.

Además de las tres exposiciones, que se sucederán durante todo el año, han sido organizadas unas actividades entre las que destaca la jornada de puertas abiertas que tendrá lugar hoy, fecha de la inauguración, y que contará con la participación de los miembros del equipo del Museu Picasso de Barcelona, que ofrecerán al público una visión personal de sus obras preferidas de la colección. Serán los visitantes los que inauguren El Museu Picasso, 50 Años en Barcelona. Los Orígenes, la primera de las muestras organizadas para la ocasión.

El Museu Picasso de Barcelona es, posiblemente, el signo más evidente del vínculo afectivo del artista malagueño con la Ciudad Condal. Creado por deseo de Pablo Picasso, es fruto de la convergencia de los esfuerzos y las voluntades de una colectividad; en primer lugar, de su secretario personal y gran amigo Jaume Sabartés, pero también de su esposa Jacqueline Picasso, de la sociedad barcelonesa que tanto admiraba la figura de Picasso y del Ayuntamiento de Barcelona, que en pleno franquismo actuó con la discreción necesaria para hacer realidad el sueño del artista: un museo monográfico en la ciudad que tanto amaba.

Para narrar esta historia a través de los documentos, la muestra se ha concebido en tres ámbitos: el vínculo de Picasso con Barcelona, el proceso de gestación del museo y el proceso de constitución del museo.

 

 
 
Panorámica de la calle Montcada. 26 de enero de 1957. Fondo Jaume Sabartés perteneciente al Museu Picasso de Barcelona. Fotografía de autor desconocido.

 

Las relaciones entre Pablo Picasso y Barcelona se inician a finales del siglo XIX y se mantienen vivas hasta su muerte. Barcelona supone un punto importante en la vida de Picasso, no solo en su periodo de formación, sino también en su revelación como artista. Picasso, malagueño de nacimiento, llega a Barcelona en el año 1895 con su familia y permanece en la ciudad hasta 1904.

El artista vive en la Barcelona vieja, en el barrio de la Ribera y sus alrededores. Durante estos años Picasso crea un círculo artístico y de amistades que mantendrá para siempre y que le vinculará definitivamente a la ciudad. En abril del año 1904 se traslada definitivamente a París, pero mantiene el vínculo con Barcelona haciendo estancias para visitar a los amigos y ver a la familia, que continuó viviendo en Barcelona, donando obras a la ciudad y presentando dos exposiciones monográficas en la organización de las cuales también participa.

Entre los amigos de juventud de Pablo Picasso en Barcelona destaca uno: Jaume Sabartés. Picasso conoce a Sabartés en el año 1899. Pronto se hace evidente la buena sintonía que hay entre los dos, y es así como inician una relación de amistad, complicidad y admiración mutua que durará toda la vida. En el año 1935, Sabartés, tras un periplo por América, fija su residencia en París y se convierte en el secretario personal del artista y en su compañero inseparable. Una prueba de la afinidad y el afecto entre Sabartés y Picasso son los retratos, pintados o escritos, que el artista hace de Sabartés a lo largo de su vida. Después de la muerte de Sabartés, Picasso regala al museo un ejemplar dedicado a su amigo de todos los grabados que realiza a partir de aquel momento, como por otro lado había hecho en vida de Sabartés. La complicidad entre ambos amigos permite a Sabartés conocer bien al artista. Esta relación hace que Sabartés se convierta en su biógrafo más personal, con unos cuantos libros de memorias, entre los que destaca Picasso. Retratos y Recuerdos.

Hacia mediados de los 50 toma fuerza un reencuentro mutuo entre Barcelona y Picasso. A raíz de una de las visitas de Sabartés a Barcelona, en la que coincide con los amigos y los admiradores del artista, Sabartés acompaña a un grupo de barceloneses a visitar a Picasso en Francia. De este modo se retoman, en el ámbito colectivo, unas relaciones que en el ámbito familiar o en el círculo de amigos no se habían interrumpido nunca. Son muchos los amigos y los entusiastas que se reencuentran con el artista y que le evocan los recuerdos de Barcelona. Picasso intensifica las donaciones a la ciudad y en su obra Barcelona vuelve a hacerse presente.

 

 
 
El alcalde Josep Maria Porcioles, acompañado del concejal Josep Blajot y del director de los Museos de Arte de Barcelona, Joan Ainaud de Lasarte, en la inauguración del Museu. 9 de marzo del año 1963. Fondo documental del Museu Picasso de Barcelona. Fotografía de Suárez.

 

El nacimiento de la calle Montcada, en el siglo XII, dio lugar a la aparición progresiva del barrio de la Ribera, uno de los núcleos urbanos de mayor importancia histórica y patrimonial de la ciudad de Barcelona. La zona fue creciendo hasta llegar a tener un gran esplendor, pero hacia 1900 empezó a entrar en franca decadencia.

En los años 30 un grupo de personalidades se reunió bajo el nombre de Amigos de la Calle de Montcada con la intención de animar al Ayuntamiento de Barcelona a recuperar el barrio. El consistorio fue muy receptivo y restauró unas cuantas fachadas, y en 1953 compró el palacio Berenguer d'Aguilar para rehabilitarlo y dedicarlo a actividades de interés público. En el año 1960, Sabartés, a propuesta del Ayuntamiento, escogió este palacio para instalar el Museu Picasso, ya que se encontraba en el mismísimo centro de la Ribera, el barrio que evoca la Barcelona de Picasso y donde el artista vivió entre los años 1895 y 1904.

El notario barcelonés Raimon Noguera, enterado de que Sabartés quería donar su colección de obras de Picasso a la ciudad para crear un futuro museo dedicado al artista y con el apoyo del director de los Museos de Arte de Barcelona, Joan Ainaud de Lasarte, encabezó un grupo de personas de distintas ideologías para presentar el proyecto a las autoridades políticas de forma oficiosa y prudente. En una cena en el Hotel Ritz, Noguera y Ainaud, acompañados del resto de personalidades, expusieron la idea a Josep Maria Porcioles, alcalde de Barcelona en aquella época. El alcalde aceptó la propuesta y se comprometió a buscar votos favorables entre los compañeros del consistorio. De este modo, Porcioles, con la discreción que requería el momento, lideró un proceso que concluyó con la creación del Museu Picasso.

El 27 de julio del año 1960, por acuerdo municipal, quedaba constituido el museo monográfico "Pablo Ruiz Picasso". El mismo año se iniciaban las obras de rehabilitación del palacio Berenguer de Aguilar para albergar el Museu. Las obras fueron muy costosas y largas, y fueron supervisadas desde Francia por Picasso. El 9 de marzo del año 1963, sin autoridades políticas y con la discreción necesaria que requería el momento, se abría la exposición de la colección que Jaume Sabartés había donado a la ciudad.

Tras la muerte de Jaume Sabartés, el 13 de febrero de 1968, Picasso siguió ampliando la colección del museo para honrar la memoria de su querido amigo. Con la muerte de Pablo Picasso, el 8 de abril de 1973, aunque el museo siguió creciendo, puede darse por cerrada la génesis del Museu Picasso de Barcelona. Para dar cabida a esta colección, el Ayuntamiento de Barcelona rehabilitó el edificio contiguo, el palacio Barón de Castellet.

 

 
 
Obras de rehabilitación del palacio Barón de Castellet. 28 de octubre de 1970. Museu Picasso de Barcelona. Fotografía de autor desconocido.

 

Del 9 de marzo al 9 de junio de 2013 en el Museu Picasso de Barcelona (Montcada, 15-23)
Horario: martes a domingo, de 10:00 a 20:00 horas; lunes no festivos, cerrado.

 

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