LA SUITE SUBASTAS. SUBASTA DE DICIEMBRE 2020

Con información de Jesús María Parrado del Olmo, Alberto Velasco y Antoni José i Pitarch (12/12/2020)


 

La próxima subasta de La Suite (Conde de Salvatierra 8-Bajo, Barcelona) comprende dos sesiones, ambas a partir de las 18:00 horas: la primera, titulada "De Europa y del Nuevo Mundo. II", tendrá lugar el martes 15 de diciembre y comprenderá artes decorativas, destacando valiosos lotes de escultura, pintura y orfebrería sacra europeas y novohispanas, especialmente piezas de imaginería realizadas en los territorios de España y la actual Latinoamérica; respecto a la segunda, titulada "Art Nouveau y Post Impresionismo Francés", se celebrará el 16 de diciembre y se ocupará de lotes relativos a ambos estilos, con piezas de célebres artistas como Matisse, Dora Maar, Moreau, Lalique o Tiffany. Las piezas a subasta se hallan expuestas hasta el 15 de diciembre. El horario de sala (lunes a sábado) es de 10:00 a 14:00 y de 17:00 a 20:00 horas.

 

 

Cristóbal Ramos

Aunque figure como atribución, no cabe duda la adscripción de esta figura de San Antonio Abad a la extensa producción del escultor e imaginero sevillano, tanto por su morfología, como por la técnica empleada en su ejecución a base de terracota y telas encoladas y policromadas. Mide 71,5 cm de altura, siendo una de las numerosas piezas salidas del taller de Cristóbal Ramos con destino a conventos u oratorios privados, en su gran mayoría para el antiguo Reino de Sevilla. Casa también su datación en torno a 1760 y 1770. Escultura interesante dentro de la trayectoria de Ramos por el mérito de su avejentado rostro y la inestable silueta en contraposto.

 

 

Gil de Siloé

Escultura en madera tallada, dorada y policromada. Posiblemente se trata de Santa María Magdalena. Guarda gran semejanza con la Santa Ana Triplex realizada por Gil de Siloé para el retablo de la capilla de los Condestables de la Catedral de Burgos. Las similitudes con el modelo utilizado para la Virgen Niña se aprecian en los rasgos de los ojos, la nariz larga y delgada, en el gesto de la boca y el dibujo de los labios. En lo que se refiere al tratamiento del cabello, al tocado a modo de diadema y a los ropajes, es comparable a la Santa Catalina que se encuentra en el mencionado retablo datado hacia 1500. Un tercer ejemplo comparativo es la Santa Bárbara del retablo de la Cartuja de Miraflores en Burgos. Mide 123 cm de altura.

 

 

Alejo de Vahía

Este San Juan Bautista, en madera tallada sin policromar (45 x 32 x 18 cm sin peana), ha sido representado como es costumbre, barbado y de largos cabellos, portando en su mano izquierda el libro de las Sagradas Escrituras en las que aparece su atributo, el cordero. Imágenes de referencia serían el San Juan Bautista del Museu Marès, el San Onofre del Museo Nacional de Escultura o el San Juan Bautista, que procedente de la Cofradía de San Juan Bautista, se encuentra en la Real Cofradía del Santo Sepulcro de Palencia.

 

 

Arnao de Bruselas

La interpretación de esta Virgen con el Niño, de 95 cm de altura, es indudablemente de Arnao de Bruselas, gran escultor del Renacimiento español, a través de las similitudes estilísticas y tipológicas con otras figuras femeninas e interpretaciones de infantes que aparecen en su obra. La forma de disponer la toca, dejando libres unos mechoncillos, suele ser la utilizada por el escultor en interpretaciones como la Virgen del relieve de la Adoración de los Magos del retablo de Alberite o la Virgen de la Adoración de los Pastores del retablo de Ábalos. De igual manera, aparecen relaciones con algunas imágenes del retablo de Santa María del Palacio de Logroño, caso de la Virgen de la Adoración de los Pastores o la del grupo de la Visitación, cuyo perfil es similar al de esta Virgen con el Niño, con nariz recta y barbilla apuntada. También es similar la caída de los ropajes hacia los pies. En la Visitación del retablo de Logroño se encuentra equivalencias similares. Aún son más cercanas las similitudes en el tipo del Niño con otras interpretaciones de infantes realizadas por Arnao de Bruselas. Su cabeza redondeada, con bucles aplastados y un mechoncillo adelantado sobre la frente, así como el tipo fornido de la anatomía se aprecian en los ángeles que rodean la Asunción del citado retablo de Alberite, sobre todo el que toca un cuerno. Así mismo, los niños desnudos situados sobre bustos de santos en el retablo de Santa María del Palacio, son prácticamente iguales al Niño de esta Virgen. También los niños que acompañan al relieve de la Caridad del mismo retablo. La policromía es propia del segundo cuarto del siglo XVI, puesto que no aparecen labores a punta de pincel, ni siquiera rameados, que se imponen ya en el tercer cuarto de siglo. Esto nos puede permitir fecharla hacia 1550, si también se tienen en cuenta las semejanzas de la talla de la escultura con los citados retablos de Alberite y Santa María del Palacio.

 

 

Pedro Laboria

Escultura en madera tallada y policromada que representa a San José con el Niño. Mide 86 cm de altura. Atribuida al escultor nacido en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) hacia 1700. Treinta y ocho años después se afincó en Bogotá, donde falleció en 1770 tras llevó a cabo una importante labor escultórica para la capital de Colombia (por entonces el Nuevo Reino de Granada) y otras localidades del territorio como Tunja. Obra de gran movimiento barroco, como es habitual en Laboria, cuyo estilo de raigambre andaluza dejó honda huella entre los escultores locales novohispanos del siglo XVIII.

 

 

Felipe Bigarny

En realidad, es difícil adscribirla a un maestro determinado. Debió formar parte de un banco de retablo o bien estar adosada a una hornacina plana, como se demuestra por la forma plana de la parte posterior y las escasas dimensiones de profundidad que tiene. Normalmente en las esculturas españolas de retablos que van en hornacinas no se talla la parte posterior porque no van a ser vistas, pero sí se esculpen los laterales para que mantengan la impresión de bulto redondo si se contemplan desde un lateral. Únicamente se deja excavada la parte posterior. En cambio, esta escultura es en rigor un altorrelieve, tanto por la escasa profundidad de la misma, como por la comentada planitud de la parte posterior. La figura presenta elementos arcaicos dentro del siglo XVI, tanto por la forma de resolver la cabeza, con un rostro alargado y una barba serpenteante, como por lo sumario de la talla del plegado de la misma. Hay recuerdos bigarnistas, sumados a una asimilación superficial de ciertos elementos de la estética siloesca. Por lo tanto, este San Bartolomé es una obra burgalesa del primer tercio del XVI, de un maestro desconocido del círculo de Bigarny. Mide 83 x 34 x 18 cm.

 

 

Manuel Chili (Caspicara)

Este Calvario con la Virgen María, San Juan Evangelista y Santa María Magdalena es un grupo escultórico en madera tallada, dorada y policromada de dimensiones muy reducidas, cuya altura máxima alcanza los 22 cm. El conjunto presenta evidentes paralelismos con el Calvario que se encuentra en la colección del Museo del Banco Central del Ecuador, obra de uno de los mejores escultores de la escuela quiteña del siglo XVIII.

 

 

Diego de Siloé

Este grupo de Santa Ana, la Virgen y el Niño, labrado en bulto redondo, en alabastro con restos de policromía dorada y de pequeñas dimensiones (59 cm de altura), formó parte seguramente de una capilla particular. Sus características técnicas y de ejecución remiten a las tipologías escultóricas castellanas del primer tercio del siglo XVI, específicamente a las desarrolladas en la Catedral de Burgos y su entorno, como la Cartuja de Miraflores. Es en este contexto geográfico y cronológico donde debe situarse esta talla de hacia 1520-1525, sobre todo si se contempla en relación con los retablos de la Purificación y de Santa Ana de la capilla de los Condestables de la catedral burgalesa, especialmente las escenas relacionadas con las atribuidas a Diego de Siloé: Cristo muerto entre ángeles, las santas Magdalena, Perpetua y Marina o Margarita; la Visitación, la Purificación de la Virgen y Presentación del Niño al Templo y las figuras de los Evangelistas Marcos, Juan y Lucas.

 

 

Escuela mexicana

Esculturas como la de este Cristo crucificado del siglo XVII de influencia indígena estaban hechas con caña de maíz seca y molida mezclada con la goma de orquídeas o plantas venenosas para evitar plagas. El resultado era una escultura ligera, manejable y de gran duración. La estructura interna se hacía generalmente con la cañeja del maíz con la que se le daba forma al cuerpo y las extremidades. Mide 87 x 64 cm.

 

 

Escuela peruana

Esta magnífica escultura del siglo XVIII nos presenta a uno de los tres arcángeles, San Miguel, vencedor del demonio y príncipe guerrero de la milicia angélica. Se halla representado según la más habitual iconografía, que se nutre básicamente del Apocalipsis, con coraza y armado con espada y escudo. A sus pies, el demonio al que vence representado por una figura grotesca. Magnífico trabajo escultórico y de policromía, la postura del santo apoyado únicamente sobre un pie que pisa al demonio, dota de elegancia, movimiento y vida a la escultura. San Miguel viste túnica de mangas cortas sobre la que porta una coraza, debajo de ésta sale un corto faldón con decoración a pincel que deja al descubierto, muy al gusto barroco, ambas piernas. Calza unas medias botas que dejan al descubierto los dedos de los pies. Se aprecia el interés del escultor por el estudio de la anatomía así por el movimiento de las telas, ya que éstas ondean y se separan del cuerpo La escultura se apoya sobre su peana en madera policromada y dorada original. La altura con la peana es de 79 cm.

 

 

Miguel Cabrera

Óleo sobre cobre de San Juan de Dios (47 x 37 cm), firmado, fechado en 1749 y situado en México. El marco es de madera con aplicaciones en plata repujada y cincelada. Cabrera fue uno de los pintores de más renombre en el ámbito de la pintura novohispana. Poco se sabe de su juventud. Las primeras noticias son de 1739, año de su matrimonio con Ana María Solano. Sabemos de su paso por el taller de Juan Correa en la capital del Virreinato. El arzobispo Rubio Salinas fue protector de Cabrera, a quién nombró su pintor de cámara. Fue también pintor de la Compañía de Jesús, para cuyas iglesias realizó numerosas obras. En 1953 fue nombrado presidente vitalicio de la Academia de San Carlos. Su obra se conserva en muchas iglesias y conventos de México. Dos de sus imágenes de la Virgen de Guadalupe se encuentran en los Museos Vaticanos. Otra, realizada en 1756 para el templo de San Francisco Javier, se conserva en el Museo Nacional del Virreinato.

 

 

Manuel Caro

Este artista mexicano (1752-1820) procede de una dinastía de pintores, formada por su padre Antonio, su hermano Mariano, y su abuelo José Caro de Ayala. No existe mucha información sobre Manuel Caro, y su obra es difícil de encontrar. Entre las piezas localizadas destacan las pinturas de la historia de la Virgen de Ocotlán en la basílica del mismo nombre de Tlaxcla, la obra "Beato Francisco de Jerónimo" del Museo de la Casa de los Muñecos y una "Virgen de Guadalupe" en el templo de San Jerónimo en Puebla. Esta Santísima Trinidad, pintada al óleo sobre tela y firmada, mide 57 x 44 cm.

 

 

Maestro de Astorga

Esta Crucifixión pintada al temple sobre tabla (153 x 110 cm) guarda gran similitud con la "Crucifixión" del Maestro de Astorga que se conserva en el Museo del Prado y con la escena del Calvario del retablo de San Miguel o de la Pasión de la Catedral de Astorga. Esta obra procede de importación, por lo que no necesita permiso de exportación, lo que ha despertado gran polémica. Fue realizada entre 1510 y 1530.

 

 

Pedro García de Benabarre

Calvario pintado al temple sobre tabla hacia 1456-1458. Mide 90 x 70 cm. Se trata de una pieza incluida en el catálogo de Patrimonio Cultural Catalán, y por tanto, inexportable. Su autor, un pintor nacido en la localidad de Benabarre (Huesca), es una de las personalidades artísticas más destacadas del último gótico en Aragón y Cataluña. Se le conoce también como Pere García de Benavarre y estuvo activo entre 1445 y 1485.

 

 

Angelino Medoro

Obra realizada en el Virreinato del Perú a finales del siglo XVI. Lleva por título La Virgen con el Niño y San Juanito y fue pintada al óleo sobre cobre (19,8 x 15 cm). De origen napolitano, Angelino Medoro (1567-1631) se trasladó al referido Virreinato, después de pasar por Colombia y Ecuador, llevando a cabo una actividad pictórica que tuvo gran influencia en el arte de este territorio y, en particular, en la escuela cuzqueña. Sus últimos diez años los pasó en Sevilla, ciudad donde falleció y donde tuvo lugar su formación juvenil desde 1587 antes de embarcarse hacia lo que hoy son los territorios de Latinoamérica.

 

 

Sebastián Salcedo

En el margen inferior de este Ecce Homo, pintado al óleo sobre cobre (42,5 x 27 cm) y firmado por su autor, aparece una leyenda que indica la concesión de ochenta días de indulgencia por rezar ante esta imagen concedida por don Alonso Núñez de Haro y Peralta, eclesiástico español, arzobispo de México desde el 12 de septiembre de 1772 hasta su muerte, y Virrey de la Nueva España desde el 8 de mayo de 1787 hasta el 16 de agosto de 1787. De hecho, Salcedo fue un artista activo durante el último tercio del siglo XVIII.

 

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