MUSEO DE LA CATEDRAL DE BADAJOZ. LA PIEZA INVITADA

01/06/2021


 

 

Zafra-Río Bodión es la comarca de la provincia de Badajoz presente este mes de junio en la sala La Pieza Invitada del Museo de la Catedral de Badajoz. Por un lado, tenemos el conocido como Cáliz rico de Zafra, y por otro un óleo sobre lienzo titulado Los tontos del circo, propiedad del Museo de Bellas Artes de Badajoz (MUBA), de Alejandro Tinoco, pintor de Los Santos de Maimona.

Conservado en la Parroquia de Nuestra Señora de la Candelaria, el Cáliz rico de Zafra (imagen superior) es una pieza en plata dorada, cincelada, repujada y grabada, con piedras semipreciosas engarzadas a cabujón. Mide 25,5 x 15,5 x 9,5 cm. Carece de marcas. En una inscripción de la base del pie figura el año de 1573 y el comitente, el licenciado García de Paz. El cáliz ha sido atribuido al platero zafrense Pedro Hernández.

Durante la segunda mitad del siglo XVI discurre la vida clerical de García de Paz en el templo de la Candelaria, del que fue cura de almas o párroco que tenía encomendado cuidar, instruir y administrar los sacramentos a su feligresía. Para la liturgia de la consagración en la Misa debió encargar, en 1573, este vaso sagrado de plata sobredorada, con el deseo de que, tras pasar por las manos de sus tres sobrinos clérigos, se entregase a la iglesia de Zafra. García de Paz cuenta, en su testamento fechado en 1596, que el cáliz estaba entonces en poder de su sobrino Francisco de Andrada, cura asimismo de la Candelaria, que tomó posesión como primer Abad de la Colegial insigne en 1613, para ser consagrado como tal al año siguiente.

El Cáliz rico es una obra del primer renacimiento o plateresco profusamente decorada en la que se entremezclan motivos clásicos, aparentemente paganizantes, con imágenes cristianas, evidenciando un profundo simbolismo eucarístico y devocional. En el pie trilobulado van relieves alusivos a la entrega de la sangre de Jesús en su ciclo pasionista -la Flagelación, el Camino del Calvario y la Piedad-, entre cartelas ondulantes y caballitos alados. El astil lleva ángeles músicos y un nudo arquitectónico, hexagonal, formado por un templete con hornacinas entre estípites antropomorfos viriles u orden atlántico. En las hornacinas aparecen las imágenes de los santos Pedro, Pablo, Santiago, los Juanes Bautista y Evangelista y Felipe, identificado también con Bartolomé. Por encima, tres figuras acurrucadas y otras tantas volutas sostienen la copa, cuyo liso borde contrasta con la abultada y ornada subcopa. Lleva ésta cueros recortados y querubines entre estípites antropomorfos femeninos u orden paranínfico, un friso de cabujones con piedras semipreciosas y una crestería de roleos.

La atribución a Pedro Hernández (hacia 1528-1596) se basa en similitudes estilísticas con las cruces parroquiales de Villalba de los Barros, Valencia del Ventoso y Valencia del Mombuey, que realizase después de 1581. Sea como fuere estamos ante una pieza excepcional de la platería extremeña del último tercio del siglo XVI. Esta obra formó parte de la exposición "Extremadura. Fragmentos de identidad" (Don Benito, 1998).

Respecto a Los tontos del circo, su autor Alejandro Tinoco Ortiz (1912-1983), natural de Los Santos de Maimona, recibió su formación artística de la mano de su hermano Mauricio Tinoco, pintor y escultor formado en Sevilla. Alejandro residió siempre en su localidad natal, donde conjugó su creación artística con la atención al patrimonio agrícola familiar. Su pintura presenta una gran versatilidad y dominio técnico.

Los tontos del circo (detalle en la imagen inferior) muestra la evolución de su pintura con tintes impresionistas y en la que destacan la vivacidad de los personajes, así como el contraste y la fuerza de la luz. La amplia temática de la obra de Alejandro Tinoco -desde el costumbrismo hasta los retratos, pasando por las obras religiosas y las naturalezas muertas- llega a su elemento más original e identificador en sus "cazurros", expresión con la que designaba a los niños que aparecen en muchos de sus lienzos de temas infantiles.

El Museo de la Catedral de Badajoz desea ser una puerta abierta al amplio y magnífico patrimonio eclesiástico y civil del conjunto de la provincia pacense. El programa La Pieza Invitada tiene como fin dar a conocer parte de la riqueza patrimonial de la diócesis y la provincia, e invitar al público visitante a conocer el lugar en el que habitualmente se encuentra cada obra presentada. A obras procedentes de diversos edificios religiosos de la Archidiócesis de Mérida-Badajoz se suman piezas pertenecientes a artistas de toda la provincia, actualmente conservadas en la colección del MUBA. Gracias a la colaboración con la Diputación de Badajoz, La Pieza Invitada conforma una imagen panorámica de la historia artística de la provincia y de la singularidad de su patrimonio. Una oportunidad, también, para acercarnos a las pequeñas bellezas del mundo rural. 

 

 

Volver          Principal

www.lahornacina.com