Nuestra Señora de Međjugorje

Escultura de dos metros de altura que reinterpreta los modelos iconográficos creados en el taller del escultor italiano Dino Felici a partir de los testimonios de seis jóvenes croatas que manifestaron haber experimentado visiones marianas desde el año 1981 en la localidad de Međjugorje, por aquel entonces en la antigua Yugoslavia, hoy Bosnia-Herzegovina, muy cerca de la frontera con Croacia.

El modelo marmóreo de Felici muestra a la Virgen de Međjugorje, también conocida como Reina de la Paz y Madre del Redentor, como una esbelta doncella que aparece de pie sobre nubes y vestida con un atuendo sencillo que cae libremente hasta sus pies, sin estrechar su cintura, y un velo que le cubre la cabeza, los hombros y todo el cuerpo por la espaldas y los laterales. Todo ello sin ningún tipo de adorno.

El escultor e imaginero sevillano, al crear una talla policromada, se adapta a unas visiones que hablan de un velo totalmente blanco, que apenas deja ver el cabello, un vestido de tonos azul-grisáceo y unos ojos muy azules. No obstante, a diferencia del modelo de Felici, en el que la Virgen coloca su mano derecha entre el pecho y el vientre, en alusión al lugar donde se llevó a cabo la concepción de Cristo, en este caso se representa con los brazos abiertos y relajados, llevando las palmas hacia arriba y los dedos también relajados, lo que se ajusta más a lo declarado por los videntes.

Otra licencia de Navarro Arteaga es mostrar en el cuello del vestido cinco pequeñas piezas de pedrería que simbolizan los cinco mandatos dados en Međjugorje, que uno de los videntes identifica como cinco piedras por el pasaje bíblico de David y Goliat: oración, eucaristía, lectura de la Biblia, ayuno y confesión.

Esta obra será venerada en una de las capillas laterales del templo de Santa María de las Lágrimas, de Guadix (Granada), siendo encargada por la hermandad accitana de las Lágrimas con el objetivo de impulsar cada año una peregrinación a Međjugorje, donde será bendecida la próxima semana.