Entre los meses de febrero y agosto de 2014, en Ars Nova Restauraciones S.L. realizamos los trabajos de restauración de la imagen de la Virgen del Buen Suceso de la Hermandad de la Santa Caridad de Cádiz. Esta escultura, imagen de candelero del siglo XVIII, de tamaño un poco menor del natural, recibe culto en el pequeño camarín del retablo mayor de la iglesia de San Juan de Dios de la capital gaditana.

El modelo iconográfico es el de la Virgen con el Niño, y responde a las diferentes visiones que de esta advocación de María del Buen Suceso se describen: una Virgen coronada como Reina, con un cetro en su mano derecha, un báculo en ocasiones, mientras con la izquierda porta al Niño Jesús.

La escultura de la Virgen María está realizada en madera tallada en su busto y brazos, policromada en su cabeza y manos, y de candelero en el resto del cuerpo. El torso y brazos de la Virgen están realizados en una talla que se modela esbozando las formas.

La escultura del Niño Jesús, sin embargo, sí es de talla completa y está todo él encarnado. El Niño levanta su brazo derecho cuya mano se despliega con gesto de bendición; en su mano izquierda porta la Bola del Firmamento, como Señor de la Creación.

Ambas imágenes están acabadas al pulimento y llevan ojos de pasta vítrea y pestañas.

Al iniciarse los trabajos, en el conjunto se manifestaban grandes desperfectos. Presentaba repintes y destacadas pérdidas de capa polícroma y volumétrica. Igualmente mostraba una capa de suciedad superficial que reforzaba el aspecto de deterioro generalizado. La imagen de la Virgen quedaba repintada en su pecho y en sendas manos, mientras que el Niño lo era en todo su cuerpo.

Así, en la Virgen se realizaron labores de limpieza en su rostro y de eliminación de las capas de repinte en pecho y manos, recuperando la original subyacente. En la escultura del Niño, realizadas las catas de comprobación de policromías y observando la baja calidad de la superficial y siendo mejor la subyacente, se sacó a la luz la policromía original que conservaba bajo el repinte y las capas de suciedad superficiales.

Las pérdidas volumétricas eran muy destacadas: en la mano izquierda de la Virgen faltaban dos dedos y en la figura del Niño su mano izquierda mostraba pérdidas en los dedos así como en sendos pies.

La recuperación de su tejido polícromo y volumétrico fueron los capítulos más destacados y delicados de la restauración, en los que queda comprometido el resultado estético final, una vez desvanecidas las deficiencias estructurales y formales que mostraba al iniciarse los trabajos de restauración.

La peana de la escultura, realizada en madera tallada y ensamblada, es de composición airosa y diseño curvilíneo. Muestra diferentes técnicas polícromas, como marmolizado en su pequeño zócalo de arranque, dorado al agua y carmín en su cuerpo central y plateado al agua en la nube que sirve de apoyo a la imagen. Mostraba repintes y capas de suciedad, con desgastes de las diferentes técnicas polícromas.

En ella se han realizado labores de consolidación estructural, eliminación de repintes y limpieza de las técnicas polícromas así como retoque de color. El resultado es el de una peana de un barroco elegante, muy propio del siglo XVIII, colorista, y que favorece el lucimiento de la imagen por su valiente disposición, mostrándola aérea y esbelta, favoreciendo una puesta en escena elegante y casi inverosímil.