Uno de los aspectos más curiosos es que, aunque se conozcan como pinturas sobre papel de arroz, en realidad el papel no se obtenía de esta planta, sino de la médula de la Aralia Papyfera (Aralia Gigante).

Son también muy llamativos los temas tratados, que ilustran algunas de las costumbres tradicionales de la cultura china como el cultivo de la morera, las artes marciales, el procesado y consumo de opio o el cumplimiento de castigos impuestos por la justicia, por citar algunos. A todo ello hay que añadir la extraordinaria calidad artística de algunas series.

Fueron pinturas realizadas específicamente para la exportación. Realizadas para satisfacer el deseo de los viajeros occidentales de llevar de vuelta a sus hogares registros detallados de la vida y costumbres chinas. Así, llegaron junto con otros productos de exportación a través de las rutas comerciales de navegación que cubrían el Galeón de Manila o Nao de Acapulco (1565-1815) y la Real Compañía de Filipinas (1785-1830).

La exposición se completa con una selección de piezas de los fondos del Museo Nacional de Antropología estrechamente relacionados con los temas tratados en las pinturas: varios trajes de corte de la dinastía Qing, portaviandas de fibra lacada, teteras con su funda, cuencos de porcelana, objetos de escritorio, armas, un abanico y una pipa de opio. Todos ellos contribuyen a enriquecer el valor etnográfico de la exposición.

La pintura china sobre papel de arroz sigue conservando el atractivo que alimentó la curiosidad y la fascinación por la cultura china en el mundo occidental durante los siglos XVIII y XIX. Es una galería de imágenes congeladas de la China tradicional antes de la introducción de la fotografía.