Obra pictórica realizada por encargo de la comunidad de Carmelitas Descalzos del convento cordobés de San José para presidir el altar mayor del oratorio doméstico de dicho cenobio, popularmente conocido como San Cayetano por la devoción al santo italiano cuya imagen se venera en uno de sus altares.

Esta pintura del artista plástico y restaurador sevillano representa a San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Ávila en adoración perpetua al Santísimo Sacramento. El espacio central entre los santos, ambos arrodillados, queda muy despejado por figurar frente a la pintura un antiguo manifestador barroco. En la parte superior vemos al Espíritu Santo en forma de paloma con gloria de querubines.

Pieza en técnica mixta (temple acrílico, óleo, tinta, grafito y esmalte sobre tabla imprimada, pintada y barnizada) cuyas medidas son 306 x 222 cm (tres piezas exentas). El autor quiere agradecer especialmente a la comunidad sevillana de Franciscanas Pobres Clarisas por la cesión del espacio físico para su ejecución.