El conservador, restaurador y gestor de bienes culturales Julio Alcaraz ha presentado hoy en la Iglesia del Santo Ángel de la capital hispalense su última restauración, realizada a la imagen mariana de Nuestra Señora de la Candelaria, obra de autor anónimo perteneciente a la escuela sevillana.

Esta talla de vestir ha sido sometida a un estudio radiográfico mediante TAC y a un estudio endoscópico interno de su estructura lígnea. Gracias a dichos análisis se han podido conocer datos de gran valía de cara a su intervención por parte de Julio Alcaraz, la cual se ha centrado principalmente en la consolidación estructural del soporte lígneo y la limpieza y eliminación de los repintes polícromos.

El soporte sobre el que fue realizada la imagen de Nuestra Señora de la Candelaria es madera de cedro, compuesto mediante una estructura de embones. La mascarilla del rostro, ahuecada en su interior, presenta ojos de cristal policromados y fijados mediante telas encoladas.

Curiosamente, las manos se encuentran realizadas sobre madera de limonero, con el fin de ser más resistentes a posibles accidentes de carácter antrópico ya que es una madera con un nivel de dureza alto.

Por otro lado, la policromía conservada tras la intervención ha sido la aplicada en la década de 1970 tras sufrir un incendio, ya que gracias al análisis radiográfico y pequeñas catas estratigráficas se ha podido comprobar el precario estado de conservación en el que se encuentra la policromía original.

Nuestra Señora de la Candelaria, ubicada en una gran hornacina junto al retablo del Pilar del templo sevillano del Santo Ángel, es una obra del siglo XVIII y de tamaño académico. Presenta elegante cabeza de gran belleza en sus facciones, de ahí su apodo "la sevillana" por la gracia que desprende su hermoso rostro. El Niño que lleva en sus brazos no presenta las calidades de su Madre, cuya corona lleva la firma de Jesús Domínguez.

Esta imagen mariana fue cedida temporalmente al convento de frailes carmelitas de Úbeda (Jaén) tras la Guerra Civil, con el fin de salir en procesión como Virgen del Carmen en dicha localidad. Regresó al Santo Ángel de Sevilla una vez que la comunidad ubetense adquirió su imagen carmelitana.