NUEVA OBRA DE FERNANDO AGUADO

Con información del autor (29/04/2021)


 

Galería de Fotos

 

El escultor e imaginero sevillano Fernando Aguado Hernández nos hace llegar su última obra, una recreación escultórica de Nuestra Señora de Guadalupe -madre y patrona de México y de Latinoamérica, así como de Filipinas-, cuyo destino es la Parroquia Sedes Sapientiae de Ciudad de México.

Es una imagen de bulto redondo realizada con la mayor fidelidad posible a la "Morenita del Tepeyac", llamada así por el cerro donde, según la tradición católica acerca de sus orígenes, tuvieron lugar las apariciones guadalupanas al chichimeca Juan Diego. Hablamos de una pintura realizada entre 1523 y 1556 sobre tela de cáñamo y lino que sigue un modelo iconográfico mariano de procedencia flamenca y alemana, y que ha sido atribuida al afamado pintor indígena Marcos Cipac de Aquino (1517-1572).

La interpretación de Fernando Aguado, que alcanza los 185 cm de altura, muestra unos colores algo más cálidos con respecto al original, de unas tonalidades ligeramente más pálidas, de manera que ello sirviese para la realización de una imagen más realista de cara al espectador.

No hay conocimiento por parte del autor de que exista un trabajo técnico y de investigación de este calado que haya tenido como objetivo convertir la iconografía pictórica guadalupana en una escultura que ofrezca como resultado la estampa en tres dimensiones con todos los volúmenes y decoraciones del original sin dar lugar a interpretaciones. Por ello, parece que la pintura cobra tridimensionalidad, comprobándose perfectamente, al superponer la escultura sobre el cuadro en transparencias, que las formas coinciden completamente.

Han sido más de dos años de trabajo desde el proceso de modelado del boceto hasta la terminación. Los procesos seguidos son los mismos de la imaginería tradicional del ámbito hispano, utilizando para ello Aguado madera de cedro estucada, dorada en oro fino y policromada al óleo.

La imagen lleva en el interior una estampa de la Virgen de Guadalupe de la Hermandad de las Aguas de Sevilla, de la que el artista es hermano. Dicha obra, íntimamente ligada a la devoción mexicana, se halla considerada la mejor y más celebrada dolorosa de Luis Álvarez Duarte, quien la talló con 16 años de edad.

 

Nota de La Hornacina: acceso a la galería fotográfica de la obra a través del icono que encabeza la noticia.

 

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