Como les venimos informando desde el pasado 12 de septiembre de 2008, el escultor e imaginero sevillano iba a emprender uno de sus mayores retos profesionales: el conjunto escultórico del Sagrado Descendimiento de Cristo para la cofradía homónima de la localidad albaceteña de Hellín. La talla cristífera ya está finalizada y, en palabras de su autor, es la mejor obra que ha realizado hasta la fecha.

La imagen ha sido concebida para presidir la escena. Se trata de un Cristo cadavérico, rígido por la aparición en su cuerpo del rigor mortis tras la violenta muerte en el madero, aunque su semblante emana dulzura. La cabeza descansa sobre el hombro izquierdo, mostrando la boca entreabierta, los labios amoratados sin vida, los ojos hundidos y la piel pálida y desangrada.

El sudario y el brazo izquierdo caen paralelos a la cruz, tanto desde una visión frontal como desde una vista de perfil. La áxila izquierda se encuentra presionada por la sábana, con las carnes levantadas por el peso del cuerpo, lo que consigue dar la sensación de estar realmente suspendido del lienzo. La cintura, en contraposto, pliega la piel en su lado izquierdo.

La visión real de la obra se apreciará una vez estén realizadas las imágenes de los Santos Varones, especialmente la de San José de Arimatea, que sujetará en alto el brazo derecho del Maestro, así como la de San Juan , que recogerá las piernas de Jesús hacia él, de ahí que ahora aparezcan desviadas hacia su lado derecho y no rectas, dándole así sentido a la postura del Cristo Descendido, cuya magullada y escarnecida espalda está completamente pegada a un leño de sección plana y rectangular.

Pulsando en el icono, podrán ver una galería fotográfica de una imagen de 170 cm, realizada en cedro mediante la técnica de la talla directa para el cuerpo y el sudario. Cabeza y manos sí han sido modeladas y sacadas de puntos. La policromía es al óleo. Se espera finalizar el misterio en el plazo de tres años.