RESTAURACIÓN DE AETOS RESTAURA PARA SEVILLA

Enrique Salvo Rabasco (23/10/2022)


 

     
     
 
     
     
 
     
     
Estado final
Fotos: Luis Manuel Gómez Pozo

 

La intervención ha sido realizada en la imagen mariana de Nuestra Señora de la Candelaria, Madre de Dios, una obra realizada por el escultor e imaginero gaditano Juan Luis Vasallo Parodi en 1957 en madera tallada, dorada, estofada y policromada. Esta escultura ha sido intervenida varias veces con anterioridad, siendo los cambios más palpables los desarrollados en el sillón y en las facciones del rostro de la Virgen y su policromía. Por ello, los criterios de intervención se han diversificado en función de aquellas zonas que mantenían su configuración estética original y aquellas que ya se habían retocado con anterioridad.

Los trabajos desarrollados han tenido por objeto la restauración del conjunto y su enriquecimiento estético e iconográfico formado por Nuestra Señora de la Candelaria, Madre de Dios y el Niño Jesús en un trono. En las fotografías que aparece revestida, el atuendo ha corrido a cargo del vestidor Álvaro Perogil Galianez.

 

     
     
 
     
     
 
     
     
     
     
 
     
     
 
     
     
Estado final
Fotos: Luis Manuel Gómez Pozo

 

Lo primero que había que solucionar eran los problemas estructurales, ya que todo se encontraba sustentado sobre dos escuadras metálicas cogidas en el centro del bloque escultórico, al aire. La base la formaba una peana hueca clavada al sillón por un sinfín de clavos. Todos esos clavos fueron eliminados, y la peana ha sido sustituida por otra que recoge toda la base del conjunto y que no permite que haya movimientos extraños en la manipulación del conjunto. Además, se ha realizado una base metálica en la que van los anclajes al paso, adornada por un moldurón de orfebrería, de manera que todos los movimientos y tensiones que se producen cuando la Virgen está en el paso sean recogidos por esta base metálica y no directamente por el bloque escultórico. También se le han colocado unas estéticas asas a juego para facilitar sus traslados.

En el apartado de conservación preventiva también se han realizado unos broches metálicos en tonos dorados con un diseño a juego con la decoración del manto, ya que la Virgen se reviste en los principales cultos del año. Así se sustituyen los cáncamos que tenía por elementos más estables e integrados con el programa decorativo del conjunto. Los tacos metálicos que tenía para coger los atributos (coronas, nimbos, etcétera) se han sustituido por hembrillas metálicas que no generan presión en la madera circundante, previamente estabilizada y aplicadas resinas que no provoquen incompatibilidades entre ambos materiales.

Se ha realizado una limpieza superficial del conjunto y se consolidado las grietas que tenía mediante el uso de resinas Epo flexibles por inyección, que permiten un movimiento natural de la madera. También se ha llevado a cabo el estucado y la reintegración cromática de las numerosas faltas que presentaba y se han colocado nuevas pestañas de pelo natural tanto a la Virgen como al Niño. Finalmente se ha protegido el grupo mediante el uso de barnices y ceras perfectamente estables para preservarlos frente a los agentes de deterioro ambientales.

 

 
 
Estado final
Foto: Luis Manuel Gómez Pozo

 

El enriquecimiento del conjunto ha estado centrado en diversos trabajos realizados en el trono de la Virgen, ya que no mantiene la configuración original según hemos podido comprobar en la documentación fotográfica existente, y en el que ya se habían hecho retoques con anterioridad. El trono se ha consolidado porque también tenía numerosas grietas, y se han eliminado los clavos que lo cogían a la anterior peana y algunos de sus ensambles. Igualmente se ha dorado, aplicando veladuras y pátinas que lo protejan y vayan a juego con los tonos de la decoración dorada del manto. Se han sustituido los remates de tornería que tenía, seriados y muy deteriorados por otros de talla, simulando llamas en alusión a la iconografía de la Candelaria: Cristo, la luz del mundo, presentado por su madre en el templo, viene a iluminar a todos como una vela o unas candelas, de donde se deriva la advocación de la Virgen de la Candelaria.

Del mismo modo se ha trabajado en la trasera del trono con la realización de dos elementos de talla en alusión a la luz que emana de María: la estrella (estrella de la mañana), el sol y la luna (mujer revestida de sol, principio y fin, Cristo sol salutis, la Virgen María brillante como el sol, limpia como la luna). Finalmente, para aportar mayor movimiento al remate del trono se ha añadido por detrás un penacho a base de decoración vegetal y el anagrama "Ave María", todo ello entrelazado por elementos vegetales. En los laterales se han colocado sendos espejos en unos huecos ovalados existentes, en alusión a otra de las letanías lauretanas: espejo sin mancha.

 

 
 
 
 
Estado final
Fotos: Luis Manuel Gómez Pozo

 

De esta manera, cabe decir que durante los meses que la Virgen ha estado en el taller se ha abordado un proyecto de gran complejidad técnica en el que no solo nos hemos centrado en atajar las problemáticas estéticas que aquejaban al conjunto escultórico de Nuestra Señora de la Candelaria, Madre de Dios, sino que también se ha trabajado muy concienzudamente en aquellos otros problemas estructurales que presentaba, consolidándolos y tratando de que no se vuelvan a reproducir. También se ha procurado que esta imagen sagrada, como vehículo de devoción, sea portadora de un contenido iconográfico mariano para abundar en todo ello.

 

 
     
     
Estado inicial
Fotos: Luis Manuel Gómez Pozo

 

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