FRANCISCO VERDUGO

Jesús Abades (03/04/2017)


 

"No me mueve la ambición, sino la dignidad"

 

 

Hablemos primero de los trabajos que has realizado últimamente, como el nuevo trono del Dulce Nombre de Jesús Nazareno para la Cofradía de "Abajo" de Antequera.

El diseño ha corrido a cargo de Javier Sánchez de los Reyes, que se ha inspirado en la peana barroca del siglo XVII sobre la que desfila el Nazareno. Este trabajo, que sigue la línea antequerana de los tronos de la hermandad, es más complicado de lo que parece, ya que se trata de un barroco pequeño y comprimido, de motivos enrevesados y apegotonados. La primera fase de la talla ya ha sido concluida. Luego será dorado y llevará piezas cinceladas por los talleres de Orfebrería Triana. Es la primera vez que hago una obra de este tipo, y ha sido una experiencia muy bonita, fuera de lo acostumbrado. Para mí ha sido todo un aprendizaje, pues es algo diferente, ya que te sales del neobarroco habitual y te vas hacia un barroco más puro, propio de la zona. El paso ha sido realizado íntegramente en madera de cedro y mide 260 x 360 cm.

Más clásico es el del Cristo de la Buena Muerte de Almería.

En este caso, se trata de un diseño mío, también en cedro, e irá barnizado, no dorado. Responde en efecto a un estilo integrado dentro del clásico barroco sevillano y se caracterizará por su gran envergadura y esbeltez. También estoy realizando bajo mi diseño el paso de Nuestra Señora de las Angustias, la otra titular de esa hermandad almeriense, que a diferencia del anterior, que irá con hachones, llevará unos llamativos candelabros y se integrará en un estilo más cercano al gótico florido.

Muy original es la obra que estás realizando para el paso de palio de la Virgen de la Merced, titular de la hermandad granadina del Nazareno.

Acabo de concluir la crestería o moldurón del nuevo paso de palio, una obra en su conjunto diseñada también por Sánchez de los Reyes. El moldurón irá dorado y con su presencia se pretende recordar los camarines granadinos y la generosa presencia de la madera tallada y dorada que había en los palios de la ciudad antes de la fuerte influencia que llegó de Sevilla. Llevará también piezas de plata repujada y espejuelos.

Para Sevilla nos encontramos en tu taller con las esquinas del paso del Resucitado.

Son piezas relacionadas con la simbología del cuerno de la abundancia, que constituye la pieza del arranque de los candelabros. También van a juego con las esquinas de los respiraderos, que llevan jarras de flores. Todo el conjunto, por tanto, es una manifestación de gloria, triunfo y colorido. Lo adornan numerosos motivos florales y también adornos frutales; que aunque éstos últimos no me gustan demasiado, entiendo su obligada presencia en este caso por su relación con el cuerno de la abundancia. Ambos motivos irán policromados y estofados.

 

     
     
 
     
     
     
     
El paso del Cerro en fase de ejecución

 

La pieza más mediática es sin duda el nuevo paso del Nazareno que Miñarro talló para la cofradía del Cerro del Águila, tanto por su destino, como por su estreno previsto en la Semana Santa sevillana de 2018.

El diseño, como sabes, también es mío. Este paso debía ser barroco, pero un barroco diferente del de la talla más pequeña a la que estamos acostumbrados, con elementos de mayores dimensiones, en los que prima un entramado vegetal con flores realizado bajo el mayor realismo posible. La obra irá finalmente barnizada, y se le aplicará un barniz tirando a nogal con un leve toque rojizo. La imaginería, de Manolo Mazuecos, y la orfebrería que lo decorarán serán realizadas en latón patinado en bronce.

¿Has seguido algún consejo a la hora de afrontar dicha obra?

Antonio Vega tenía la costumbre de tallar con unos 22-25 mm de base de madera. Mi maestro, Manuel Durán, me aconsejó que trabajara con esa base ya que estaba pensada para hacer el paso más ligero. Si trabajas con 30-35 mm, la talla la puedes mover mucho mejor, puedes mover mejor la hoja que es el elemento fundamental del exorno. En el caso de El Cerro, la talla llega a alcanzar en algunas zonas los 7-8 cm de grosor.

Seguro que será un trabajo que dará para muchas anécdotas.

Te cuento una: tanto Antonio Vega como Guzmán Bejarano y Antonio Martín, tres de los grandes tallistas sevillanos, trabajaban con un mayor grosor y en madera de pino. Los tres trabajaron juntos, al lado de Jiménez Espinosa, en los famosos respiraderos del paso sevillano de la Lanzada. Vega en concreto montó los tablones para la talla del respiradero sobre una mesa nueva de trabajo, de madera de pino, que estaban estrenando, y se afanó tanto en el trabajo de la talla, lo hizo con tal fuerza, que, cuando se dio cuenta, había tallado también la parte superior de ese banco de trabajo que estrenaban. Lo cierto es que Vega, autor también del mítico paso del Nazareno de las Penas de San Vicente, era un genio, un maestro de maestros que trabajaba casi sin dibujos y que no goza del reconocimiento que merece.

¿Qué mayor singularidad aporta el paso del Cerro?

He buscado que el canasto sea como una peana para el Nazareno de la Humildad, sin más madera que la necesaria para no restar visibilidad y con el fin, también, de conseguir un efecto piramidal; de ahí las esquinas en panza partiendo hacia las potencias del Nazareno, que acaban como si fueran la cúspide de una pirámide. El canasto será de planta de cruz griega. Llevará unos faroles de 73 cm de altura. La amplia hojarasca jugará con el bajo, alto y mediorrelieve para enriquecer así la profundidad de la talla, que medirá en total 260 x 460 cm.

 

 
 
 
 
 
 
 
 
Conjunto y detalles del trono de Antequera

 

¿Cómo ves actualmente la situación de la talla en madera?

La situación de los tallistas o de los que nos dedicamos a la talla ornamental no la veo ni bien ni mal. Estamos en una especie de punto intermedio con sus cosas buenas y malas. Sí me gustaría que hubiera un poquito más de amor propio en el arte sacro; que no solo nos valoren los demás, sino que nos valoremos nosotros mismos, ya que lo que ofrecemos al mundo es una labor creativa, no un trabajo en cadena repetitivo.

¿Es necesario innovar para desarrollarse con más plenitud?

Hay que innovar, pero tampoco se debe uno sentenciar ni aspirar a que su obra sea reconocida cuando ya esté muerto. No quiero decir con esto que yo sea un cobarde, pues me gusta, cuando tengo ocasión, dar la vuelta a ciertos patrones; pero tampoco soy un temerario porque nunca olvido que yo como de esto. Yo y los cinco oficiales que trabajan conmigo.

Hablando de tus oficiales, ¿qué tal te va con el nuevo taller en el que trabajáis desde el año pasado?

Estoy muy contento. En el antiguo de la calle Goles teníamos muchos problemas: falta de espacio, acceso a veces imposible a un centro de Sevilla que cada vez está más saturado... Aquí estamos desde el 26 de septiembre en el Polígono La Red, con espacio más que suficiente no solo para trabajar y guardar en condiciones las obras una vez montadas, sino para recibir a los clientes. Es además el único espacio de talla que existe en la zona.

¿Cuáles son vuestros proyectos más inmediatos?

Los más inmediatos son un retablo para el altar mayor de la Ermita del Consuelo de Torralba de Calatrava (Ciudad Real), la conclusión del paso del Nazareno de Torredelcampo (Jaén), y el avance de dos pasos de Cautivos: el de Morón de la Frontera y el de Sanlúcar la Mayor, ambos en la provincia de Sevilla.

 

     
     
 
     
     
     
     
Piezas del paso del Cristo de la Buena Muerte (Almería)

 

¿Qué piensas acerca de que el arte sacro español esté más valorado fuera del país?

Que no damos importancia a lo que tenemos porque está saturado nuestro entorno. No ocurre como en el extranjero, donde se valora más y suele existir también un mayor respeto al arte y a los artistas.

¿Y cuales son las condiciones que se deberían reunir para ese respeto?

Concienciar que el arte tiene un punto de genialidad, que es un don de nacimiento, y que ello pone un valor añadido a lo que se hace. El arte es solo para personas concretas en este mundo y eso debe valorarse. El artista no se hace con la formación; a un artista solo lo pule la formación. El talento de un artista puede mejorarse y enriquecerse a lo largo de su trayectoria, pero está claro que lo suyo es algo innato.

Un arte que no siempre tiene el respaldo de las propias entidades culturales.

El arte ha nacido para tocar los sentimientos de las personas, y eso es cultura. Yo personalmente, al hilo de lo anterior, debo puntualizar que no creo que el artista deba por su condición buscar ventajas, pero sí gozar al menos de una dignidad en un mundo en el que ya no existen las prebendas para con los artistas. En nuestro caso, quienes nos sustentan son las hermandades, ya que con los particulares no podríamos vivir, y por eso debe haber un respeto para el artista, que es quien extiende la mano a la hermandad.

¿Son por tanto contrapuestos los conceptos de sensibilidad y materialismo?

Al contrario. Lo nuestro es un oficio movido por la sensibilidad, y eso te hace ser más fiel contigo mismo. Yo cobro lo que valen mis obras, y a veces hasta menos porque puede haber un presupuesto mal calculado que no creo que se deba exigir después. No me bajo los pantalones ante nada ni ante nadie, pero tampoco cobro de más. La verdad es que no me mueve la ambición por el dinero, sino la dignidad profesional y personal.

 

 

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