JUAN ALBERTO PÉREZ ROJAS

Jesús Abades y Sergio Cabaco (29/04/2014)


 

"En las cosas más sencillas encuentra uno la motivación o la inspiración"

 

 

¿Cómo y cuándo empezaste en el mundo de la escultura? Fue una casualidad, fruto de una motivación o algo connatural respecto a lo que siempre estuviste convencido que te dedicarías.

Fue algo natural, desde siempre he tenido una especial inclinación hacia la escultura y a representar tridimensionalmente los objetos. El volumen, el espacio, aprehender las cosas desde todos los puntos de vista es algo que siempre me interesó. Desde niño, en casa o en el colegio modelaba figuritas en plastilina y en arcilla, siempre me rondaba la escultura. Evidentemente y con el paso de los años, esa inclinación natural maduró y se concretó cuando decidí estudiar Bellas Artes. He de decir que cuando entré en la facultad no llevaba ninguna idea prefijada, es decir, quiero especializarme en esto o en aquello; simplemente me dejé sorprender y hacer. Evidentemente fue mi tendencia natural al modelado la que acabó llevándome a su terreno.

¿Eres de los artistas que trabajan a gusto o de los que lo pasan fatal porque piensan todo el rato que no van a alcanzar lo que quieren?

Doy gracias a Dios todos los días, y, en esa acción de gracias está el poderme dedicar a lo que me gusta. Trabajo muy a gusto en todo aunque a veces haya trabajos que te puedan satisfacer menos o en los que no encuentres del todo la ilusión. Los ofrezco como sacrificio por todos aquéllos en los que sí disfruto. El hecho de querer alcanzar lo que uno quiere o querría hacer no siempre está en nuestras manos. Uno puede ser un buen artista pero si no te dan la oportunidad de demostrarlo, esa consideración no trasciende. Pienso que la obra deseada o que uno sueña no se alcanza nunca, siempre se te escapa, hay algún matiz que no terminas de rematar, de cerrar. En cualquier caso, no es algo para obsesionarse.

¿En qué te inspiras para crear tus obras? En el caso, claro está, de que seas un artista inspirado y no prefieras ir construyendo poco a poco.

La inspiración viene de la oración, del estudio y de la humildad. Partiendo de la inmensa historia de la escultura, hemos de intentar hacer nuestra obra pero no de manera obsesiva por separarse de tal o cual escuela o de asemejarse a un determinado movimiento. Creo que la trayectoria se construye poco a poco y no depende de uno mismo, intervienen multitud de factores que te inclinan o determinan a pesar de uno mismo. Suelo ser bastante ecléctico en cuanto a la formación y la consulta de cara a la realización de una obra, tanto en la observación de grandes maestros de la historia del arte, como en el periodo actual. A veces, en las cosas más sencillas encuentra uno la motivación o la inspiración.

Ronda es y ha sido cuna de artistas relevantes y variopintos. Todos han dicho sentirse muy imbuidos por la magia de la ciudad pero la gran mayoría trabajaron o trabajan fuera, como es tu caso.

Parafraseando al historiador Pedro Ignacio Martínez Leal, "la infancia es la patria del hombre" y eso marca el devenir de tu vida. En el caso de Ronda, siempre que voy, voy a encontrarme, a disfrutar y "nacer de nuevo". En esos paisajes tan hermosos, hay mucha verdad y uno aprecia la mano del Creador. Serían motivos suficientes para quedarse siempre allí, vivir y trabajar. En mi caso, el reconocimiento de algo fundamental para cualquier persona como es tu ciudad, no implica asumir las bondades de otros lugares como puede ser Sevilla. Ciertamente, Sevilla y Ronda se parecen y el carácter de sevillanos y rondeños también, no sé si eso motivó el hecho de quedarme en la capital, lo cierto es que todos los artistas buscan oportunidades, y, evidentemente, en una ciudad mayor y con las características de Sevilla, se encuentran.

 

 
     
     
Cristo de la Divina Misericordia
 
Virgen de la Expectación

 

Dejando a un lado tu licenciatura en Bellas Artes, cuentas que a tu maestro Juan Manuel Miñarro se lo debes todo, que él fue tu auténtica escuela de escultura.

Juan Manuel Miñarro quizás haya sido la persona más determinante en mi carrera, el que me hizo tomar posición con respecto a la escultura y a la imaginería en particular. Tengo un inmenso sentimiento de gratitud hacia él por haberme acogido y enseñado tantas y tantas cosas. Pienso que Juan Manuel es lo más parecido a un humanista, una persona con una formación enorme en una gran cantidad de materias, y sobre todo, con la ilusión por saber y conocer. Me transmitió la inquietud por conocer, justificar las cosas, documentar, no hacer las cosas por imitación, en definitiva, que trascienda el ámbito científico y universitario en el quehacer. Que la influencia del maestro no cayera en la imitación de principiante, sino en la búsqueda de la verdad en la escultura, pasándola por el intelecto de cada artista.

También has trabajado junto a Sebastián Santos Calero. ¿Qué destacas de este creador inquieto y peculiar?

Sebastián Santos es un creador con un talento especial, una gracia en el modelado que está al alcance de muy pocos. Aprendí mucho del gusto por el modelado; es un gran conocedor de la escultura mediterránea y esa herencia se deja ver en toda su obra. El disfrute del modelado en todas sus fases, el rigor a la hora de la creación frente a la aventura, controlar la obra desde la génesis hasta el final es algo que él aprendió muy bien de sus profesores Juan Luis Vasallo y Enrique Pérez Comendador por los que ambos sentimos admiración.

Cuéntanos qué tal te ha ido, después de cuatro años, en tu actual estudio independiente después de pasar por el de Miñarro y compartir espacio con José María Leal en el local de la antigua librería El Desván.

Gracias a Dios tengo trabajo y no ha faltado desde que tomé el camino en solitario. Fueron años muy buenos tanto en el trabajo con mi maestro como en el trabajo con mi compañero José María Leal, en los que no solamente queda el aprendizaje sino también la amistad y el cariño por el trabajo bien hecho. Desde entonces, no he parado de crear y tengo la suerte de seguir con la misma ilusión y responsabilidad de entonces. La profesión de escultor dista bastante de lo que en general es percibida; lejos de frivolidades y estereotipos en los que nos suelen encasillar, creo que la disciplina, constancia, humildad y paciencia es lo mejor que he podido asimilar tras estos años. Esa mezcla me ha ayudado a tener serenidad y confianza en que las obras van llegando al ritmo que tienen que llegar. Mi maestro me decía "ya te llegará el tiempo en que hagas muchas obras, de todo tipo; llegarán en su momento, no cuando tú quieras".

Tus obras de bulto redondo suponen fuertes contrastes entre la clásica anatomía y el barroquismo de unas telas fuertemente decoradas. ¿Qué persigues, si no es coincidencia, con ese estilo?

La verdad, la verdad es lo que busco. Soy de los que piensa que una obra, una escultura, te define. En ella se ven las prisas o la paciencia, el saber o el desconocimiento, la investigación o la casualidad. Cuando compones una figura, los cimientos han de estar bien sólidos; un buen conocimiento de la anatomía parte de la base de una estructura interna, y un paño bien plegado, parte de la aprehensión de la naturaleza del mismo. La decoración interviene también en los conocimientos ya que has de tener en cuenta lo que quieres pintar para construir de una manera o de otra. No es tanto el contraste como la complementariedad, en la composición intervienen muchos factores que has de manejar para expresar una determinada actitud o sentimiento. El modelado de los paños tiene que ayudar a la correcta lectura de la obra, nunca obstaculizar ni distraer. En definitiva, persigo que la obra transmita de dentro hacia fuera, que trascienda no solo por el efecto de algún postizo o cualquier otro complemento más o menos sugerente.

 

 
     
     
San José Obrero
 
Virgen del Amor Hermoso

 

Hace poco presentaste en Sevilla tu primer Crucificado. Su destino es Almodóvar del Río. Comentabas estos días su buena acogida en todos los ámbitos, ¿a qué te refieres con esto?

Cuando uno realiza una obra su propiedad se esfuma en cuanto cruza la puerta del estudio y se marcha a su destino. Pasa a ser entonces del propietario que la encarga o del público que la hace suya independientemente del primero. La acogida del Cristo de la Divina Misericordia ha sido extraordinaria en ese sentido; desde su llegada ha sido una obra sentida y que ha ayudado a la oración ya que esa fue la premisa para la que se creó. Durante el tiempo que estuvo en el taller terminada o expuesta en la parroquia de san Vicente, tuvo gran acogida entre los cofrades, sacerdotes, religiosos y público en general. Ese es un buen termómetro sobre la trascendencia de la obra.

Y tras este importante encargo para todo imaginero, ¿qué otros proyectos te gustaría ahora abordar?

Muchos son los proyectos en los que uno piensa que puede hacer tal o cual cosa. Son cosas que no dependen de uno mismo pero en las que alguna vez se piensa. En mi caso, siempre he tenido especial interés por las figuras de talla completa, en especial por la figura de Jesucristo Nazareno.

Aún te queda mucho camino por delante, ¿pero hay ya en el recuerdo alguna obra que te haya hecho disfrutar más que las otras?

De cada obra, independientemente de las satisfacciones o decepciones que te haya podido causar, lo más importante es sacar conclusiones, ser crítico con capacidad de construir y mirar hacia delante. Asumido todo esto, tengo especial cariño por la imagen de la Virgen Madre del Amor Hermoso que está en el oratorio del colegio Saladares de Almería. Desde primera hora disfruté mucho con una obra destinada a un colegio. Cuando uno es pequeño, esas primeras oraciones no se olvidan, son recuerdos que acompañan toda la vida. Poder realizar esa obra, bajo esa premisa fue un disfrute total.

Gracias por tu tiempo. Acabamos preguntándote por las obras que te encuentras llevando actualmente a cabo. Obras de nueva factura y restauraciones, si hay en curso, ya que también te dedicas a este campo.

Pues actualmente me encuentro con varios proyectos en curso como la decoración escultórica del trono de la Sagrada Cena de Málaga, la realización de un busto relicario de san Felipe Neri con destino a Roma, con motivo del V centenario de su nacimiento, dos imágenes de san Felipe Neri y la realización de varias obras de talla completa para colecciones particulares de España. En el campo de la restauración, junto con la restauradora Carmen Bahíma estamos trabajando en dos obras de Cristóbal Ramos y dos lienzos de la parroquia de la Encarnación de Marbella.

 

 

Volver          Principal

www.lahornacina.com