20 PREGUNTAS A ANTONIO BERNAL REDONDO

Jesús Abades y Sergio Cabaco


 

¿Su estilo y el de otros colegas cordobeses como Romero Zafra puede llevarnos a hablar de un círculo escultórico con identidad propia?

Para ser autodidactas, creo que sí. Nosotros nos basamos en el neobarroco y ofrecemos tallas acordes con estos tiempos. Yo interpreto mi obra con personalidad propia, dejando un sello muy personal en mis imágenes. De todas formas, sóis los que analizáis nuestro trabajo los que decidís eso.

¿Es una lección de imaginería la restauración de obras pertenecientes a figuras clásicas como Roldán o Risueño?

Totalmente. Ahí es donde se aprende, de las cosas buenas que te vienen al taller.

¿Qué es más importante en su trabajo, la constancia o la voluntad?

La constancia. Trabajar día a día es lo que te hace ser un profesional. El oficio se hace trabajando continuamente.

¿Las prisas van reñidas con el trabajo de imaginero?

Absolutamente, aunque a mí no me alteran. Yo soy de los que actúan de la siguiente forma: si está, está, y si no está, pues no está. Para mi es mucho más importante el buen acabado final de una obra que la entrega en un plazo previsto, aunque para lo anterior haya que demorar un poco dicho plazo. La gran mayoría de la clientela lo ha entendido y lo entiende perfectamente, aunque haya gente que lo único que quiere es sacar enseguida una imagen a la calle.

¿Cuál es su iconografía favorita?

Los Cristos Crucificados y los Yacentes. Todo aquello que suponga una imagen de talla completa y un estudio anatómico total.

¿Y cuál es la que no ha cultivado y le gustaría desarrollar?

Ahora voy a tener oportunidad de realizar un conjunto de obras para Elche entre las que está un Crucificado, además de una Inmaculada, un San Francisco y una Santa Clara. Todo ello de talla completa. Yo la iconografía del Crucificado la cultivé un tanto con el Cristo Descendido de Montilla, pero nunca había hecho hasta ahora a tamaño natural un Cristo asido al madero por los clavos.

¿Qué opina de la trayectoria que están siguiendo gente que ha trabajado o trabaja con usted como Sebastián Carpio o José Antonio Cabello?

Carpio es más personal. Aun está bajo mi influencia en varios detalles, pero él aprende y lleva las cosas enseguida a su terreno. A Cabello le gusta recoger todo lo que le agrada, por eso es una mezcla de Romero Zafra, Álvarez Duarte y mi estilo.

Hasta el momento, ¿cuál ha sido el trabajo que ha hecho y del que se ha sentido más satisfecho?

Siempre el último. En este momento, la Virgen del Socorro para Montilla (Córdoba), una Dolorosa muy afligida y concentrada en su dolor.

¿A qué imagineros clásicos admira?

A Martínez Montañés, Juan de Mesa, Ruiz Gijón, José de Mora, José Risueño, Pedro Roldán, su hija La Roldana... A todos los maestros.

¿Y contemporáneos?

A Paco Romero Zafra, por su sensibilidad y versatilidad.

¿Cree que el mejor premio para una persona es trabajar en lo que le gusta?

Por supuesto. Tú sabes lo qué es levantarse todos los días con ilusión. Lo más importante es ser responsable de tu propio trabajo.

¿Utiliza siempre modelos del natural?

Siempre. Yo lo que busco en cada obra es una expresión y eso sólo me lo dan las personas. Cada apóstol de La Cena de Jaén, por ejemplo, refleja un estado anímico distinto procedente de tipos de personas distintas. Eso es lo que yo quiero.

¿Qué importancia le da a las exposiciones de imaginería, de las que usted es presencia habitual?

Se la doy de dos formas: por un lado, colaborando con una entidad que tiene la iniciativa de ofrecerme unas puertas abiertas para conocer mi obra; por otro, de cara a los demás que exponen, sobre todo a los jóvenes que empiezan, es importante que estos conozcan lo que haces por si le puede servir de ayuda en su trabajo.

Dentro de la elaboración de una imagen, ¿qué fase del proceso le gusta más?

La creación. El modelado en barro y el momento en que te planteas la expresión de la obra. También es muy interesante para mí la policromía.

¿Las cofradías suelen darle libertad creativa a la hora de realizar sus titulares o son frecuentes las imposiciones bajo un modelo determinado?

El 80% de mi trabajo ha sido totalmente libre. No he tenido muchos problemas en lo que se refiere a la creatividad personal en mis obras.

¿De dónde surge su vocación artística?

Eso nace contigo. Yo, desde que tengo uso de razón, en torno a los cuatro años, ya me sentía atraído por el modelado en barro y la pintura. Mientras otros niños jugaban al fútbol, yo prefería hacer figuritas, sobre todo para decorar belenes.

¿Es profeta en su tierra?

Pienso que sí. No me puedo quejar, pues es en Córdoba capital, además de su provincia, donde más obras tengo; entre ellas, cuatro misterios de envergadura.

Dicen que sus misterios tienen una fuerza expresiva inigualable hoy en día, ¿cómo lo hace para lograr tanto realismo en las figuras y tan buena comunicación entre ellas?

Planteándome la escena. Me meto en el personaje, analizo su misión y salgo a la calle a buscar expresiones. Mi gusto por la precisión anatómica viene de los grandes maestros. Esa perfección sólo puede venir del estudio del natural. Tanto esa comunicación como la vida que doy a los ojos de mis imágenes es lo que pienso que puede llegar a crear escuela. Pienso que la particularidad de mi obra es haberle dado a las figuras secundarias la misma importancia en su ejecución que la que le doy a un Cristo o a una Virgen. Es más, muchas de ellas tienen incluso más trabajo por la diversidad de expresiones que reflejan.

¿Cómo le ha ido en su nuevo taller desde su inauguración, hace ya cerca de un año?

De maravilla. Mayor comodidad en mi trabajo y una mejor atención al público.

Por último, ¿podría adelantarnos algo de sus proyectos más inmediatos?

- El Cirineo para la Cofradía de las Tres Caídas, de Granada.

- La culminación del Apostolado de La Cena, para Jaén, cuya bendición está prevista para Enero de 2006.

- El Cristo de la Lanzada, para Elche (Alicante).

- El misterio de la Presentación al Pueblo, para Los Villares (Jaén).

- La remodelación del misterio de La Crucifixión, de Málaga, conservando el actual Cristo de Bonilla.

- María Cleofás, para Montilla (Córdoba).

 

 

Fotografías de Manolo Gómez, cedidas por Antonio Bernal Redondo.

 

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