MOVEMBER. ESCULTURA SACRA

06/11/2021


 

La convocatoria internacional Movember -cuyo nombre surge de la unión de las palabras inglesas "moustache" y "november"-, surgió en el año 2003 en Australia gracias a una iniciativa solidaria basada en que, durante el mes de noviembre, los varones se dejaran crecer sus bigotes para concienciar sobre la prevención de varias enfermedades que afectan a la salud masculina: el cáncer de próstata, el cáncer de testículos y los problemas mentales que llegan a conducir al suicidio. Por ello, nos sumamos a esta buena causa con diez piezas de la imaginería española ordenadas alfabéticamente según sus ciudades de procedencia, correspondientes a distintos estilos, materiales y épocas, pero siempre con el bigote como elemento común, cuya visibilidad en este mes busca ser un símbolo para el debate y la prevención todo el año.

 

 
 

Barcelona. Cabeza de Cristo
(Foto: MNAC)


Esta cabeza gótica, tallada en alabastro hacia 1352 por Jaume Cascalls, debía de pertenecer al Cristo yacente del grupo del Santo Sepulcro del convento barcelonés de Sant Agustí Vell. Conserva restos de dorado y policromía. Barba y bigote son tupidos y entorchados, siendo este último superpuesto a la barba y casi tan largo como ella.

 
 
 
 
 
 

Cádiz. Jesús Nazareno
(Foto: Alejandro Cerezo)


Presenta el bigote separado de la barba, con labra en las puntas a base de sucintos mechones curvos. Solo conserva la cabeza de la talla original de Andrés de Castillejos (hacia 1590-1602), autoría hallada en la restauración de 1996. Las manos son del XVIII, época en la que el cabello tallado fue mutilado para colocarle peluca de cabello natural.

 
 
 
 
 
 

Ciudad Real. San Juan Evangelista
(Foto: Laura Arroyo)


Como muestra de la creación contemporánea, traemos esta talla procesional del año 2005 realizada por el escultor sevillano Darío Fernández para el paso de misterio de la Virgen de la Soledad. El bigote y la perilla, aún ralos, y la barba incipiente que apenas cubre la mandíbula, evidencian la pubertad del santo en la pasión del maestro.

 
 
 
 
 
 

Córdoba. Cristo de Gracia
(Foto: José C. Millán)


Conocido como "Esparraguero", esta obra procesional de la Semana Santa de Córdoba fue realizada hacia 1618 por indígenas de Puebla de los Ángeles (México). La imaginería indígena mexicana en caña de maíz presenta rasgos más o menos comunes, como el ligero peso, las extremidades largas o el bigote mexicano en "uve" invertida.

 
 
 
 
 
 

Madrid. Cristo Atado a la Columna
(Foto: Fernando de Castro)


Conservado en el Museo Arqueológico Nacional, llegó a ser asignado a Miguel Ángel. Hoy se considera de un seguidor del maestro activo en el sur de Italia, por ejemplo en Sicilia. Un bigote de lacias guías y la ensortijada barba corta contribuyen a acentuar la sensación de una cabeza pequeña que se inclina sobre el poderoso torso.

 
 
 
 
 
 

Murcia. Cristo de la Salud
(Foto: Asoarte)


El historiador José Domínguez Cubero atribuyó este crucificado del siglo XVI al escultor y tallista flamenco Gutierre Gierero por las similitudes con las obras que dejó en la diócesis de Jaén, influidas por el arte de Felipe Bigarny, entre ellas el bigote cuyas puntas acaban en rizos encaracolados hacia arriba para dignificar las imágenes de Jesús.

 
 
 
 
 
 

Ourense. Cristo de la Catedral
(Foto: Ray Porres)


Imagen gótica naturalista, como la del Cristo de Burgos a la que dieron celebridad los peregrinos de Compostela. La particularidad de ambas, que comparten con otras, es la de no estar en parte talladas en madera, teniendo bigote, barba y cabello postizos, que fueron varias veces renovados, para acentuar la impresión naturalista.

 
 
 
 
 
 

Sevilla. San Fernando
(Foto: David Infante Ramos)


Fue realizado por Pedro Roldán con motivo de la beatificación del rey santo. Se dice que su hija Luisa participó en esta talla expuesta en la sacristía mayor de la catedral, cuyo bigote y perilla revelan el sello de masas abultadas y apelmazadas del obrador familiar. Otra artista, Luisa de Valdés, hija de Valdés Leal, llevó a su cabo su policromía.

 
 
 
 
 
 

Valladolid. San Juan Bautista
(Foto: Jesús A. Sanz)


Obra maestra de Gregorio Fernández, el Bautismo de Cristo ocupaba un retablo dedicado a San Juan Bautista en el convento vallisoletano del Consuelo de Carmelitas Descalzos. El tratamiento minucioso de los cabellos y los paños amplios, pesados y duros, plegados en cortantes y angulosas aristas, llevan el sello de su estilo de madurez.

 
 
 
 
 
 

Zaragoza. San José de Arimatea
(Foto: Jorge Sesé)


Desde los simulacros del santo varón por Miguel Ángel -con turbante, barba larga y frondoso bigote-, muchos artistas siguieron el modelo. Este parece ser el caso del escultor José Alegre para el Descendimiento de Zaragoza (1847-1851), uno de los grupos procesionales más importantes de Aragón, aunque su inspiración fuera un lienzo de Rubens.

 

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