Lothaire Bluteau (Jesús de Montreal)

Película canadiense casi desconocida para las nuevas generaciones que muestra a un Jesús de aspecto cotidiano y virilmente refinado, reflejo de la estética masculina de finales de los 80, cuando tuvo lugar su rodaje. Su historia intenta dar un baño de humildad al despotismo comercial, fruto del "American Way of Life", que marcó toda una época.

Ted Neeley (Jesucristo Superstar)

La de este musical pop es quizás la encarnación más pueril y lampiña de Cristo en el cine, rozando lo andrógino. El actor y cantante, que a sus 76 años sigue interpretando el papel en los escenarios, lo encarnó lleno de dudas y buscando la paz, la concordia y la alegría de vivir propias de una sociedad todavía hippie que vivía los estertores de la guerra de Vietnam.

Antonio Vilar (El Judas)

El inefable Ignacio F. Iquino filmó una de sus escasas obras de interés con esta historia de paralelismos entre ficción y realidad en la que un descreído malvado (Antonio Vilar), tras hacer de Judas en La Passió d'Esparreguera, se redime interpretando a Cristo. Ante su éxito Iquino hizo una versión femenina con María Magdalena como protagonista.

Willem Dafoe (La última tentación de Cristo)

Con su atractiva fealdad el actor se apartaba tanto del modelo bizantino como de las representaciones pictóricas clásicas. Pese a que Martin Scorsese adaptó ejemplarmente la novela de Nikos Kazantzakis sobre las contradicciones que sufría Jesús por su doble naturaleza divina y humana, las protestas que arrastra desde su estreno aún no se han acallado.

Jim Caviezel (La Pasión de Cristo)

Mel Gibson consiguió lo imposible, desfigurar la gran belleza del actor en una violenta pesadilla de torturas y sangre que fue acusada de gore. El propio Caviezel llevó prótesis para hacer más hebreos sus rasgos arios. Pese a que su antisemitismo y su exceso de violencia dividieron mucho a la audiencia, se está preparando una segunda parte sobre la resurrección.

Enrique Irazoqui (El evangelio según San Mateo)

Pasolini vio el Mesías ideal en un anarquista universitario catalán, primo del arquitecto Ricardo Bofill, que tras este primer papel, al que imprimió una fuerza sobria y seria, rodó dos filmes de la Escuela de Barcelona para luego ejercer de profesor de literatura. El Vaticano vetó la cinta en su estreno, pero en 2014 afirmó que era la mejor que se había hecho sobre Jesús.

Jeffrey Hunter (Rey de reyes)

Una de las dos películas-río que Nicholas Ray rodó en España con producción de Samuel Bronston. Su aportación resultó fundamental ya que el rostro de Jesús no aparecía bajo la lente de Hollywood desde los tiempos del cine mudo. El atractivo físico de Hunter, un habitual del "beefcake" norteamericano, causó furor entre el público cristiano de Europa.

Robert Powell (Jesús de Nazaret)

Sin duda el Jesús más icónico de la historia del cine. El actor inglés iba a interpretar a Judas, pero el director Zeffirelli acertó al confiarle el protagonismo de una cinta cuya duración de más de 6 horas hizo que se estrenara como serie de televisión. La gente llegó a identificarlo tanto con su papel que hasta le rezaban y pedían milagros si le reconocían.