LAS DIEZ PELÍCULAS DE 2011

Jesús Abades y Sergio Cabaco


 

Aunque para encontrar una perla ha habido que tragar mucha arena, 2011 nos ha dejado un puñado de espléndidas piezas que, salvo excepciones, no coinciden con las preferencias del público, probablemente por contar varias de ellas algo diferente de lo acostumbrado.

Nuestra lista solo recoge largometrajes estrenados en salas de cine, si bien no olvidamos que, tanto un buen número de cortometrajes como de obras estrenadas directamente en vídeo o realizadas para televisión, ya sea en formato de serie o telefilme, merecen tanta o más atención por el enorme interés de sus propuestas.

 

1
 
 
 

Melancolía


Lars von Trier roza nuevamente la maestría con esta película desconcertante y profética sobre el fin del mundo, llevando de paso al terreno apocalíptico temas como el matrimonio y las relaciones familiares. Puede parecer lo contrario, pero no trata tanto de la destrucción física de la Tierra como de la aniquilación de la sociedad tal y como ahora la hemos conocido.

 
 
2
 
 
 

Cisne Negro


Frenética historia de una bailarina que sufre una feroz lucha interna avivada por sus ansias de triunfar. Su lado oscuro se rebela ante su candidez y todo acaba en una impactante metamorfosis para alcanzar desesperadamente la perfección. Darren Aronofsky acosa a su protagonista con la cámara para retratar un disociativo descenso a los infiernos.

 
 
3
 
 
 

Beginners (Principiantes)


Flexible creación que equilibra con acierto y elegancia el amor, el humor y el dolor. En su segundo largometraje, Mike Mills nos ofrece la conmovedora tragedia de un padre y un hijo fuertemente unidos, utilizando frecuentemente el flashback para recordarnos tiempos difíciles que, felizmente, casi han sido hoy en día superados.

 
 
4
 
 
 

Arrietty y el Mundo de los Diminutos


Nueva gema del emporio de animación Ghibli, con guión de Hayao Miyazaki, que consigue la película perfecta para todos aquellos que alguna vez deseamos que una casa de muñecas cobrara vida. Gran espectáculo visual que fascina y emociona a partes iguales para terminar con una moraleja sobre la importancia de la amistad y la ecología.

 
 
5
 
 
 

El Árbol de la Vida


Recomendamos revisitarla para comprender todo el alcance de sus inquietantes premisas. Es muy probable que, a pesar de sus hermosas imágenes, un primer visionado te deje más frío que un témpano, pero un segundo te convence que no estamos ante un deslucido híbrido entre 2001 y Evangelion y porqué Terrence Malick vale su peso en oro.

 
 
6
 
 
 

Un Dios Salvaje


La mejor película de Roman Polanski desde El Pianista es una espléndida adaptación de la obra teatral de Yasmina Reza sobre dos parejas reunidas para discutir amistosamente sobre un altercado infantil. En poco más de una hora, que se hace corta, vemos cómo lo que pretendía ser una reunión civilizada se convierte en una batalla campal.

 
 
7
 
 
 

Un Método Peligroso


Si un monumento neoclásico se levantara con celuloide, esta cinta sería uno de sus mejores exponentes. Y es que era casi irremediable que un homenaje al psicoanálisis tuviera fuertes tintes académicos, si bien el turbador David Cronenberg le da una ración de perversidad a la exquisitez del conjunto que lo hace todavía más redondo.

 
 
8
 
 
 

Secuestrados


Pertenece al género de películas brutales que suponen un puñetazo directo al estómago del espectador. La trama está tan bien desarrollada por Miguel Ángel Vivas que su realismo acaba siendo insoportable. Con Bajo Amenaza Joel Schumacher acaba de hacer su versión estadounidense, mucho más tópica y descafeinada.

 
 
9
 
 
 

Una Mujer en África


Una obra estéticamente opuesta a Memorias de África, pero coincidente en su empeño por denunciar las hemorragias civiles de un continente martirizado por sus colonizadores. Mucho más dura que la ochentera cinta de Sydney Pollack (sin lavado de pelo, además), muestra una protagonista inmensa y unos diez minutos finales estremecedores.

 
 
10
 
 
 

La Piel que Habito


Después de la fallida Los Abrazos Rotos recuperamos el pulso de un controvertido director que vuelve a mudar la piel en una obra tan arriesgada como minimalista. El legendario ego de Almodóvar, sublime director de actores, se inclina ante el talento de Louise Bourgeois, la verdadera protagonista de una historia mucho menos compleja de lo que aparenta.

 

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