GOYA, VIAJERO Y ARTISTA DEL GRAND TOUR

26/12/2021


 

 

Presentación

El Museo de Zaragoza (Plaza de los Sitios, 6) acoge hasta el 3 de abril de 2022 la exposición Goya, viajero y artista del Grand Tour, organizada por el Gobierno de Aragón dentro de los actos con motivo del 275 aniversario del nacimiento de Francisco de Goya (Fuendetodos, Zaragoza, 1746 - Burdeos, 1828). La muestra analiza el viaje que el pintor emprendió a Italia entre la primavera de 1769 y mediados de 1771, determinante en su formación, y que enriqueció notablemente la manera en que se confrontaba con la realidad y sin cuyo conocimiento es muy complejo comprender su proceso de maduración artística e intelectual.

Este proyecto es el fruto de años de investigación de Raquel Gallego -comisaria de la muestra-, gracias a los que ha desentrañado la identidad de algunos de los contactos de Goya, ha trazado relaciones artísticas que explican las obras de su permanencia en Italia y ha identificado nuevas fuentes de inspiración. Además, nos ayuda a interpretar obras pintadas por el artista una vez de vuelta a España.

El "Grand Tour", término empleado por primera vez por Richard Lassels en 1670 en su obra "Voyage d'Italie", designa el viaje formativo y cultural realizado por Europa, sobre todo por tierras francesas e italianas, que alcanzó su punto álgido durante el último tercio del siglo XVIII. Se vieron inmersos en el mismo personajes de muy diversa condición social y económica que llegaron a Roma, capital por excelencia del "Grand Tour", cargados de expectativas y dispuestos a vivir una experiencia de gran intensidad que operó una profunda transformación en buena parte de ellos.

La muestra Goya, viajero y artista del Grand Tour está integrada por 73 obras procedentes de 40 instituciones de cinco países. En ella se pueden ver lienzos de Goya tan relevantes como "El prendimiento", "La alegoría de la villa de Madrid", el "Retrato de Francisco Bayeu" y piezas de Batoni, Rosa, Vasi, Piranesi, Von Maron, Benefial, Giaquinto, Guardi, Anesi, Maella, Julien de Parme, Barry, etcétera.  

 

 
 

Prendimiento

 

El viaje

Goya emprendió el viaje a Italia a mediados de 1769 provisto de un pasaporte, de algunas guías y quizá de un boletín sanitario que acreditaba su estado de salud. Su principal destino era Roma. Se cree que realizó el trayecto por vía marítima, posiblemente saliendo de Barcelona, hasta llegar a Génova y de ahí a Civitavecchia, principal puerto del Estado Pontificio.

Según unas anotaciones del "Cuaderno italiano", en Marsella, Génova y Roma el artista pudo contar con la ayuda de personas de cierta relevancia relacionadas con el transporte y vinculadas a la Corona española, que habrían facilitado sus desplazamientos e incluso le habrían dado alojamiento.

Durante su estancia en Italia, Goya, además de dedicarse a ampliar su formación, podría haber realizado algunos cuadros, souvenirs para turistas, gracias a los cuales habría conseguido un dinero con el que vivir más holgadamente. Tras dos años en Roma, el artista regresó a España en la primavera de 1771 haciendo un recorrido por algunas de las ciudades más importantes del centro y del norte de Italia.

 

 
 

Alegoría de la Villa de Madrid

 

Roma: academia y heterodoxia

Goya compartió la estancia en Roma con sus paisanos y amigos el escultor Juan Adán y el pintor Manuel Eraso. Tuvo ocasión de ejercitarse en el estudio de la anatomía en la Scuola del Nudo, de perfeccionarse en la captación de los pliegues en la Académie de France y de asistir a alguna de las numerosas academias privadas del momento, quizá a la de Pompeo Girolamo Batoni.

Además, pudo conocer el recién nacido Museo Pio-Clementino, hoy Musei Vaticani, para el que se proyectaba ya la Sala de los Animales, visitó iglesias y se ejercitó en el Palacio Farnese.

En la capital pontificia Goya preparó con esmero el cuadro "Aníbal vencedor que por primera vez mira Italia desde los Alpes" para el concurso de la Reale Accademia per le Belle Arti de Parma.

Junto al mundo académico coexistía en Roma un grupo de artistas heterodoxos, en su mayoría provenientes del norte de Europa y de credo protestante, que gravitaban en torno al escultor sueco Johan Tobias Sergel y al pintor suizo Julien de Parme. Estos abogaron por la libertad creativa e indagaron sobre los abismos de la mente humana superando la visión racionalista del Iluminismo. La independencia de la que disfrutó Goya le permitió vivir entre estos dos universos aparentemente contradictorios.

 

 
 

Retrato de Francisco Bayeu

 

El recuerdo

Goya habría regresado a España algo antes de octubre de 1771, momento en que se le encargó la realización de un boceto para los frescos del coreto de la basílica del Pilar de Zaragoza. Esta obra ha de interpretarse como el despegue de su carrera y, para que le fuese adjudicada, resultaron determinantes tanto su formación en Italia como la mención especial obtenida en el concurso de la academia parmesana.

El impacto de los dos años que Goya pasó en Italia se siente vigorosamente en muchos de sus lienzos en los que se atisba el influjo de la escultura clásica y de las ejercitaciones académicas. Se vislumbra también su aproximación al ámbito francés así como su conocimiento de otros focos artísticos italianos y de obras de grandes artistas de la historia del arte.

Paralelamente, y en una esfera más bien íntima, Goya reflexionó sobre cuestiones prioritarias para el grupo de los heterodoxos. Se trata de aspectos que quedan englobados dentro de lo sublime como la superstición y lo sobrenatural, el erotismo, lo grotesco, el sueño, la melancolía, la violencia, el miedo, etcétera.

 

 
 

Los comediantes

 

Catálogo

Con motivo de la inauguración de la muestra Goya, viajero y artista del Grand Tour, se ha editado además un libro-catálogo en gran formato, en cuyas páginas se recogen, profundamente explicados por diversos especialistas, sus contenidos.

De este modo, el volumen cuenta con cuatro estudios iniciales para entender el viaje y a los viajeros del Grand Tour, así como su formación académica: "Goya, viajero y artista del Grand Tour", por la comisaria de la exposición Raquel Gallegos García; "Hábitos, costumbres y prácticas de los viajeros durante el Grand Tour", por Valeria Rotili; "La formación artística en la Roma del siglo XVIII: academias públicas, privadas y disidencia", por Matteo Borchia; y "Presencia francesa y amistad española durante la estancia del joven Goya en Roma", por Gilles Montègre.

A lo anterior le siguen las fichas catalográficas de las piezas que conforman la muestra, ampliamente explicadas por la comisaria, y divididas en las tres partes en las que se compone la exhibición: "El viaje", "Roma: academia y heterodoxia" y "El recuerdo".

El volumen, que consta de más 300 páginas, se cierra con el capítulo dedicado a fuentes, bibliografía y exposiciones relacionadas con el Grand Tour y Goya. El precio de venta al público del libro es de 35 euros, y se puede adquirir tanto en el Museo de Zaragoza, lugar de celebración de la exposición, como en las librerías.

 

 
 

Aníbal vencedor que por primera vez vio Italia desde los Alpes (boceto)

 

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