REMBRANDT Y EL RETRATO EN ÁMSTERDAM

15/02/2020


 

 
 

Autorretrato con gorra y dos cadenas

Rembrandt
Hacia 1642-1643
Óleo sobre tabla
72 x 54,8 cm
Museo Nacional Thyssen-Bornemisza de Madrid

 

Introducción

Rembrandt Harmenszoon van Rijn (Leiden, 1606 - Ámsterdam, 1669) es, sin duda, el pintor holandés más importante del siglo XVII. Mientras que la mayoría de artistas de su época se especializaron en un género concreto, él sobresalió en numerosos campos, y no solo como pintor, también como dibujante y grabador. El género del retrato fue uno de ellos y, a pesar de haber alcanzado al igual que en los otros el máximo nivel, nunca hasta ahora se había dedicado una exposición en exclusiva a su faceta como retratista.

El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza de Madrid presenta Rembrandt y el retrato en Ámsterdam, 1590-1670, una exposición que reúne una selección de retratos realizados durante su "siglo de oro", con la figura y la obra de Rembrandt como eje central. Una excepcional selección de casi un centenar de pinturas y grabados que incluye algunos de los mejores ejemplos, tanto de Rembrandt -39 en total- como de otros artistas de la época, para mostrar la gran variedad y extraordinaria calidad de su trabajo.

La muestra está comisariada por Norbert E. Middelkoop y cuenta con la colaboración de la Comunidad de Madrid y el apoyo de JTI. Las obras proceden de museos y colecciones de todo el mundo, con préstamos destacados del Amsterdam Museum, el Rijksmuseum de Ámsterdam, el Metropolitan de Nueva York, la National Gallery de Washington y la National Gallery de Londres, buena parte de ellos nunca antes vistos en España y, en algún caso, que dejan su museo prácticamente por primera vez, como el retrato de un joven procedente del Nelson Atkins Museum de Kansas (Estados Unidos). Destaca también el conjunto de grabados procedentes de la Biblioteca Nacional de España (BNE).

Como otros retratistas en Ámsterdam, Rembrandt estuvo condicionado por un mercado sujeto a las leyes de la oferta y la demanda pero, a diferencia de los otros artistas, él no dejó que la opinión de sus clientes o de sus colegas pintores interfiriera con su propio arte no convencional. Presentar su obra en esta exposición junto a la de sus contemporáneos, a la luz de sus también extraordinarios logros, permite apreciar en su justo valor la verdadera aportación de Rembrandt al arte del retrato.

Igualmente, cabe destacar que tanto la muestra Rembrandt y el retrato en Ámsterdam, 1590-1670, visitable del 18 de febrero al 24 de mayo de 2020 en el Museo Thyssen-Bornemisza (Paseo del Prado 8, Madrid), como el catálogo que la acompaña recogen el resultado de investigaciones recientes que han arrojado nueva luz sobre el desarrollo del retrato en Ámsterdam y, en concreto, sobre la obra de Rembrandt. El horario de la exposición es de martes a viernes y domingos, de 10:00 a 19:00 horas; sábados, de 10:00 a 21:00 horas; lunes, cerrado.

 

 
 

Banquete de la guardia cívica del capitán Geurt Dircksz van Beuningen y el teniente Peter Martensz Hoefijser

Jan Tengnagel
1613
Óleo sobre lienzo
155 x 264 cm
Rijksmuseum de Ámsterdam

 

La renovación de un género

Desde sus inicios en Ámsterdam a principios de la década de 1630, Rembrandt dio a sus modelos una libertad de movimiento poco usual. Como Frans Hals en Haarlem, Rembrandt abrió en Ámsterdam nuevos caminos, inmortalizando a sus clientes en poses dinámicas que sugerían interacción con el espectador e incorporando al género del retrato aspectos que había desarrollado ya en sus escenas mitológicas, religiosas o de historia, como las cualidades narrativas, el uso del claroscuro o la representación de las emociones humanas.

A lo largo de los años se fue centrando cada vez más en los rasgos esenciales de sus modelos, en especial en los rostros. Sus pinceladas enérgicas y, especialmente en su última época, cargadas de materia pictórica han llevado a especular sobre los objetivos artísticos del pintor, que parecía estar más interesado en la representación de caracteres que en el parecido físico del retratado. En esta misteriosa cualidad radica el secreto de la atracción que ejercen hoy en día sus retratos, incluso 350 años más tarde, sobre el público que los observa.

 

 
 

Venus y Cupido (posiblemente Hendrickje y Cornelia)

Rembrandt
Hacia 1657
Óleo sobre lienzo
118 x 90 cm
Museo del Louvre de París

 

Una variada clientela

Pero Rembrandt no estaba solo ni era un genio aislado. En Ámsterdam había un nutrido grupo de retratistas que respondía a una alta demanda del mercado. Su talento pudo florecer gracias al auge de la economía holandesa, que enriqueció a muchas personas: antiguas familias de la ciudad, hábiles inmigrantes de otras localidades o países y, por supuesto, a la propia ciudad. Sus habitantes necesitaban viviendas adecuadas y las organizaciones cívicas, lugares de reunión representativos. De esta manera, los retratos se convirtieron en una necesidad para cualquiera que dispusiera de suficiente espacio en la pared y anhelara ser recordado.

En los retratos aparecen matrimonios, artesanos trabajando, niños, eruditos, hombres de negocios de éxito y, por supuesto, los propios pintores. Un lugar especial lo ocupan los espectaculares retratos de grupo: familias, gobernantes - tanto hombres como mujeres-, miembros de la guardia cívica, cirujanos impartiendo su lección de anatomía... Todos ellos, en su conjunto, ofrecen la panorámica de una sociedad en la que los retratos servían como recuerdos de la virtud cívica y eran motivo de orgullo personal.

Antes de que Rembrandt irrumpiera en la escena artística de Ámsterdam, pintores de la talla de Cornelis Ketel, Cornelis van der Voort, Werner van den Valckert, Nicolaes Eliasz. Pickenoy y Thomas de Keyser fueron los primeros en beneficiarse de la creciente demanda de retratos que existió entre 1590 y 1630.

Cuando Rembrandt fue invitado a la ciudad por el pintor y marchante Hendrick Uylenburgh, cuyo estudio de pintura dirigió hasta 1636, el joven artista de Leiden se convirtió en un competidor de peso. Bien relacionado, Uylenburgh le introdujo en los círculos sociales de la ciudad, lo que sin duda le permitió entrar en contacto con nuevos clientes y mecenas. Su matrimonio con Saskia Uylenburgh, prima del marchante, en 1634, supuso igualmente un importante ascenso en la escala social.

En mayo de 1635 la pareja formada por Rembrandt y Saskia dejó el taller de Uylenburgh para ocupar una casa alquilada, donde el artista estableció su propio estudio. Rembrandt seguía experimentando y practicando con varios géneros y mostrando una gran diversidad de estilos. Fueron años de prosperidad económica que le permitieron comprar en 1639 una vivienda definitiva, actualmente sede del museo Rembrandthuis.  

 

 
 

Gobernantas y celadoras de la Spinhuis

Dirck Santvoort
1638
Óleo sobre lienzo
187,5 x 214 cm
Amsterdam Museum

 

Rembrandt y sus rivales

Al mismo tiempo, otros pintores llegaban a Ámsterdam con la ambición de beneficiarse de la insaciable demanda de retratos: Bartholomeus van der Helst desde Haarlem, Jacob Backer desde Frisia, Joachim von Sandrart y Jürgen Ovens desde Alemania. Incluso Frans Hals tenía clientes de Ámsterdam, aunque nunca se trasladó a vivir a la ciudad. De los muchos alumnos y colaboradores de Rembrandt, algunos llegaron a ser también retratistas de éxito, como Ferdinand Bol, Gerbrand van den Eeckhout y Govert Flinck, quien le sucedería en el estudio de Uylenburgh. En este caldo de cultivo se desarrolló un ambiente de sana competencia artística entre los maestros, ansiosos por lograr el mayor número de encargos, lo que se traduciría en una altísima y constante calidad de las obras.

En 1642 fallece Saskia, dejando a Rembrandt solo a cargo de su hijo Titus, de apenas un año de edad. Fueron momentos difíciles para el pintor, su ritmo de trabajo se ralentiza y empieza a atravesar dificultades financieras. Cinco años después de la muerte de Saskia, ingresa al servicio de la casa Hendrickje Stoffels, que acabó convirtiéndose en su compañera y madre de su hija Cornelia, nacida en 1654.

En aquellos años, hacia la mitad del siglo, las cosas habían empezado a cambiar en el panorama artístico de la ciudad y surgieron precursores de un estilo "académico" con una orientación más internacional en los retratos, como Cornelis Jonson van Ceulen e Isaac Luttichuys. Rembrandt, no obstante, siguió su propio camino, reduciendo los colores de su paleta y desarrollando un estilo que los funcionarios consideraban demasiado adusto y, por tanto, inapropiado para el programa de decoración del nuevo Ayuntamiento de la plaza Dam. Algunos de sus antiguos colaboradores, como Flinck o Bol, recibieron el encargo para la ornamentación de varias salas, superando por entonces en éxito y en popularidad al maestro.

Las dificultades financieras por las que Rembrandt atravesó en aquellos años le llevaron a la venta de su colección de pinturas y objetos valiosos en subasta pública, tras declararse insolvente en 1656, tema aún en proceso de estudio por parte de los especialistas. La familia se trasladó a vivir al distrito de Jordaan, un barrio de clase trabajadora y, junto a su hijo Titus y Hendrickje, creó una nueva empresa artística que le permitiera seguir trabajando de manera independiente.

A partir de entonces, Rembrandt continuó pintando y recibiendo diversos encargos y, aunque su obra no tuviera ya el éxito de décadas anteriores, siguió siendo una figura importante y reconocida. La influencia de Rembrandt en el arte de su tiempo fue inmensa, con numerosos discípulos a los que enseñó su manera de pintar e incontables seguidores que perpetuaron posteriormente su estilo.

 

 
 

El cirujano Jacob Fransz y su familia

Egbert van Heemskerck
1669
Óleo sobre lienzo
70 x 59 cm
Amsterdam Museum

 

Recorrido cronológico, "tronies" y grabados

El recorrido de la exposición Rembrandt y el retrato en Ámsterdam, 1590-1670 sigue un orden cronológico a lo largo de nueve capítulos. Las primeras salas están dedicadas a la tradición del retrato inmediatamente anterior a la llegada de Rembrandt a Ámsterdam y el inicio de la renovación del género. Les sigue un espacio centrado en sus comienzos como retratista y varias salas cronológicas que presentan a Rembrandt y sus rivales, para terminar en los años finales con obras realizadas entre 1660 y 1670. A mitad del recorrido hay un espacio dedicado a los retratos de género y de pequeña escala, y se reserva un último capítulo a su trabajo como grabador, con una destacada selección de retratos privados y autorretratos.

Debemos señalar, igualmente, la presencia a lo largo de los distintos capítulos, en función de su cronología, de magníficos ejemplos de los denominados "tronies" (del holandés "tronie", que significa "rostro"), un tipo de retrato específico holandés en el que no se representa a una persona en concreto, sino el busto de un personaje con determinadas poses o expresiones faciales y la figura generalmente viste ropajes exóticos o llamativos. Estas obras servían para estudiar no solo la expresividad de los rostros, sino también la composición y la luz. Finalmente, una de las obras de la exposición, un gran retrato colectivo de una guardia cívica, realizado por Frans Badens, por sus grandes dimensiones (186 x 362 cm), se expone en el hall de entrada al museo.

 

 
 

La lección de anatomía del doctor Jan Deijman

Rembrandt
1656
Óleo sobre lienzo
100 x 134 cm
Amsterdam Museum

 

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