RESTAURACIÓN DE MANUEL RUIZ-BERDEJO Y ANTONIO DÍAZ ARNIDO


 

 
     
     
Estado inicial
 
Estado final
     
     
 
     
     
Estado inicial
 
Estado final

 

Introducción

Durante los meses de mayo y junio del presente año 2012 ha tenido lugar la intervención sobre esta obra escultórica a cargo de los Restauradores de Patrimonio Manuel Antonio Ruiz-Berdejo Cansino y Antonio Díaz Arnido, por encargo de Pedro Juan Álvarez Barrera, Cura Párroco de la Real Iglesia Parroquial de Omnium Sanctorum, un templo gótico-mudéjar situado en la sevillana calle Feria.

La imagen figura, en la nave de la epístola de la mencionada iglesia, en su propio retablo que se sitúa a los pies de la misma, junto al altar de la popular Hermandad del Carmen Doloroso. Dicha pieza, con rasgos propios de la escultura española del siglo XVIII, ha sido restaurada de forma exenta, puesto que la imagen del Niño Jesús que porta en su brazo izquierdo ya ha sido intervenida con anterioridad.

 

 
     
     
Estado inicial
 
Estado final
     
     
 
     
     
Estado inicial
 
Estado final

 

Ficha Técnica

Hablamos de una talla de notable interés artístico, en madera de pino de Flandes tallada, policromada y estofada, perteneciente a la escuela sevillana del siglo XVIII. Sus medidas son 139 x 63 x 44 cm.

El santo se halla representado siguiendo su iconografía tradicional: de pie, joven e imberbe, con tonsura en el cabello, vestido con el hábito franciscano (ricamente decorado en este caso como corresponde a su época de ejecución) y llevando, además del Niño Jesús sobre el brazo izquierdo, los atributos de las azucenas y el libro, símbolos de pureza y de su condición de Doctor de la Iglesia, respectivamente.

 

 
     
     
Estado inicial
 
Estado final
     
     
 
     
     
Estado inicial
 
Estado final

 

Estado de Conservación

La efigie de San Antonio de Padua presentaba un estado de conservación muy malo. Las patologías que se observaban en la misma eran las siguientes:

 

- Suciedad superficial.

- Levantamientos y pérdidas de los estratos pictóricos, especialmente en las partes que corresponden a los estofados.

- Presencia generalizada de barniz resinoso por toda la superficie de la obra, el cual se encontraba en avanzado estado de oxidación.

- Repintes, que se focalizaban en la zona posterior de la cabeza, y en ambas manos, donde se certificó la existencia de dos películas pictóricas no originales: la primera oleosa y la segunda, la superficial, bastante burda y de naturaleza sintética.

- Perdida de soporte, en zonas puntuales.

 

 
     
     
Fijación mediante cola animal y celulosa
 
Limpieza del estofado del reverso
     
     
     
     
Limpieza del rostro

 

Proceso de Intervención

En vista de los problemas que presentaba la obra, se elaboró una propuesta de intervención que tenía en cuenta tanto los criterios generales de intervención para la restauración-conservación de las obras de arte (máximo respeto al original, compatibilidad de materiales, mínima intervención, reversibilidad) como los específicos. Con el criterio claro se optó por la metodología adecuada al mismo.

Así, el proceso de intervención constó de las siguientes fases y trabajos:

 

- Documentación grafica de todo el proceso.

- Traslado de la obra al estudio-taller.

- Fijación preventiva, llevada a cabo mediante el empleo de cola animal y celulosa, por impregnación, y de resina acrílica, por inyección; en ambos casos, aplicando calor controlado (espátula térmica).

- Consolidación del soporte: se resanaron ensambles de piezas que presentaban falta de adhesión, limpiando los mismos, y volviendo a ensamblar usando para ello PVA.

- Eliminación de suciedad superficial, usando brochas planas de cerdas suaves.

- Limpieza química y mecánica de la escultura. Mediante la misma se procedió a la eliminación del barniz oxidado y de la gruesa película de repintes que presentaba. Especialmente laboriosa resultó la eliminación de los repintes, que requirió el empleo de papettas y empacos de celulosa impregnada en el disolvente adecuado.

- Protección final mediante la aplicación de resina de etilmetacrilato disuelta a baja proporción en disolvente orgánico (en las zonas correspondientes a los estofados) y barniz de retoque de elaboración propia, ajustando convenientemente los brillos (en las zonas correspondientes a las carnaciones).

- Reintegración cromática en zonas puntuales de la encarnadura mediante el uso de pigmentos al barniz, seleccionando un criterio de tinta plana a bajo tono.

- Traslado y montaje de la obra en su ubicación definitiva.

 

 
 
Limpieza del estofado del reverso
 
 
 
 
Estratos de la película pictórica
 
 
 
 
Eliminación mecánica de repintes

 

Conclusiones

Durante el proceso de limpieza de la encarnadura (cabeza y manos), con la consiguiente eliminación de repintes, observamos un tipo de ensamble de dichas piezas al cuerpo que, unidas a la evidente diferencia de calidad artística existente entre el estofado y las encarnaduras, nos hace pensar que las manos y la cabeza no son originales de ese cuerpo, tratándose probablemente de la adaptación de dos obras distintas para configurar el aspecto iconográfico actual.

Observamos así un riquísimo estofado que destaca por la profusión de amplios elementos vegetales, por el empleo de una amplia gama de técnicas (rayado, esgrafiado, etcétera) y por presentar una riqueza cromática muy viva. Un estofado que, por otra parte, es visible también en el reverso de la obra, aspecto extraño en obras concebidas originalmente para un retablo.

En cualquier caso, nos encontramos ante una obra de indudable mérito artístico, que con esta intervención ha recuperado todo su esplendor cromático, oculto tras la suciedad y los elementos no originales, y cuya puesta en valor es más que evidente, gracias en parte a la extraordinaria sensibilidad por el patrimonio artístico y el empeño mostrado por el párroco del templo, Pedro Juan Álvarez Barrera.

 

 
     
     
Estado inicial
 
Estado final
     
     
 
     
     
Mano derecha sin repintes
 
Mano izquierda sin repintes

 

Nota de los autores: Manuel Antonio Ruiz-Berdejo Cansino y Antonio Díaz Arnido son Licenciados en Bellas Artes
por la Universidad de Sevilla (US) y Especialistas en Restauración y Conservación de Obras de Arte.

 

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