MUESTRA SOBRE LA OBRA DE ELÍAS RODRÍGUEZ PICÓN

Sergio Cabaco


 

La Casa Colón de la capital onubense, actual sede del Palacio de Congresos de Huelva, acoge estos días una pequeña muestra sobre la obra del escultor e imaginero Elías Rodríguez Picón, natural de Rociana del Condado.

Junto a piezas de reciente factura (algunas se estrenan este año en los desfiles procesionales de la Semana Santa de Huelva), pueden verse otras de devoción particular que han sido realizadas hace algunos años por el prolífico artista. Todas ellas ofrecen una impronta inmersa en las habituales directrices del neobarroco sevillano.

 

 
     
     
Dolorosa de tamaño académico y propiedad particular. A medio camino entre las obras de Juan de Astorga y el círculo Malagueño del XVIII, presenta las manos entrecruzadas en actitud orante y la mirada afligida y cabizbaja hacia el lado derecho.
     
     
     
     
 
     
     
Nueva imagen de Santa María Magdalena para la cofradía onubense de La Redención. En un futuro, procesionará bajo palio junto a la Virgen del Dulce Nombre. Sigue la línea de los modelos femeninos del autor, con notables semejanzas respecto a la Virgen de Gracia, de la Cofradía de Santa Cruz. Lleva un mantolín con bordados en oro del siglo XVIII.
 
 
     
     
 
     
     
Al igual que la anterior, la imagen de San Juan Evangelista, recién salida del taller del escultor, ha sido labrada para procesionar en el futuro paso de palio de la Cofradía de la Redención. Se trata de una magnífica imagen, de las mejores de su producción, a la que, junto a los méritos de modelado y policromía, hay que sumar una notable carga expresiva y decidida actitud consoladora, pese a no poder evitar que las lágrimas corran también por sus angulosas mejillas. Se exorna con mantolín bordado por Juan Manuel Rodríguez Ojeda (1917), recientemente adquirido por la corporación.
     

 

   
 
     
     
Niño Jesús dormido sobre un trono. Candorosa estatuilla de propiedad particular.
 
Boceto en barro de la cabeza de un Crucificado muerto en el madero.
     
     
     
     
 
     
     
Nuevas figuras para el paso de misterio de la Cofradía de la Borriquita, estreno del presente año. Son dos niños hebreos que escoltan a Jesús mientras se hacen cargo de un pollino que se niega a caminar; uno tira de sus riendas mientras el más pequeño le empuja por detrás. Se hallan concebidas con intencionada expresividad y dinamismo, sobre todo la figura del niño mayor.
     
     
 
     
     
Escultura del Dulce Nombre de Jesús, de carácter deífico y labrada a tamaño natural. Pertenece al grupo de imágenes sobre el tema realizadas para el culto doméstico.
     
     
     
     
Monumento a la Virgen del Rocío que se inaugurará próximamente en la Plaza del Punto de la capital onubense. Representa las andas de la Virgen llevadas en la multitudinaria procesión que se celebra todos los años en la aldea almonteña.

 

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