MÁSCARAS. METAMORFOSIS DE LA EDAD MODERNA

29/07/2020


 

 
 

Chico con chistera

Walt Kuhn
1948
Óleo sobre lienzo
58,4 x 53,3 cm
Museo Nacional Thyssen-Bornemisza (Madrid)

 

Presentación

Esta exposición del Museo Carmen Thyssen de Málaga (Plaza Carmen Thyssen. C/ Compañía, 10), conformada por más de un centenar de piezas y comisariada por Luis Puelles y Lourdes Moreno, plantea una reflexión en torno a la máscara como elemento transformador de la representación de la figura humana en el arte moderno. Partiendo de un uso festivo tradicional vinculado al carnaval y al disfraz, que pervive durante las primeras vanguardias en los personajes de la Commedia dell'arte, la máscara se identifica con lo grotesco desde la obra de Goya, e irrumpe como referencia para el trabajo del rostro en el arte moderno a partir de la influencia de las máscaras etnográficas de culturas no europeas en los inicios del siglo XX.

Como en la secuencia de una metamorfosis, Máscaras. Metamorfosis de la identidad moderna, visitable hasta el 10 de enero del próximo año 2021, indaga en el uso de la máscara por el arte como algo absoluto, más allá de sus connotaciones tradicionales y consabidas asociadas al ritual, a lo mágico, al teatro y al disfraz, evidenciando su mutación de objeto en imagen artística. En una evolución de la máscara como objeto físico, como elemento tangible que se superpone a un rostro al que oculta o reemplaza, para abandonar progresivamente esa presencia detrás de ella, lo que acabará llevando a la pérdida de su materialidad, de independencia del rostro, y, en definitiva, a su fusión en una insólita y ambigua identidad en el retrato moderno.

La máscara sirve al artista para indagar sobre las identidades surgidas de un contexto histórico de profundos cambios y crisis, en el que tomó forma la llamada modernidad. Un período centrado en el individuo, cuya infalibilidad y cuyas certezas vitales fueron puestas, sin embargo, en cuestión por dos guerras mundiales y que en lo artístico vivió la ruptura de los cánones representativos tradicionales de mano de las vanguardias.

En ese escenario de contradicciones y experimentaciones, la máscara tuvo un destacado papel, tanto en lo formal, como objeto que estimuló una transformación de los recursos de representación del rostro, superando la búsqueda del parecido y el realismo, como en lo psicológico, permitiendo, con su juego de ocultaciones y desenmascaramientos, destacar la complejidad y lo enigmático de la identidad y la subjetividad 

Patrocinada por la Fundación Unicaja, plantea asimismo un relato rico en lecturas e interpretaciones que se han materializado en un momento coincidente con el uso generalizado de la mascarilla, pero en realidad ha sido objeto de un exhaustivo estudio y trabajo por parte de los comisarios y del equipo del museo a lo largo de dos años. Se trata de un proyecto expositivo que concita el carácter científico, lúdico y divulgativo del arte y que pone al alcance del gran público una interesante variedad de propuestas estéticas conectadas entre sí.

El discurso expositivo, que no se plantea como un recorrido cronológico y lineal, sino como una red de relaciones y afinidades conceptuales y estéticas entre artistas y obras, se articula en tres secciones que exploran, respectivamente, la máscara como objeto físico que se superpone al rostro, heredera de su función y uso lúdico y festivo; la asimilación de los rasgos de las máscaras por los rostros en las obras de vanguardia; y la fusión entre rostro y máscara que testimonia la pérdida absoluta de la individualidad y la especificidad personal.

Máscaras grotescas, teatros en los que los actores se confunden con espectadores enmascarados, disparatados carnavales de desenfreno amparado por el anonimato del disfraz, naturalezas muertas con cabezas-máscara inquietantemente vivas, rostros vanguardistas que evocan máscaras rituales y totémicas, ojos de cuencas vacías, maquillajes que recubren exageradamente la piel, caretas que se caen y adquieren vida propia, maniquíes, rostros desdoblados e incluso esqueletizados integran este variopinto panorama.

 

 
 

Carnaval en un pueblo o Máscaras de pueblo

José Gutiérrez Solana
Hacia 1933-1937
Óleo sobre lienzo
67 x 61 cm
Colección Banco Santander

 

Disparates de carnaval

A lo largo de la historia, los artistas han recurrido al empleo de máscaras y disfraces como estrategia para construir nuevas identidades. La fiesta del carnaval, por ejemplo, representa un ejemplo paradigmático de liberación colectiva de lo irracional a través de la máscara. Una forma de subvertir las normas y dar rienda suelta a los instintos más básicos.

Estrategias afines las hallamos también en el ámbito del teatro, donde los actores para sus personajes se enmascaran y protegen por una frontera física entre la realidad y la apariencia, en un universo que aúna lo grotesco, lo cómico y lo caricaturesco.

 

 
 

Máscara austera

Julio González
1940
Lápiz conté, tinta a pluma y aguatinta sobre papel
26,3 x 18,5 cm
Museu Nacional d'Art de Catalunya

 

Máscaras sobrenaturales

Durante las primeras vanguardias se advierte el creciente interés de los artistas por las máscaras rituales no occidentales como fuente de inspiración para quebrantar los códigos de representación figurativos y dotar a las obras de nuevos significados y variadas interpretaciones.

La asimilación de principios estéticos asociados a lo "primitivo" -simplicidad, tosquedad, espiritualidad, hieratismo- supone en el arte moderno el abandono de las convenciones académicas de belleza y armonía, actuando la máscara a partir de entonces como una moderna síntesis del rostro humano.

 

 
 

Trois femmes (estudio)

Pablo Picasso
1979
Gouache sobre papel
62,9 x 48,2 cm
Musée National Picasso-Paris

 

Rostros transfigurados

Como último eslabón en la genealogía enmascarada de la compleja identidad moderna encontramos los retratos en los que los rostros funcionan como máscaras "inhumanas", sin profundidad comunicativa.

El triunfo de la subjetividad, la ausencia de dogmas y el escaso interés por la búsqueda del parecido, propician un repertorio de identidades ambiguas, fragmentadas, desfiguradas, alienadas o encubiertas bajo el maquillaje. Son estos retratos "sin rostro" que se muestran en la exposición el paradigma adecuado para manifestar la contradictoria sociedad contemporánea.

 

 
 

La filiación

Francisco de Goya
1799
Aguafuerte y aguatinta sobre papel
33 x 23,5 cm
Museo de Bellas Artes de Córdoba

 

Artistas e instituciones

El más de un centenar de obras que reúne la muestra incluye pinturas, esculturas, dibujos, grabados y piezas etnográficas pertenecientes a más de 40 artistas españoles e internacionales prestadas al Museo Carmen Thyssen Málaga por coleccionistas privados y museos nacionales e internacionales como Centre Pompidou, Musée Picasso Paris, Musée National Fernand Léger, Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Museo Nacional del Prado, Museo Gargallo de Zaragoza, Colección Abanca, Colección Banco Santander, Colección Carmen Thyssen, Museo Patio Herreriano, los museos de Bellas Artes de Bilbao, Asturias, A Coruña y Córdoba, MNAC, Museo Oteiza, Museo de América, Fundación María José Jove, entre otros muchos.

Entre los artistas participantes en Máscaras. Metamorfosis de la identidad moderna se encuentran Francisco de Goya, James Ensor, José Gutiérrez Solana, Pau Gargallo, Maruja Mallo, Pablo Picasso, André Derain, Julio González, Jorge de Oteiza, Giorgio de Chirico, Amedeo Modigliani, María Blanchard, Max Ernst, Wifredo Lam, Josep de Togores, Natalia Goncharova, Rafael Barradas o Nicolás de Lekuona.

 

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