¡SOROLLA HA MUERTO! ¡VIVA SOROLLA!

23/01/2023


 

 

Presentación

El Museo Sorolla (Paseo General Martínez Campos 37, Madrid), museo estatal dependiente del Ministerio de Cultura y Deporte, organiza, junto a la Fundación Museo Sorolla, la exposición ¡Sorolla ha muerto! ¡Viva Sorolla! La muestra traza el recorrido vital de Joaquín Sorolla a través de los últimos años de su vida y que saca a la luz la enorme repercusión que tuvo su muerte, tanto en el mundo de la cultura de su tiempo, como a nivel social, así como los homenajes que el pintor recibió con el paso de los años.

La muestra se enmarca en las celebraciones por el primer centenario del fallecimiento del célebre pintor valenciano. Una exposición comisariada conjuntamente por el departamento de documentación del Museo Sorolla y que es el resultado de un intenso trabajo grupal de investigación en los fondos fotográficos y documentales del Archivo del Museo Sorolla.

Con una cuidada selección de documentos y obras de arte ¡Sorolla ha muerto! ¡Viva Sorolla! traza un recorrido documental a través de los tres últimos años de vida del pintor, cuando la enfermedad le sorprende aún joven y le aleja de su mayor pasión, la pintura. Y celebra también al maestro, en el centenario de su fallecimiento, y lo hace mostrando por primera vez los numerosos homenajes y reconocimientos que recibió tras su muerte, dada la importancia y el aprecio que había conseguido a través de una vida dedicada plenamente a la pintura.

Trabajador incansable, Joaquín Sorolla quiso plasmar en sus lienzos la luz y la belleza que le rodeaban, en sus propias palabras "sin artificios". Laureado, admirado e incluso envidiado, cosechó gran reconocimiento internacional y nacional que se hizo sentir en forma de los más sentidos homenajes, a los que se quiere sumar el Museo Sorolla dedicado a su vida y obra con esta exposición.

La muestra ¡Sorolla ha muerto! ¡Viva Sorolla!, que podrá verse en la sala I del Museo Sorolla desde mañana martes, 24 de enero, hasta el próximo 25 de junio de 2023, se organiza en cuatro secciones organizadas a través de una cuidada selección documental casi inédita en su totalidad. El horario de la exposición es el siguiente: martes a sábado, de 09:30 a 20:00 horas; domingos y festivos, de 10:00 a 15:00 horas; lunes cerrado.

 

 

Una fina y templada mañana...

El 17 de junio de 1920, mientras retrataba a Mabel Rick en su jardín, Joaquín Sorolla sufrió un derrame cerebral que le impidió seguir haciendo aquello con lo que más disfrutaba: pintar. Obligado a vivir alejado de pinceles y paletas, pasó tres años rodeado de sus familiares, amigos y discípulos, que constantemente escribían preguntando por la salud del enfermo, deseando una mejoría que por desgracia nunca se llegó a producir.

 

 

La luz se apaga

Sorolla falleció el 10 de agosto de 1923 en Cercedilla. Tras el fatal desenlace, varios artistas se personaron allí para obtener una máscara mortuoria y para tomar fotografías que se convertirían en imágenes icónicas que fueron ampliamente utilizadas por la prensa de la época, tal y como muestran las líneas que encuadran el objetivo deseado. La noticia de la muerte del maestro corrió como la pólvora.

 

 

¡Sorolla ha muerto! Viva Sorolla!

Tras la preparación del cadáver y la instalación de la capilla ardiente en su casa de Madrid, se puso en marcha una comitiva fúnebre que recorrió las calles de la ciudad hasta la estación del Mediodía -incluso se cantó un responso enfrente del Museo de Arte Moderno-. A su llegada a Valencia una inmensa multitud acompañó al féretro escuchando los acordes de la Marcha Real interpretada por una compañía del regimiento de Mallorca. Sorolla fue enterrado en Valencia con honores de capitán general con mando en plaza. Su familia y amigos le lloraron desconsolados. El pueblo entero acudió a despedirle.

 

 

El pintor inmortal

Más allá del ámbito de su familia y de las amistades más cercanas, que quedaron desconsoladas, la muerte de Sorolla se sintió también en los círculos artísticos, y la prensa se hizo eco de los homenajes que se hacían o se dejaban de hacer para ensalzar su figura, tanto dentro como fuera de España. Todas esas muestras de afecto y respeto contribuyeron a engrandecer la figura de Sorolla y convertirle en el pintor inmortal que es hoy.

Junto a esta selección de documentos se expone el "Retrato de Mabel Rick, Señora de Pérez de Ayala" (imagen superior), el último cuadro en el que el valenciano pudo trabajar y que quedó inacabado a consecuencia del derrame cerebral que sorprende al maestro mientras lo estaba pintando.

A esta obra se suman dos esculturas, una de ellas inédita: la máscara funeraria que el escultor Mariano Benlliure le realizó en su lecho de muerte y que fundió en plata y bronce tiempo después. La pieza custodiada por los descendientes del pintor fue generosamente donada a la Fundación Museo Sorolla, y se expone ahora por primera vez. A ella se suma la mano del pintor esculpida por Ricardo Causarás (imagen inferior) y que ha sido amablemente cedida para esta exposición por el Ayuntamiento de Valencia.

La exposición se acompaña de una original publicación en forma de periódico de época que recoge una selección de artículos publicados en la prensa entre 1920 -año en que Sorolla enferma irremediablemente- y 1933. A estos se suman una serie de breves ensayos escritos por las comisarias de la exposición que contextualizan y clarifican cómo se desarrollaron los distintos acontecimientos.

 

 

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