DE FORMA MAGNÍFICA

Pablo Lanchares y Alejandro Grande (10/10/2022)


 

 

Presentación

Con motivo de la celebración en León del 33 Encuentro Nacional de Cofradías, la Junta Mayor de Cofradías y Hermandades de la Semana Santa de León, junto al patronato del Museo Diocesano y de Semana Santa, ha organizado la exposición De Forma Magnífica. Patrimonio artístico de las cofradías y hermandades leonesas. Comisariada por los artistas Pablo Lanchares y Alejandro Grande, esta muestra pretende ser el complemento perfecto a todo el programa de actos organizado para este evento, actuando como uno de sus principales atractivos y como puesta de largo del Museo Diocesano y de Semana Santa, base y referencia del 33 Encuentro Nacional de Cofradías.

El proyecto redactado por Lanchares y Grande supone una exposición ambiciosa, transversal y global, con criterio profesional y gusto cofrade que recoge en un mismo espacio los mayores hitos artísticos y patrimoniales que cofradías y hermandades leonesas han conservado, promovido y patrocinado durante su dilatada historia. Un contenido expositivo que podría resumirse en objetos artísticos hechos de forma magistral, genial, bella; hechos de forma magnífica. Por ello, el título DE FORMA MAGNÍFICA anuncia la característica principal de la colección que el visitante se prepara a ver. Es en sí una llamada sugerente, un lema que contiene en su etimología la palabra MAGNA, detalle que nos permite conectar esta exposición con otros acontecimientos del Encuentro como la gran procesión extraordinaria acontecida el pasado 24 de septiembre.

Bajo la dirección de estos dos comisarios se han comandado otros proyectos expositivos como La Imaginería Escondida. Devociones particulares y arte sacro en León, llamativa muestra realizada en la iglesia de San Salvador de Palat del Rey en 2020, única por su género y por la procedencia de las obras.

En esta nueva exposición, la nómina de prestadores aglutina todas las entidades integradas en la Junta Mayor, pero, por lo extraordinario del evento, sus comisarios han decidido abrir el espectro a otras instituciones con patrimonio referencial a la Semana Mayor leonesa: parroquias, órdenes seglares, cofradías de ánimas, cabildos basilicales, asociaciones o portales cofrades y un relevante número de coleccionistas particulares. El alcance en números es de 36 entidades prestadoras, un catálogo cercano a las 300 obras y un apoyo de 12 instituciones patrocinadoras.

Hasta la fecha, la ciudad de León no había vivido una exposición de este género y de este alcance. Como único precedente se podría señalar la celebrada con motivo del II Congreso Nacional de Cofradías de Semana Santa del año 1992; la recordada exposición de pasos en el Convento de San Francisco (Padres Capuchinos) comisariada por Fernando Llamazares. En la actual, su enfoque va más allá del propio Encuentro Nacional de Cofradías y, contando con un periodo mayor a los tres meses (desde el 16 de septiembre al 11 de diciembre de 2022), ha querido ser una exposición temporal de largo alcance que añadiese un atractivo más a la oferta cultural de la ciudad, en este caso, con el matiz cofrade, pero no marginando al interés general o turístico. Además, De Forma Magnífica ha querido convertirse en una marca presente bajo la que desarrollar proyectos expositivos similares, esperando que, a futuro, sea referencia y marchamo de calidad.

La muestra se extiende a lo largo de cinco salas, distribuidas en dos plantas, bajo un hilo conductor y con capítulos o apartados diferenciados. La puesta en sala de las obras está articulada en tres ejes fundamentales: cercanía, limpieza visual y un recorrido compacto; generando con su distribución contrastes compositivos, comparaciones iconográficas y referencias continuas al fenómeno plástico de la Semana Santa en León. A través, no sólo, de las propias imágenes, tallas, cuadros, obras textiles y de orfebrería sino de elementos de acompañamiento como fotografías de gran tamaño, y citas extraídas de pregones, historiadores y otras plumas relevantes. Conforman con todo ello un recorrido literario y plástico de apoyo, enriqueciendo así la visita del interesado.

Se podría deducir que el patrimonio total de la Semana Santa leonesa no cabe en la exposición De Forma Magnífica. La selección realizada y las piezas que han sido posible exponer son un reflejo proporcional de ese ingente montante, haciendo las veces de caleidoscopio visual del verdadero carácter del patrimonio pasional leonés: ricamente ecléctico. 

 

 

Cristo y el mensaje salvífico de la Cruz

Arranca como primer estadio de la muestra la sala que aborda al protagonista fundamental de la Pasión, Cristo, a través de la perspectiva histórica de la imaginería leonesa; el relato bíblico y el símbolo cruciforme omnipresente. Tratando de explicar la figura de Jesús de Nazaret mediante las obras que referencian a su forma humana, a los hechos escenográficos de su vida conocida y a los símbolos que anuncian su presencia; con una especial mirada a la trasmisión de su mensaje redentor por medio de los evangelios. En resumen, un planteamiento entre lo formal y lo simbólico con obras capitales de las cofradías y hermandades leonesas.

Destacamos uno de los montajes más especiales (imagen superior), que es el conformado por los capitales crucificados del Cristo del Desenclavo (atribuido a Juan Fernández de Vallejo, último tercio del siglo XVI, Real Cofradía de Minerva y Veracruz) y de la Agonía (Amado Fernández, 1970, copia del original de Gregorio Fernández (1631) para la Cofradía de las Siete Palabras de Jesús en la Cruz), flanqueando a la visión de Jesús resucitado "El hombre nuevo" (talla de Vicente Marín Morte talla y policromía de Miguel de la Colina Botello, 2002, Cofradía del Santo Sepulcro-Esperanza de la Vida).

Se puede contemplar aquí una de las obras titulares más antigua de las cofradías leonesas: la Santa Vera Cruz, o Lignum Crucis de la Real Cofradía de Minerva y Veracruz; acompañada a su vez de otros objetos cruciformes portables, como la cruz alzada de la Cofradía de Nuestra Señora de la Piedad y Ánimas del Santo Malvar (siglo XVIII) y la tan original de la Cofradía del Santo Cristo del Desenclavo.

Acompañan en este espacio una reunión de visiones escénicas en forma de relieves pertenecientes a las decoraciones de diversos tronos o pasos, debidas a Mariano Sánchez del Pino, Melchor Gutiérrez San Martín o Marín Morte. Otra escena, en este caso como paso en sí, el conjunto escultórico "La Casa de Betania", del insigne Víctor de los Ríos (1969) para la Hermandad Sacramental de Santa Marta y de la Sagrada Cena.

Todo ello presentado por las visiones simbólicas o metafóricas de tallas con temática celestial, que portan o presentan aquellos objetos que atestiguan ese mensaje salvífico de Cristo. Los más destacables son los ángeles pasionistas del paso de "Los atributos", obra de aspiración rococó francesa por Francisco Javier Santos de la Hera, entregados a la Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias y Soledad en 1988.

 

 

El relato en la calle. Obras que completan. Parte 1.

Dispuesto este capítulo en dos salas contiguas, se quiere entender el gran patrimonio imaginero leonés mediante una selección representativa, que parte desde las imágenes principales o titulares a las secundarias, escénicas o complementarias; pasando por ejemplos del vasto aparato procesional de tronos y andas. Todo ello comprendiendo el hecho procesional, el fenómeno plástico que supone un desfile por las calles de León.

Se abre con una obra capital de la imaginería de la ciudad, la Virgen de la Amargura (anónima, atribuida a Juan Antonio de la Peña, 1682), una clásica visión de la dolorosa española que referencia con su atavío al estilo de luto de los Austrias. Por contraste formal se enfrenta a la imagen de Nuestra Señora de Consolación de María (Juan Manuel Miñarro López, 2018); que, protagonizando el mismo momento iconográfico (imagen superior), presenta divergencias estilísticas tanto en su forma compositiva como en su psicología, siendo patentes las diferencias gestuales de cada pieza, época y autor.

En 1951, Jacinto Higueras gubia para la Real Cofradía del Santísimo Sacramento de Minerva y la Santa Vera Cruz la imagen del Cristo Yacente que se presenta en esta muestra dentro de su catafalco procesional de estilo gótico, destacando los cuatro santos que custodian los flancos (San Francisco, San Martín, San Isidoro de Sevilla y San Froilán) y la representación en el remate del primer templo del Santo Sepulcro de Jerusalén.

León es tierra de Piedades, quizás sea la iconografía más representada dentro del arte religioso de la provincia. Las cofradías penitenciales no son ajenas a ese sentir popular y por ello dos ejemplos de alta calidad llenan el centro de este capítulo. Por un lado, una obra reciente como la Virgen del Camino, Esperanza Nuestra (imagen superior, José Antonio Navarro Arteaga, 2022) para la Cofradía de María del Dulce Nombre, imagen que referencia compositivamente a la Virgen del Camino, Patrona del Reino de León; que, bajo el filtro de la contemporaneidad, presenta una magnífica talla entre el estilo personal y el estilo historicista. Por otro lado, Nuestra Madre de la Piedad (Ricardo Flecha Barrio, 1998) de la Cofradía del Santo Cristo de la Bienaventuranza, que se acompaña de un dibujo preparatorio inédito, en el cual ese dramatismo presente en la pieza final ya es latente en un primer esbozo.

Uno de los objetivos de esta exposición es reivindicar la aportación de artistas leoneses a la plástica semanasantera local. Amancio González Andrés, escultor de prestigio cuya obra ha estado principalmente volcada en el monumento público, realizó en 1995 su única incursión en la escultura religiosa con la imagen del Santo Cristo de las Injurias para la Cofradía del Santo Cristo del Desenclavo. Alejada de la belleza clásica de la imaginería procesional, esta obra en madera reciclada y hierro supone un reto psicológico para el espectador empleando un expresionismo muy marcado para presentarnos la visión de un hombre ajusticiado. Diametralmente opuesta y anclada en el convencionalismo más puro, otro leonés, Manuel López Becker, dio a la Real Cofradía de Minerva y Veracruz la obra Santo Cristo Flagelado del Desamparo y la Caridad (1998); inspirada en el lienzo de Velázquez "Cristo y el alma cristiana" (1626, National Gallery de Londres).

Esta primera parte del segundo capítulo se cierra igual que se abría, con tema mariano. Con la incorporación de la Virgen de la Luz de la Cofradía del Santo Sepulcro-Esperanza de la Vida a la Semana Santa leonesa se estrena un nuevo tipo iconográfico. Ángel Pantoja y Ana Rey realizan esta talla en 2014 proponiendo una imagen de la Virgen de gran belleza, aniñada, en actitud caminante y que retira de su pecho el puñal del dolor, una visión de transición entre lo doloroso y lo glorioso, de esperanza en la Resurrección. Se asienta sobre una peana en forma de estrella, decorada con cartelas de Antonio Luis Troya Román.

 

 

El relato en la calle. Obras que completan. Parte 2.

Continuando con la aportación de autores leoneses, Melchor Gutiérrez San Martín es quizás una de las personalidades artísticas que mayor tendencia añade al patrimonio de las cofradías y hermandades leonesas. Es este punto de la visita prestamos atención a su faceta como escultor y con el conjunto de "La mujer piadosa" (o Negaciones de Pedro) y parte de "La expulsión del Templo", ambas propiedades de la Cofradía del Cristo del Gran Poder, observamos la libertad creativa de un autor sin complejos que, basándose en un manierismo actualizado, realiza tallas de una escala, carácter y brillantez absolutamente diferenciadas de sus similares.

Retrasando el tiempo, es necesario referenciar la figura de otro influenciador de la plástica de la Pasión leonesa, especialmente desde la mitad del siglo XX en adelante. Víctor de los Ríos Campos es un configurador de estética en un momento en que el desarrollo de la Semana Santa leonesa en escala, número de cofradías y procesiones se incrementa. Él responde a esa demanda procurando una gran factura de tallas y tronos que a día de hoy se han convertido en icónicos, dando a la ciudad sus mejores obras. Para la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno entrega en 1946 el trono y la imagen del Cirineo que desde entonces acompañaría a la imagen titular de la corporación, de las de mayor devoción de la ciudad. Trono e imagen secundaria son el reflejo de ese primer desarrollo de la Semana Santa leonesa y aunque ese paso actualmente no tiene ese uso están presentes en esta exposición como testigo de ese momento.

Siguiendo con su obra, se ha dado cabida a otro tipo de tallas, en este caso titulares de gloria o imágenes letíficas que dan nombre y forma referencial a sendas hermandades de mitad del siglo XX: la Real Hermandad de Jesús Divino Obrero y la Hermandad Sacramental de Santa Marta y la Sagrada Cena. En el caso de la primera, Víctor de los Ríos en 1955 impone un nuevo tema escultórico a explotar, el del Obrero Divino, reflejo a su vez de una sociedad trabajadora que busca en el arte sacro una nueva identificación devocional. Con el mismo esquema, unos años antes (1947) el mismo autor da la talla de Santa Marta como patrona de la hermandad homónima, congregación que también busca esa misma identificación en la actitud servil de esa talla, sabiendo que esta hermandad nace del importante gremio de la hostelería leonesa.

Sin abandonar el siglo XX, otra representación de la obra religiosa, más avanzada en estilo, pero con la misma impronta monumental como es el caso de la imagen de San Juan debida a la mano de Federico Coullaut-Valera en 1951 para la Real Cofradía del Santísimo Sacramento de Minerva y la Santa Veracruz.

Avanzamos en sala y nos encontramos otro ejemplo de paso procesional, resultado de otro momento de desarrollismo cercando los años 90 en el que la Semana Mayor leonesa alcanza su escala actual. El paso del Santo Cristo de la Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias y Soledad fue realizado por Orfebrería Hermanos Marín Díaz (Maestrante), iniciada en 1996 bajo diseño de Marcelino González Montiel. En el año 2010 se incorporan los característicos faroles, conjuntando estas andas procesionales en un estilo combinado de madera y orfebrería aplicada.

El ángel de la Oración en el Huerto (imagen superior, Cofradía del Cristo del Gran Poder) retoma la atención en las imágenes complementarias. Víctor Ramsés Gutiérrez Renedo, con una estética heredada de su padre, Melchor Gutiérrez, realizó en 2016 está airosa propuesta, reflejo de una nueva imaginería. Porta los atributos de la pasión en la diestra y con la zurda ofrece el cáliz, referencia con su forma al célebre de Doña Urraca.

La Cofradía de las Siete Palabras de Jesús en la Cruz tiene en su haber patrimonial un conjunto escultórico importante para la Semana Mayor de León. Tres de sus pasos tienen presencia en el último montaje de este capítulo. Del paso de La Cuarta Palabra (Jesús Iglesias Montero, 1999-2000) presentamos la escena de los romanos que se juegan a los dados las vestiduras de Jesús sobre la roca del Calvario. Los otros dos grupos, ambos debidos a la gubia de Manuel Martín Nieto (2003 y 2008), reflejan la evolución de un artista que trabaja para una misma cofradía en momentos diferentes. Desde la obra realizada para La Quinta Palabra, romanos y dos sanedritas, en una monumentalidad unificada por la policromía; a la finura del tallado y la belleza de los retratos en la Magdalena y la Virgen Dolorosa extraídas del conjunto de La Sexta Palabra.

 

 

Revestido de majestad, vestida de sol. Artes Suntuarias.

Las artes suntuarias o decorativas son un epígrafe pendiente en el estudio de las artes de la Semana Santa de León. Se reúne en esta parte del recorrido expositivo una amplia muestra de este tipo de disciplinas con especial atención a las técnicas de bordado en oro que, en conjunto, refuerzan la idea de León como cuna del bordado contemporáneo. Para asentar la afirmación anterior, hemos de valorar la aportación del ya mencionado Melchor Gutiérrez San Martín, siendo esta faceta la que ha alcanzado mayor éxito estético de toda su carrera.

Se presenta, primeramente, parte del conjunto de palio de la Madre Dolorosa de la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno, imagen que cierra la celebrada procesión de Los Pasos de la mañana del Viernes Santo y uno de los palios icónicos de la Semana Mayor. El manto (obra de Saturnino Escudero, de 1950, con reforma de las RR.MM. Benedictinas "Carbajalas" de 1993) antecedido de la bambalina frontal (Melchor Gutiérrez San Martín y María Ana Renedo, 1979) muestran la convivencia de la técnica clásica de bordado con los guadamecíes repujados en cuero, conformando un matrimonio decorativo muy armonioso.

Esta incorporación de los cordobanes como modo decorativo tiene otro de sus ejemplos en el palio de la Virgen de los Reyes de la Cofradía del Cristo del Gran Poder (Gutiérrez San Martín y Renedo, 2016) con un destacable diseño basado en las maravillas del paraíso al exterior y la heráldica del Reino de León en el interior. De la misma cofradía, se presenta su estandarte o guion, una de las obras de bordado más sobresalientes de toda la muestra. Contando con un dibujo neogótico, la labor de bordado alcanza una cota casi escultórica por la yuxtaposición de piezas al aire y la combinación con piedras, pequeñas tallas y seda de colores.

Completando esta primera parte, y como "coro" a ambos lados de la sala, se distribuyen seis sayas de dolorosas, señas cada una de un estilo y época alternativas: saya de la Virgen de la Misericordia de la Cofradía del Santo Cristo de la Bienaventuranza (hermanos Labanda-Urbano, 2017); dos sayas de la Virgen de la Soledad de la Real Hermandad de Jesús Divino Obrero, por Juan Carlos Campo Salas (2007) y Jairo Fernández Estrada (2022); y saya de la Virgen de la Esperanza de la Sacramental y Penitencial Cofradía de Nuestro Padre Jesús Sacramentado y María Santísima de la Piedad, Amparo de los Leoneses (Gutiérrez San Martín y Renedo, 1998). También de Gutiérrez San Martín y Renedo, la saya negra de la Madre Dolorosa de la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno, de cuya titular mariana se expone la denominada "saya torera" o "saya de Mondeño" por estar realizada a partir del traje de luces del diestro. De su ajuar, también, diversas joyas y preseas de las que se puede destacar la diadema de salida (Orfebrería Roncero, 1998).

Se da paso a la parte central del capítulo con una de las pocas muestras del bordado decimonónico dentro de las cofradías leonesas. La Piedad del Milagro, talla del Cabildo Basilical de San Isidoro, tiene en su haber un poco conocido manto negro bordado en plata y piedras que la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Sacramentado y María Santísima de la Piedad, Amparo de los Leoneses, ha empleado para procesionar dicha imagen.

Las imágenes cristíferas de mayor devoción suelen gozar de gran empatía por parte de sus devotos. Muestra de ello son los regalos que, en forma de donación, se emplean para el atavío de las mismas, siendo las túnicas un formato textil prestado a excelentes técnicas decorativas. El convento de San Francisco (fraternidad de la Padres Capuchinos) atesora dos insignias de la devoción a Cristo en su Pasión, Jesús Nazareno "El Dainos" (en titularidad de la Venerable Orden Tercera) y Jesús de Medinaceli "El Silencio", ambas imágenes procesionadas en sendos cortejos por la Cofradía del Santísimo Cristo de la Expiración y del Silencio. Agrupados en tres módulos, sus túnicas de salida tan representativas. De la primera de las imágenes citadas, una obra bordada a principios del siglo XX en oro y plata siguiendo una composición floral con atributos de la Pasión. De la segunda imagen, dos piezas textiles: una anónima con clara estética postconciliar y la otra bordada en 1992 por las RR.MM. Benedictinas "Carbajalas" en una línea puramente clásica.

Para seguir demostrando el gran volumen de patrimonio en cuanto a bordado de realce existente en León, es necesario volver sobre la aportación de la Cofradía del Cristo del Gran Poder a esta exposición. La citada corporación, a través de su taller de bordados compuesto por hermanos y entusiastas, ha ido acrecentando notablemente su patrimonio textil. Contando con el diseño y la dirección de Melchor Gutiérrez San Martín, se pueden observar el vestido, manto y toca de sobremanto de la Virgen del Pozo (2018), y el notable conjunto procesional de la Virgen de los Reyes (2008).

La inspiración para el atavío de las imágenes marianas en León tiene otra vertiente tomada de la indumentaria tradicional, siendo el conjunto de Nuestra Madre de la Divina Gracia el más reconocido en este estilo. Esta obra colectiva realizada por devotos, presenta una perfecta adaptación del gusto en el vestir ceremonial femenino de finales del siglo XIX y principios del XX a una talla vestidera; respetando la esencia cromática y decorativa, pero añadiendo los elementos de forma que nos hacen identificarla como una imagen de devoción.

Se ha querido incluir aquellos enseres del patrimonio suntuario cofradiero que protagonizan otros titulares no pasionales, de gloria, letíficos o patrones a quienes pertenecen obras reseñables como el grupo de corona y trono procesional de la Virgen de la Alegría de la Cofradía de Nuestra Señora de Angustias y Soledad (Orfebrería Andaluza, 2015), vestido con el manto bordado que realizara José Antonio Grande de León (2015).

Como expresión de una Semana Santa pasada, hija de un gusto grave pero elegante, es el siguiente conjunto. La Virgen de la Soledad de la Real Cofradía de Minerva y Veracruz vivió una época dorada a partir de los años 40, cuando la familia Arriola es mecenas de la Cofradía y, muy especialmente, de su dolorosa, conocida como "Virgen Guapa". En pocos años, la talla recibe el terno completo de salida, bordado en plata y seda sobre terciopelo negro por el taller del Convento de San Miguel de las Dueñas (1947), en donde también se ejecutaría el dosel procesional siguiendo el mismo diseño y técnica (1949). La citada familia regala, también, la corona, interesantísima obra de Arte Granda enriquecida con ricas joyas devocionales también fechada en 1947.

Acompañamos con otros tipos de orfebrería en preseas marianas, como la corona de la Virgen de la Misericordia, de la Cofradía del Santo Cristo de las Bienaventuranzas, (José Antonio Conradi León, 2019) y la corona de la Madre de la Paz, de la Cofradía del Santo Cristo del Perdón, expresión de la orfebrería tradicional leonesa de la mano del astorgano Santos (1994).

La realidad interna de la cofradía se aleja de la espectacularidad de los desfiles procesionales, y siendo en algunos casos rica y confusa, ofrece objetos de arte tremendamente interesantes. Uno de los más desconocidos es el documental o bibliófilo y en esta exposición se ofrece la oportunidad de ver el "Memento" o libro de difuntos de la Cofradía del Santo Sepulcro-Esperanza de la Vida (1997) y el "Libro de Oro" (1950) de la Hermandad Sacramental de Santa Marta y la Sagrada Cena; una obra que merecería un estudio detallado por la comunión de artistas en él reunida: Víctor de los Ríos en los bronces decorativos; Santiago Eguiagaray Senarega en las iluminaciones y caligrafía y Emilio Gago realizando su estuche de madera.

Dentro de esa espiritualidad interna, el culto a los hermanos difuntos y a las benditas ánimas tiene importante haber en la religiosidad de las cofradías leonesas. Una de ellas, de las de mayor recorrido histórico, la Cofradía de Nuestra Señora de la Piedad y Ánimas del Santo Malvar, atesora un particular patrimonio artístico. Muestra de ello es el conjunto o terno eclesiástico para oficiante y asistentes que la congregación conserva desde finales del siglo XVII, y que es identificable por el estilo decorativo basado en el luto y los motivos de calaveras y huesos en unas prendas de gran sentido moralizante. De la mano de ese recuerdo a los fallecidos, un objeto genuinamente leonés: el paño de difuntos, atributo textil que sirve para cubrir el féretro del fallecido durante su velatorio y funeral, identificándolo como miembro de su cofradía en un acto simbólico de último acompañamiento. Uno de los ejemplos más desarrollados es el que atesora la Real Hermandad de Jesús Divino Obrero que, combinando bordado en oro y repujado en cuero, ejecutara Jairo Fernández Estrada según diseño y dirección de Melchor Gutiérrez San Martín en 2018.

Otro de los aspectos cultuales presente en esta muestra es el eucarístico, quizás un tema tímido en el patrimonio artístico cofrade leonés pero representado por un conjunto de obras que reflejan historia y nuevos intereses catequéticos. La Real Cofradía del Santísimo Sacramento de Minerva y la Santa Veracruz adquiere ese doble título tras la fusión de ambas entidades en 1888 en la parroquia de San Martín, por ello ostenta el privilegio de celebrar la infraoctava del Corpus, el popularmente denominado "Corpus Chico". Testigos de ese devenir son la pareja de varas de mando sacramentales de la originaria cofradía de la Minerva, y, en un reciente refuerzo patrimonial, el baldaquino procesional (Orfebrería Orovio de la Torre, 2004-2005) y la pendoneta sacramental (Hermanos Labanda-Urbano, 2012). Otra de las insignias recientemente incorporadas en la también pendoneta sacramental de la Hermandad de Santa Marta y la Sagrada Cena (Raquel Blanco Vidales, 2022).

El montaje de esta sala incorpora un pequeño grupo de guiones o estandartes que, intercalados entre las obras de mayor importancia, también presentan gran interés por la diversidad de sus estilos y calidades de bordado. Entre ellos destacan los siguientes: el estandarte fundacional de la anteriormente citada Hermandad Sacramental de Santa Marta y de la Sagrada Cena, siendo obra de Saturnino Escudero de 1947. Además del imponente guion de la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno, de Gutiérrez San Martín y Renedo (1999), quienes también realizaran el correspondiente al Piquete a Caballo de la Cofradía de las Siete Palabras de Jesús en la Cruz (2004). Entre otros ejemplos de este tipo de objetos que acompañan y añaden forma al cortejo procesional en la calle, marcando, anunciando o diferenciando las partes de su todo.

 

 

Visto por el arte. Obras gráficas de autor en torno a la Semana Santa leonesa.

¿De qué modo se ha hablado de la Semana Santa de León para anunciarla? La presentación o llamada a esta celebración en el campo de la cartelería ha dado a León sumas artísticas de relevancia que también forman parte del gran patrimonio multidisciplinar de su Semana Mayor. Las cofradías, y numerosas iniciativas independientes o particulares, han permitido reunir una cincuentena de obras, todas originales, que reflejan la lucha entre clasicismo y modernidad que la cartelería cofrade ha mantenido durante más de sesenta años en León.

Los nombres propios que inauguran esta última sala de la exposición, pertenecen a un momento donde la vanguardia artística aterriza en las demandas plásticas de las cofradías leonesas. Luis García Zurdo abrió una nueva senda en la cartelería "papona" en 1962 con una obra para el cartel oficial que causó gran polémica, un ruido que no le impidió realizar la propuesta para cartel en el año siguiente, 1963, cuyo original se puede admirar por primera vez en esta muestra. De la mano de otro peso pesado de su tiempo, José Vela Zanetti, presentamos un boceto preparatorio para el mural de la iglesia de Jesús Divino Obrero, obra sobre papel de la que parte la que ilustra el cartel oficial de la Semana Santa en 1966.

El resto de la colección de obras originales se articula en función de los autores, componiendo "micro exposiciones" en torno al deambulatorio del claustro superior, intercaladas las obras en los entrepaños de los ventanales de medio punto. Luis Miguel Robles, a través de un considerable número de piezas, refleja la actualidad técnica entre lo dibujístico y lo digital, representando su fundamental aportación a la Cofradía de Nuestro Señor Jesús de la Redención; no solo en cartelería, sino en otro tipo de objetos gráficos. Es el caso de Jaime Babío de la mano de la iniciativa del blog "El Seise", quien también trae obras de Pablo Lanchares y Alejandro Grande, de quienes se presentan otras obras de cartelería en una línea equidistante entre la escultura y la pintura. La importación de aires andaluces en la cartelería leonesa, alcanza sus señas más evidentes en la pintura de Raúl Berzosa para la Asociación "La Horqueta", o las pinturas de Nuria Barrera para la Cofradía de Nuestro Señor Jesús de la Redención y para la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Sacramentado y María Santísima de la Piedad, Amparo de los Leoneses, ambas obras del presente año.

Retornando a la rotura de vanguardia, Fray Antonio Oteiza Embil pintó una representación de Cristo Cautivo sobre cartón que sirvió de cartel en el año 2019 para la Cofradía del Santísimo Cristo de la Expiración y del Silencio, una entidad que en los últimos años ha apostado por la obra gráfica para anunciar sus actos cada Semana Santa. Así, incorporando la técnica del grabado como expresión gráfica, José Luis Holguera imagina sus carteles de 2010, 2011 y 2013.

En un momento en el que la cartelería de autor, eclipsada por la fotografía, estaba desterrada de la imprenta cofrade, entidades independientes como la mencionada Asociación "La Horqueta" promueve artistas de nombre y pincel para ofrecer esas otras visiones del mismo tema semanasantero. Luis García Zurdo, Alejandro Cartujo, Rafa Casas, Carlos Cuenllas o Diego Chamorro son algunos de los nombres, tan variados como son las aportaciones de sus obras. Años después será "Pregón", la revista oficial de la Semana Santa leonesa, quien recoja el testigo de la selección, del riesgo en sus portadas, llamando a su espacio a artistas como Vicente Soto Fernández, Luis Robles o Alejandro Grande, entre otros.

 

 

En su conjunto, De Forma Magnífica ofrece una visión general detallada en sus ejemplos más destacados, reforzando la idea de una Semana Santa, la leonesa, que rompe con ese prejuicio absurdo de una celebración oscura, austera o fuera de su tiempo. “¿La Semana Santa leonesa sobria? No sé de qué me habla”.

 

 

Fotografías de Patricia Ferrero

 

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