ARTE EN EL ACTO DE FE Y PROCESIÓN MAGNA. HUELVA 2013 (I)

Sergio Cabaco y Jesús Abades (16/10/2013)


 

 

ENTRADA TRIUNFAL DE JESÚS EN JERUSALÉN

Autor: Antonio León Ortega.

Fecha: 1946.

Material: Madera de pino de Flandes policromada.

Altura: 217 cm.

Restauraciones: Elías Rodríguez Picón (2001), quien policromó de nuevo la barba y el cuerpo, restañó numerosas grietas, fijó ensambles, reconstruyó un hombro que se encontraba muy dañado, fijó las piernas y un brazo, que se hallaban completamente sueltos, y colocó un nuevo sistema de sujeción del Cristo a la popular "borriquita", a la que consolidó a su peana. A la hora de colocar nuevas espigas, el artista utilizó los tornillos originales.

Pasaje evangélico: "Habiendo Jesús encontrado un pollino, montó sobre él, según estaba escrito: “No temas, hija de Sión, he aquí que viene tu rey montado sobre un pollino de asna" (Jn 12, 14-15).

Análisis artístico: Representa la Entrada Mesiánica de Jesús en Jerusalén a lomos de un asno. La imagen, de juvenil semblante, es de talla completa y brazos articulados. El ondulado cabello, peinado al centro, enmarca una cabeza en posición frontal, con la mirada dirigida hacia el frente. El rostro, de depuradas facciones, posee ojos y pestañas pintados en la madera, nariz recta, mejillas hundidas, labios entreabiertos que dejan ver la dentadura tallada, y barba bífida y puntiaguda. La mano izquierda sujeta las riendas del asno, que se acompaña de otro más pequeño, mientras la derecha se muestra en actitud de bendecir al pueblo que lo aclama. Los pies del Cristo se hallan descalzos. Las carnaciones de la efigie, que suele aparecer revestida con túnica, cíngulo hebreo y mantolín, han sido aplicadas mediante tonos trigueños.

Figuras de misterio: Los apóstoles Juan, Pedro y Santiago, y tres jerosolomitas, dos niños y una mujer, que reciben con vítores a Jesús. Todo el grupo es de Rodríguez Picón (2000-2006). Remata el paso una palmera.

 

 
 
SAGRADA CENA
 

 

 
 
SAGRADA ORACIÓN EN EL HUERTO
 

 

 

PRENDIMIENTO

Autor: José Manuel Bonilla Cornejo.

Fecha: 1989.

Material: Madera de cedro policromada.

Altura: 190 cm.

Restauraciones: José Manuel Bonilla Cornejo (2001), quien intervino la policromía de su obra.

Pasaje evangélico: "Más Jesús le dijo: "Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del hombre?". Viendo los que con él estaban lo que iba a suceder, dijeron: "Señor: ¿embestimos con la espada?". Y uno de ellos hirió al siervo del sumo sacerdote y le cortó la oreja derecha" (Lc 22, 47-50).

Análisis artístico: Representa el Prendimiento de Cristo en el Huerto de los Olivos; concretamente, el momento en que acaba de ser identificado por Judas ante la soldadesca. Jesús, ya de pie tras orar, muestra un semblante sorprendido y angustiado. Los ojos, pintados en la madera, tienen el iris policromado en color verde claro. La leonina cabellera, resuelta mediante ensortijados mechones, deja al descubierto la oreja izquierda y enmarca un rostro con la frente perlada de sangre por el sufrimiento padecido instantes antes de su captura. El entrecejo, levemente fruncido, da paso a un perfil hebraico y a unos rojizos labios entreabiertos que permiten ver la lengua y los dientes superiores tallados en su interior. Los brazos se muestran alineados con el cuerpo y las manos extendidas hacia el centro, en actitud de entrega a los verdugos. La imagen, de talla completa y brazos articulados, suele aparecer revestida con túnica y mantolín.

Figuras de misterio: San Juan Evangelista (2004), Santiago Apóstol (2004-2005) y San Pedro (2005-2006), que corta con una espada la oreja de Malco (2005); Judas Iscariote (2006-2007) entregando a Jesús a un soldado judío (2006-2007); otro soldado judío (2005-2006), y un esclavo negro arrodillado y portando una antorcha (2004). Todas estas figuras son obra del escultor sevillano Rubén Fernández Parra.

 

 
 
CRISTO CAUTIVO
 

 

 

DESPRECIO DE HERODES

Autor: Antonio León Ortega.

Fecha: 1942.

Material: Madera de ciprés policromada.

Altura: 172 cm.

Pasaje evangélico: "Menosprecióle Herodes con los soldados de su guardia y haciendo burla de él, le vistió una túnica blanca y lo remitió a Poncio Pilato" (Lc 23, 8-12).

Restauraciones: José Manuel Bonilla Cornejo (1986). El diseñador, pintor e imaginero sevillano reparó grietas y consolidó la fijación de la talla a la peana.

Análisis artístico: Jesús de la Humildad es una imagen de talla completa, que lleva un escueto sudario a modo de banda horizontal. Aparece revestida en la procesión con rica túnica bordada en hilo de oro y amatistas sobre tisú de oro, obra de Genoveva Rodríguez (2006-2007). Representa a Cristo compareciendo ante Herodes, quien, decepcionado por el silencio del Mesías ante sus numerosas preguntas, le desprecia, remitiéndole de nuevo a Poncio Pilatos. Se trata de una obra ausente y recogida, con la cabeza suavemente girada a la derecha y la mirada desalentada. Cabello y barba, partidos a dos aguas, se organizan en finas y ondulantes guedejas. Al esculpir el bello rostro, el autor incurre en la serenidad, aunque presenta la frente arrugada y un leve fruncimiento de las cejas, finamente gubiadas, por la humillación que padece. Los rasgos son marcadamente hebreos, con los ojos tallados y pintados sobre la madera, las pestañas resueltas mediante el habitual trazo negro del autor, la nariz recta y afilada, los pómulos prominentes y los labios entreabiertos, mostrando labrados los dientes superiores y la lengua. Las manos se hallan atadas por delante del cuerpo.

Figuras de misterio: Herodes Antipas, un sacerdote de la ley mosaica y el sanedrita acusador, labrados también por León Ortega (1946-1947). Custodian a Jesús dos soldados romanos, obras de José Manuel Bonilla Cornejo (1995 y 1997). Todas ellas fueron restauradas por Sergio Sánchez (2005-2006).

 

 

JESÚS DE LAS CADENAS

Autor: Anónimo gaditano-genovés.

Fecha: Hacia 1755-1762.

Material: Madera policromada.

Pasaje evangélico: "En vista de esto Pilato tomó a Jesús y ordenó le azotaran. Y los soldados, habiendo trenzado una corona de espinas, se la colocaron en la cabeza. Y le vistieron un manto de púrpura. Luego se le acercaban y le decían: " ¡Salve, rey de los judíos!" (Jn 19, 1-3).

Restauraciones: José Antonio Díaz Roca (1983). Manuel Tobaja Villegas (1993).

Análisis artístico: Representa el pasaje del Escarnio: Jesús acaba de ser azotado por los verdugos y recibe las burlas de un soldado romano en presencia de un miembro del sanedrín y un sayón que también maltrata al reo mientras lo sujeta con una soga. A pesar de las restauraciones sufridas, tanto la policromía como el estudio anatómico del Cristo nos remiten al estilo del artista genovés Francesco Maria Maggio, aunque este titular de la cofradía onubense de Los Judíos presenta más dudas que los otros dos y no debemos descartar otra mano del mismo círculo artístico en su ejecución; de hecho, ha sido relacionado con las gubias de otros imagineros de origen genovés: Jácome Maggio, hijo del anterior, y Jácome Vaccaro. El Varón, sedente, inclina la cabeza hacia la derecha y dirige la mirada, humillado, hacia el suelo. La larga cabellera aparece sesgada y peinada hacia detrás, el bigote es ralo y separado de la barba, tratada también al modo bífido. Los ojos son de cristal, con las pestañas pintadas en la madera. La nariz es muy larga y afilada, y la boca se halla cerrada. El sudario es un escueto lienzo que envuelve las caderas del Varón, habiendo llevado en ocasiones un tejido natural superpuesto de color blanco. La imagen presenta una curiosa posición, con los brazos caídos y levemente extendidos hacia la izquierda, y el cuerpo ladeado hacia la derecha, evitando la mirada a la columna de tipología baja a la que está amarrado y que, según algunas opiniones, ahora se hallaría en posición inversa. La espalda se encuentra salpicada de llagas circulares y sanguinolentas a causa de los crueles tormentos infligidos con los flagelos. Los pies se hallan encadenados con grilletes, en alusión a su peculiar advocación.

Figuras de misterio: Una de las figuras del misterio (el sanedrita) ha sido atribuida por el historiador José Roda Peña al escultor hispalense Jerónimo Roldán (1730), siendo todas adquiridas a principios del siglo XX a la Cofradía del Valle de Sevilla. Fueron retocadas en el taller de Emilio Pizarro de la Cruz y han sido sometidas a una labor de limpieza, conservación y leves reparaciones por Ana Beltrán Ruiz (2005). Este grupo va a ser sustituido en el año 2015 por cuatro nuevas figuras del escultor palmerino Martín Lagares (ver enlace).

 

 
 
JESÚS DE LA SENTENCIA EN SU PRESENTACIÓN AL PUEBLO
 

 

 

CRISTO DE LA REDENCIÓN

Autor: Elías Rodríguez Picón.

Fecha: 1999.

Material: Madera de cedro real policromada.

Altura: 182 cm.

Análisis artístico: Representa el pasaje del Lagar Místico en el que Jesús, bajo el peso de la viga del lagar representada por la Santa Cruz, derrama su sangre para la Redención del mundo, la cual es recogida por un ángel en un cáliz. Este misterio, por tanto, es el único alegórico que conserva la Semana Santa de Huelva, y se ha visto enriquecido en los últimos años con la incorporación de las figuras de la Virgen, San Juan y la Magdalena, conformando así también el Encuentro en la Calle de la Amargura. El Cristo muestra una soberana testa con cabellera partida a dos aguas y organizada en ensortijados bucles. Las sinuosas guedejas han sido meticulosamente talladas sobre el pabellón auditivo derecho, dejando al descubierto el izquierdo. La barba es bífida y larga, recibiendo idénticos métodos en su gubiado. El bigote, sesgado en su centro, apenas deja ver el labio superior del varón, tallado con gran fineza. El semblante, de sublime belleza varonil, presenta un gesto compungido pero sin incurrir en violentos dramatismos: el entrecejo se pliega en forma de uve entre los marcados arcos superciliares; las cuencas orbitales se hallan muy hundidas, apreciándose hinchazón palpebral en ambos ojos; la nariz ha sido esculpida resaltando el tabique nasal; los prominentes pómulos se hallan salpicados de gotas de sangre, y la boca, entreabierta, exhibe la lengua y la dentadura perfectamente trabajadas. El conmovedor patetismo de la imagen se refleja en sus pálidas carnaciones, lo que unido a las macilentas mejillas y las profundas ojeras que bordean sus ojos, denota gran abatimiento físico. Los signos cruentos han sido causados por la corona de espinas, tallada separadamente de la cabeza, desgarrando la piel de la frente y surcando de vías sanguíneas todo el rostro, hasta apelmazar los rizados mechones de la barba y perderse por el cuello. Oculto bajo las vestiduras, el cuerpo posee un suave modelado muscular, marcando ostensiblemente los tendones y los conductos sanguíneos, dilatados por el esfuerzo del madero. Se observan contusiones sangrantes en la espalda como consecuencia del flagelo. Como el resto, manos y pies exhiben un vehemente tratado de la estructura ósea, con uñas verazmente talladas y amoratamientos, fruto de los golpes y las caídas sobre los riscos del camino. El dedo meñique de la mano derecha se representa lacerado por uno de los afilados pinchos de la corona. El brazo izquierdo presenta articulaciones en el hombro y el antebrazo; por contra, el derecho sólo presenta articulada su parte inferior, permaneciendo el hombro fijo dada la postura tendida que adopta. El Nazareno camina con elegancia, adelantando la pierna izquierda y procurando no perder el equilibrio ante la forzada postura que adopta al inclinarse hacia el Ángel.

Figuras de misterio: En primer plano, el angelito que recoge con un cáliz de orfebrería la sangre de Jesús (2003). Detrás de Jesús se sitúan la Dolorosa del Dulce Nombre (2000), San Juan Evangelista (2006) y Santa María Magdalena (2005). Todas ellas fueron labradas también por Rodríguez Picón.

 

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