RESTAURACIÓN DE MANUEL RUIZ-BERDEJO CANSINO Y ANTONIO BORRERO


 

 

 

La imagen es titular de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Santísimo Cristo de la Sangre y Nuestra Señora de los Dolores, establecida canónicamente en la Parroquia de San Jorge Mártir del municipio onubense de Palos de la Frontera. Data del año 1939, siendo su autor José Rivera García (1905-1982), uno de los más famosos escultores-imagineros sevillanos de la posguerra, discípulo del escultor de origen valenciano, afincado en Sevilla, Francisco Marcos Díaz Pintado.

Dicha imagen sigue los modelos iconográficos propios de las Dolorosas barrocas de los siglos XVII y XVIII. Realizada en madera, mide 160 cm de altura y es de candelero para vestir. En el año 1987, fue restaurada por Joaquín Moreno Daza, escultor-imaginero de La Palma del Condado (Huelva), quien aplicó una nueva policromía, de tonos más tostados, realizó un nuevo candelero, de base ovalada y conformado por seis listones de madera, y restituyó las lágrimas y pestañas que la imagen había perdido con el paso del tiempo.

 

 

 

La imagen presentaba un estado de conservación deficiente. En las tres primeras fotografías del reportaje, podemos observar su aspecto antes de la restauración. Pasamos a enumerar los siguientes daños:

 

- Pérdidas de policromía y capa de preparación como consecuencia del desgaste producido por una inadecuada manipulación de la obra, empleo de aditamentos, anillos y joyas, y actos devocionales, tales como el paso del pañuelo sobre las manos en el transcurso del besamanos y el uso de alfileres en los quehaceres del vestir de la imagen. Estas pérdidas se encuentran situadas en la cabeza, la zona de las sienes, el cuello y el busto.

- Agujeros producidos por elementos metálicos ajenos a la escultura, como chinchetas y puntillas. Localizados en la cabeza, la espalda y la nuca.

- Fisuras originadas por movimientos de la madera en la zona de los ensambles, debido a los cambios bruscos de la humedad relativa y la temperatura. Localizados en la mascarilla, el cuello y los costados.

- Suciedad superficial generalizada y acumulada en las partes polícromas por la oxidación del barniz, del humo de las velas, polvo, etcétera.

- Pésimo estado de conservación del candelero, forrado con tela de arpillera y sobre el que se había aplicado una capa de preparación, otorgándole rigidez y poca estabilidad.

- Las espigas de los brazos estaban sueltas, tanto las que parten de los hombros como las de los codos, siendo difícil mantenerlos en una posición determinada.

- El sistema de articulación (del tipo galleta) era antiguo y permitía poca movilidad de los brazos. Se encontraba en mal estado debido a su uso en el transcurso del tiempo.

 

 

 

La intervención ha sido realizada por los restauradores Manuel Antonio Ruiz-Berdejo Cansino y Antonio Borrero Ochoa entre los meses de julio y septiembre del año 2008.

Licenciados en Bellas Artes por la Universidad de Sevilla y con taller en el nº 4 de la Calle Monarde (Sevilla), ambos profesionales se han regido por los principios básicos de la restauración: reversibilidad, estabilidad y fidelidad a la obra, con respeto al original, conservando sus valores estéticos e históricos.

Dicha intervención ha tenido como finalidad la eliminación de los daños que presentaba la talla, así como la aplicación de los tratamientos de restauración que la misma exige para su presentación estética, de acuerdo con sus valores culturales y devocionales. Los materiales usados son inocuos e inalterables en el tiempo.

 

 

 

La primera fase de la intervención, dedicada a la documentación y análisis de la obra a rehabilitar, consistió en un estudio radiográfico que permitió el estudio estructural interno de la escultura tras los cambios y modificaciones que haya podido sufrir a lo largo de su historia; un estudio de correspondencia de capas pictóricas, y la documentación gráfica y fotográfica de la pieza.

A continuación, se llevó a cabo el tratamiento de la policromía, que comprendió los siguientes pasos:

 

- Limpieza de suciedad superficial, repintes y acumulaciones sobre la película  pictórica actual. Eliminación de la capa de barniz que se encuentra oxidada y algo oscurecida y envejecida por el paso del tiempo, alterando la película pictórica. Al final la junta de gobierno de la cofradía decidió recuperar la policromía original.

- Reintegración volumétrica con materiales afines a los originales (estuco artesanal).

- Reintegración cromática de las lagunas estucadas con técnica reversible (acuarelas y/o pigmentos al barniz).

- Aplicación de la capa de protección.

 

 

 

Finalmente, se procedió al tratamiento de la estructura y elementos accesorios de la escultura mariana, lo que conllevó las siguientes acciones:

 

- Eliminación de elementos accesorios inadecuados.

- Sustitución de los brazos actuales con el sistema de articulación de galleta, que limita el movimiento a un solo plano, por unos nuevos de madera de cedro que llevarán un  sistema de articulaciones de bolas más actual, el cual permite el movimiento en todas las direcciones. Estas articulaciones están realizadas en madera de haya esterilizada, lo que le confiere una mayor dureza y repele un posible ataque de insectos xilófagos.

- Realización de un nuevo candelero en madera de cedro, procediendo al saneamiento de la cintura para poder adaptarlo, permitiendo un fácil desmontaje de las dos piezas (el busto del candelero).

- Refuerzo y sustitución de los elementos de sujeción, con la aplicación de un nuevo perno de acero inoxidable en la cabeza con función extraíble.

- Aplicación del forrado y vestimenta interior del candelero.

- Aplicación de un corpiño de protección sobre el torso, confeccionado en piel de cabritilla, que evitará el contacto de los alfileres sobre la policromía y los daños que puedan causar sobre imagen.

- Consolidación y relleno de fisuras.

 

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