Jesús Abades
Historia: Gracias a su fuerza interior sobrenatural, Harry Potter (Daniel Radcliffe) es capaz de sobrevivir a la marginación en un entorno sórdido y junto a una familia adoptiva que le odia y trata como a un perturbado mental. Tras una tenaz invasión de lechuzas, Harry recibe en su escondrijo su primera fiesta de cumpleaños, en la que se revelan las causas de sus poderes y su admisión en la Escuela Hogwarts de Magia y Hechicería.
Alumnos: Junto a Harry, el patoso Ron (Rupert Grint) y la sabihonda Hermione (Emma Watson), que acabarán siendo también de la Casa Gryffindor y amigos inseparables. Como no podía ser de otro modo, en las escuadras de la Casa Slytherin entrará el malvado Draco Malfoy (Tom Felton), que al no conseguir los favores de Harry se convertirá en uno de sus peores enemigos en la escuela.
Profesores: Encarnados por un elenco de actores británicos de campanillas: Maggie Smith (la recta Minerva McGonagall, jefa de Gryffindor), Alan Rickman (Severus Snape, jefe de Slytherin y otro de los siniestros azotes del aprendiz de mago) e Ian Hart (el tartamudo Quirrell, encargado de la codiciada asignatura de Defensa contra las Artes Oscuras). Todos regidos por Albus Dumbledore (Richard Harris), el mago más grande de todos los magos.
Exámenes: El primer curso supone para Harry una aventura iniciática en el universo de la magia, donde descubrirá la importancia de las varitas mágicas, su condición de millonario o unas insospechadas cualidades para el quidditch, deporte oficial de los magos, entre otras muchas cosas. Incluso le dará tiempo a perder horas frente al Espejo de Oesed y a resolver una detectivesca intriga en la que está involucrado el causante de su cicatriz en forma de relámpago: Lord Voldemort o Quien-tú-sabes.
Resultados: Los actores elegidos despertaron grandes elogios entre los fans de J.K. Rowling, no así el director Chris Columbus, acusado de incurrir en el peor infantilismo spielbergiano. Tampoco algunos efectos digitales, con el trol a la cabeza, fueron del agrado del personal. Con todo, pasa ampliamente el aprobado por sus hipnóticos fotogramas, destacando las escenas en el Banco Gringotts, y su modélica adaptación del libro original.
HARRY POTTER Y LA CÁMARA SECRETA
Historia: Entre las advertencias de peligro mortal por parte del elfo Dobby y seguir aguantando a sus insufribles tíos Vernon y Petunia (Richard Griffiths y Fiona Shaw) y a su violento primo Dudley (Harry Melling), Harry no se lo piensa dos veces y vuelve a Howgarts para iniciar su segundo año como estudiante de magia. Las cosas no serán fáciles: su amigo Ron deberá acudir al rescate, el andén 9 y ¾ estará vedado y un coche volador se convertirá en inesperado sustituto del Expreso de Hogwarts.
Alumnos: Ninguno repite curso. Harry sufre la primera depilación en sus pobladas cejas, la voz de Ron se agrava considerablemente y Hermione doma un poco su encrespada cabellera. Se incorporan Ginny Weasley (Bonnie Wright), hermana de Ron que hizo un cameo en la primera entrega, y Colin Creevey (Hugh Mitchell), fan de Harry, así como Tom Riddle (Christian Coulson) y Myrtle La Llorona (Shirley Henderson), ambos ex-alumnos cuya importancia en la trama será mayor de lo que en un principio se piensa.
Profesores: Sin motivo explicable, desaparecen Flitwick (Warwick Davis) y Hooch (Zoë Wanamaker), aunque el primero reaparecerá a partir de la tercera entrega con un aspecto muy rejuvenecido. Con motivo explicable que no explicaremos, Quirrell es reemplazado por el egocéntrico Gilderoy Lockhart (Kenneth Branagh), cuyas presuntas habilidades serán enseguidas puestas en entredicho. Breve intervención de la Señora Sprout (Miriam Margolyes), jefa de la Casa Hufflepuff y profesora de la nueva asignatura de Herbología.
Exámenes: La nueva temporada no será precisamente idílica para Harry, quien, además de las clases de rigor, tendrá que asumir dudas sobre sus orígenes, enfrentarse a una bludger loca, resolver un enrevesado misterio en torno a una cámara misteriosa y contemplar como sus amigos son petrificados uno a uno. A sus habituales enemigos se suman Lucius Malfoy (Jason Isaacs), padre de Draco y ferviente seguidor de Voldemort, y una buena parte de la escuela después de advertir sus dotes en lengua parsel.
Resultados: Pese a las voces en contra, Columbus repitió, ofreciendo mejores resultados. Aunque la crítica se ha cebado con ella, acusándola de farragosa y de ser la más floja, hasta el momento, de la saga, lo cierto es que supera a la anterior, tanto en el desarrollo de un complicado hilo argumental como en la adaptación de un relato no ajeno al nazismo que ya empieza a dar muestras del tenebrismo adulto que se desplegará posteriormente. Los efectos digitales se perfeccionan, aunque las artesanías de Aragog y las mandrágoras se llevan el gato al agua.
HARRY POTTER Y EL PRISIONERO DE AZKABAN
Historia: Después de inflar a una señora insoportable, Harry escapa de su hogar adoptivo temiendo lo peor, pues los alumnos tienen prohibido el uso de la magia fuera de Hogwarts. La aparición del frenético Autobús Noctámbulo evita un vis a vis con un perrazo apodado El Grim, aunque quizás no hubiera sido tan desagradable como el joven mago se imaginaba. Tras una estancia en El Caldero Chorreante, donde, sin castigo alguno, es informado de las intenciones que Sirius Black (Gary Oldman) tiene en su contra, comienza su tercer curso en la escuela.
Alumnos: La adolescencia irrumpe bruscamente. Hermione se estiliza, Ron ensaya pose de varoncito impávido y Harry está a medio camino entre el metrosexual y el intelectual desastrado. El resto también experimenta transformaciones considerables, y no precisamente de la mano de McGonagall.
Profesores: La inestabilidad en Defensa de las Artes Oscuras provoca que el puesto de Lockhart sea ocupado por Remus Lupin (David Thewlis), un amigo de los asesinados padres de Harry que se convierte en su apoyo emocional durante el curso. Aparece Sybil Trelawney (Emma Thompson), estrafalaria profesora de Adivinación que no hará buenas migas con Hermione. Por su parte, Rubeus Hagrid (Robbie Coltrane), guardián de las llaves y terrenos de Howgarts, se hace cargo del Cuidado de Criaturas Mágicas. Hay una cuarta novedad de carácter forzoso: Michael Gambon hereda el papel de Albus Dumbledore por el fallecimiento de Richard Harris.
Exámenes: Lucius Malfoy, azote de los sangresucia, deja el relevo de villano a los Dementores, auténticas pesadillas para nuestro héroe. La prohibición de excursiones a Hogsmeade acabará siendo violada gracias al socorrido Mapa del Merodeador que poseen los hermanos de Ron, quien ve como su mascota es mucho más que un viejo y asustadizo roedor. Licantropía, viajes al pasado, identidades equívocas y un hipógrifo casi tan real como la vida misma rematan una trama con sorpresas más contundentes que los leñazos del Sauce Boxeador.
Resultados: Ante la negativa de Columbus, el interesante Alfonso Cuarón se ocupa de la dirección y levanta una fábula perversa de tintes dramáticos y oscuros, no demasiado apta para todos los públicos infantiles. Rowling prefería a Terry Gilliam, pero la productora se impuso y la autora eligió al mexicano por encima de Kenneth Branagh e Ivan Reitman, aunque tanto la posada como los exteriores de Hogwarts se alteraran notablemente respecto a las ediciones anteriores. Magnífico el pasaje del giratiempo.
HARRY POTTER Y EL CÁLIZ DE FUEGO
Historia: Los antipáticos Dursley son ninguneados en esta adaptación, que empieza con una desagradable sorpresa para un simpático Chico Amenábar. El Mundial de Quidditch casi acaba como el rosario de la aurora, aunque peligros mucho mayores aguardan en el Torneo de los Tres Magos, del que Harry acaba siendo cuarto e imprevisto participante por obra y gracia del cáliz de fuego.
Alumnos: A la competición acuden representantes de dos escuelas extranjeras. Harry y el guaperas Cedric Diggory (Robert Pattinson) participarán por Hogwarts, la top-model Fleur Delacour (Clémence Poésy) por la francesa Beauxbaton y Viktor Krum (Stanislav Ianevski), el Zidane búlgaro del quidditch, por Durmstrang. La Casa Ravenclaw gana por primera vez protagonismo aportando a Cho Chang (Katie Leung) como primer amor de Harry.
Profesores: El aprendiz de mago y sus amigos no serán los únicos que sufran un flechazo, pues Hagrid perderá sus gigantescos huesos por la no menos colosal Olympe Maxime (Frances de la Tour), directora del colegio francés. También rondará por las aulas el repulsivo Igor Karkarov (Pedja Bjelac), director de Durmstrang con un oscuro pasado. Sin embargo, la gran estrella docente en este cuarto curso será Alastor Ojoloco Moody (Brendan Gleeson), un ex-auror adicto a la petaca que ocupará la gafada plaza de Defensa de las Artes Oscuras.
Exámenes: Las pruebas del torneo se meriendan a las disciplinas rutinarias del colegio. Harry se enfrenta a retos de extremo riesgo como burlar a un colacuerno o escapar de un laberinto que no es precisamente el de Alicia en Eurodisney, aunque ninguno tan mortífero y tan mortífago como el único que no estaba preparado, muy suavizado en su pase a la pantalla atendiendo a las audiencias más infantiles. Sus peripecias abarcarán también una divertida puesta de largo y un viaje al pasado gracias al pensadero de Dumbledore.
Resultados: Causó gran polémica por parte de los seguidores de Rowling, quienes llegaron a recoger firmas en su empeño por conseguir la partición de la extensa trama en dos películas y evitar así la supresión de pasajes tan carismáticos como la problemática con los elfos domésticos, la verificación de varitas por Ollivander (John Hurt, en la primera entrega de la serie) o el destino de Rita Skeeter (Miranda Richardson), la Lydia Lozano del mundo mágico. Entre tales tijeretazos y la preferencia por una aparatosa puesta en escena, frente a un argumento inquietante e integrado en la plena adolescencia de sus protagonistas, el resultado queda bastante disminuido. Eso sí, es entretenida y Mike Newell, artífice de Cuatro Bodas y un Funeral, hasta nos muestra a un Harry imitando los aspavientos del muggle Hugh Grant.
HARRY POTTER Y
LA ORDEN DEL FÉNIX
Historia: Para evitar que dos dementores acaben con su vida y la de su primo Dudley, Harry debe convocar un encantamiento Patronus, lo que le lleva a un siniestro juicio presidido por el Ministro de Magia, Cornelius Fudge (Robert Hardy), mucho menos tolerante que en la venganza contra Marge Dursley (Pam Ferris). La intervención de un Dumbledore esquivo y el testimonio de su vecina Arabella Figg (Kathryn Hunter), que resulta ser una squib, lo salvarán de una amañada expulsión de Hogwarts.
Alumnos: Harry se pasa a la docencia con el Ejército de Dumbledore, en el que participan, entre otros, el tímido Neville Longbottom (Matthew Lewis) y Luna Lovegood (Evanna Lynch), una lunática alumna de Ravenclaw que, al igual que el joven Potter, también puede ver a los thestrals. Por su parte, Draco Malfoy, junto con el conserje Filch (David Bradley), sus secuaces Crabbe (Jamie Waylett) y Goyle (Josh Herdman), y varios almunos más de la Casa Slytherin, formará parte de una Brigada Inquisitorial al servicio de la Suma Inquisidora que no lo tendrá fácil a la hora de interceptar la socorrida Sala de los Menesteres.
Profesores: La odiosa Dolores Umbridge (Imelda Staunton), asistente especial de Fudge, se hace cargo por orden del ministerio de impartir la asignatura de Defensa contra las Artes Oscuras, aunque su verdadero propósito es controlar de cerca las actividades de Dumbledore y su alumno favorito. Hagrid se esfuma sin motivo aparente y su plaza en Cuidado de Criaturas Mágicas es temporalmente ocupada por Wilhelmina Grubbly-Plank (Apple Brook).
Exámenes: A los habituales enemigos de Harry, hay que sumar esta temporada al propio Ministerio de Magia, que en su afán por negar el retorno de Voldemort, iniciará una campaña de desprestigio en su contra. Menos mal que la Orden del Fénix, un escuadrón de magos que lucha contra los mortífagos al margen del ministerio bajo las órdenes de Dumbledore, le salvará de más de un apuro que, como poco, hubiera podido acabar en el Hospital San Mungo. La tétrica mansión de Sirius Black en Grimmauld Place servirá de cuartel general a la cuadrilla.
Resultados: Intentar condensar 900 páginas en un filme de poco más de dos horas de duración es tarea complicada, pero si eso se hace bajo la anodina dirección de David Yates y con un guión sin vida que ningunea elementos fundamentales de la novela, -nombres tan importantes como Kreacher, Bellatrix Lestrange (Helena Bonham Carter, imitando a Alaska en La Bola de Cristal) o Nymphadora Tonks (Natalia Tena) casi se reducen a meros cameos- el resultado se antoja el más discreto y con diferencia, hasta el momento, de la serie. Habrá que confiar en un mayor desarrollo para la próxima entrega, pese a que el director parece ser que repite.
www.lahornacina.com