IMÁGENES MARIANAS DE GLORIA EN LA CAPITAL ONUBENSE (I)

Jesús Abades y Sergio Cabaco


 

A lo largo de una serie de especiales, se pretende ofrecer un sucinto repaso
de las imágenes gloriosas de la Virgen que se veneran en la capital onubense,
independientemente de que sean titulares de una Hermandad de Gloria
o reciban culto interno sin salir en procesión

 

 

Virgen de la Cinta (Santa Iglesia Catedral de La Merced): La imagen, labrada en torno al año 1610, presenta notables semejanzas con otras hechuras montañesinas como la Virgen de la Capilla del Reservado de San Isidoro del Campo o la Virgen de la Visión Apocalíptica de San Juan Evangelista en su retablo de San Leandro (Sevilla), tal y como apreció el estudioso Juan Infante Galán (1). También podemos observar rasgos comunes en las imágenes marianas de los relieves de las Adoraciones en San Isidoro del Campo e incluso con la Virgen con el Niño de Alcalá de Henares, labrada por Juan de Mesa, que como todos sabemos fue discípulo y colaborador de Juan Martínez Montañés. Lo más probable es que la imagen onubense tuviera una intervención directa de Montañés en el modelado de las carnes, los cabellos, el busto de la Virgen y la figura del Niño -muy parecida a la del tristemente destrozado Relieve de la Purificación de María y Presentación de Jesús en el Templo que se veneraba en San Francisco, hoy en día expuesto en el Museo de Arte Sacro de Moguer-, mientras que la saya y el manto que forma la parte inferior de la figura sean obras realizadas directamente por sus discípulos en el taller al no compartir las mismas calidades en las vestiduras que presentan otras obras más cercanas al maestro como La Cieguecita o las citadas de San Isidoro del Campo. Es curioso que esta imagen se hiciera para presidir el antiguo convento mercedario y, al principio, sólo lo ostentara ocho años con la llegada de la Virgen de la Merced. Más de 350 años después, la Virgen de la Cinta recuperó la presidencia del templo y una reciente restauración de Francisco Arquillo permite contemplarla de nuevo en su esplendor original.

 

 

Inmaculada Concepción (Parroquia de la Purísima Concepción): La imagen ha sido recientemente labrada con fines procesionales para la Hermandad de la Purísima Concepción y Triunfo de Cristo por el pintor, imaginero y restaurador onubense Mario Ignacio Moya Carrasco, siendo bendecida el pasado 7 de diciembre del año 2006. Es una talla de candelero para vestir, con la cabeza ligeramente inclinada hacia la derecha, largo cuello anatomizado en la zona escapular, y frondosa cabellera ondulada y peinada al centro. Como elementos postizos lleva en su aniñado semblante ojos vítreos y pestañas de pelo natural que contribuyen a realzar la ensoñadora mirada. Se halla dispuesta según la típica iconografía inmaculista, con las manos en actitud de unirse al centro, la media luna a sus pies, y saya blanca y manto celeste como atuendo.

 

 

Inmaculada Concepción (Parroquia de San Pedro): Pieza fechada a mediados del siglo XVI que procede del municipio pacense de Fuentes de León, desde donde fue trasladada a Huelva junto con otras obras de arte para reemplazar las pérdidas sufridas en el templo onubense con motivo de la Guerra Civil (2). Se trata de una obra de mayor valor devocional que artístico. Su modelado es muy arcaico en cuanto a la composición de los paños y a la distribución de sus volúmenes, presentando las gubias del anónimo autor -posiblemente, castellano- visibles desproporciones, así como partes talladas con cierta tosquedad. Aun así, es una escultura de gran unción sagrada y detalles interesantes tanto en su policromía como en su marcado carácter frontal y hierático, propios de su fecha de ejecución. Sin embargo, lo realmente destacable es el valor histórico e iconográfico de la pieza. Sin duda, es una de las representaciones más tempranas de La Inmaculada que se conservan en Andalucía, de ahí que carezca de los atributos inmaculistas (nube, querubines, media luna, etcétera) que la iconografía desarrolló a través de maestros como Jerónimo Hernández, Gregorio Fernández o Juan Martínez Montañés.

 

 

María Auxiliadora (Capilla del Colegio de Padres Salesianos): La Casa Salesiana de Huelva ha contado con dos imágenes procesionales de la Virgen. La primera, adquirida por los años 80 del pasado siglo, era una imagen de pasta de madera de Arte Cristiano de Olot (Girona). Debido a su escasa consistencia para ser procesionada y al deterioro que sufría, en el año 1991 se le encarga a Joaquín Moreno Daza la realización de una talla en madera de cedro de La Virgen. La imagen debía representar la iconografía en la forma acostumbrada y en similitud a la del cuadro de María Auxiliadora Coronada que preside su Basílica-Santuario de Turín. Aparece vestida con túnica rosa prendida por un cinto hebreo en la cintura y manto azul que parte de la espalda y se recoje en la parte delantera de la imagen bajo la figura del Niño Jesús. Su actitud es estante -aunque, a diferencia del cuadro, la mayoría de imágenes de María auxiliadora aparecen con el pie derecho adelantado en actitud caminante-, portando en la mano derecha el cetro y en su izquierda el Niño con los brazos abiertos. Como preseas lleva corona real y aro de doce estrellas. Al imaginero palmerino se le pidió que la efigie, a diferencia de las demás, apareciera peinada hacia atrás, a la costumbre antigua de las mujeres onubenses, y que los ojos no fueran de cristal. En el año 1999, la imagen presenta grietas en su mascarilla y una rotura en el dedo índice de su mano derecha, por lo que se lleva al taller del imaginero David Valenciano, quien restaura la imagen y la encarna de nuevo por peticion de los miembros de la Archicofradía, dada la mala calidad de la encarnadura original. Recientemente, ha sido reencarnada de nuevo con bastante polémica por el artista onubense Sergio Sánchez (2007). 

 

 

Virgen del Carmen (Parroquia de La Concepción): Interesante versión de 2 metros de altura (el original mide 195 cm) de la gaditana Virgen del Carmen o Porta Coeli, obra atribuida fehacientemente al renombrado escultor genovés Anton Maria Maragliano, que el imaginero sevillano Agustín Sánchez-Cid Agüero hizo en el año 1944 para el populoso templo onubense (3), trabajo que repetiría con destino a la Iglesia sevillana del Corpus Christi. Se trata de una réplica muy digna del original, lo cual es decir mucho teniendo en cuenta la maestría del simulacro gaditano, del que hereda sobre todo su monumentalidad escultórica. Durante un tiempo llegó a salir procesionalmente con motivo de la festividad de la Virgen del Carmen.

 

 

Virgen del Rosario (Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús): Imagen de candorosas facciones, propias de la escuela levantina del siglo XIX y de la sevillana del mismo siglo como herencia de los modelos románticos impuestos por Juan de Astorga. Fue donada a la Cofradía de la Cena por Rafael Bérmudez Crossman -de hecho, es cotitular de la misma-, siendo por aquel entonces un maniquí semidesbastado de cedro sobre una nube al que el imaginero palmerino Francisco Joaquín Moreno Daza realizó una adaptación para presentarlo como imagen de candelero para vestir (4). Mide 92 cm y sale procesionalmente con motivo de la festividad de la Virgen del Rosario por las calles de la feligresía.


BIBLIOGRAFÍA

(1) INFANTE GALÁN, Juan. La Virgen de la Cinta de la Catedral de Huelva, en ABC, Sevilla, 31-8-1976, p. 12.

(2) GONZÁLEZ GÓMEZ, Juan Miguel y Manuel Jesús CARRASCO TERRIZA. Escultura Mariana Onubense, Huelva, 1981, p. 58.

(3) Ibidem. P. 476.

(4) SÁNCHEZ LÓPEZ, Manuel. Patrimonio Artístico de la Hermandad de la Sagrada Cena, en El Dintel, Huelva, 1998, pp. 40-2.

 

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