RESTAURACIÓN DE SEBASTIÁN MONTES CARPIO

Con información de Sebastián Montes Carpio (02/09/2013)


 

 
 

 

Descripción de la obra

La pieza restaurada es una escultura policromada que representa a Santa Ana. Se trata de una obra anónima del siglo XVIII -según estudios históricos, podemos situarla en torno a 1770- que preside la hornacina central del retablo principal de la ermita erigida en su honor en el municipio de Carcabuey (Córdoba).

La imagen es una talla vestidera en madera, de tamaño algo inferior al natural, que solo tiene anatomizadas la cabeza y las manos, incorporando ojos de cristal y pestañas de pelo natural.

Antiguamente, este interesante simulacro de carácter sacro -que representa a la Madre de la Virgen en actitud hierática, con las manos dispuestas para portar un libro (atributo que hace referencia a su papel como educadora de María)- gozó de una gran devoción en la localidad cordobesa de Carcabuey.

 

 
 

 

Diagnóstico (I)

El estado de conservación general de la imagen era muy deficiente. Las principales patologías eran debidas al envejecimiento propio de los materiales constitutivos de la obra y algunas intervenciones posteriores.

El soporte presentaba numerosas grietas, producidas en su mayoría por las juntas de unión de las distintas piezas, provocando entre ellas separaciones y algunos desniveles y numerosas fisuras.

También mostraba numerosos objetos metálicos (destinados a la sujeción) embutidos en la talla, así como algunas muestras de ataques, activos en el pasado, de insectos xilófagos en la madera.

Entre los diferentes estratos del conjunto estratigráfico (imprimación y policromía) destacamos una importante pérdida de adhesión, con algunos desprendimientos de la policromía y numerosas fisuras y levantamientos.

 

 
 

 

Diagnóstico (II)

El candelero interno de la santa poseía escasa estabilidad, lo que conllevaba un peligro para la integridad física de la imagen. Al no estar correctamente proporcionado a las medidas de la escultura, era necesario usar una sobrepeana para darle una mayor altura a la misma.

Los brazos fueron realizados en una posterior intervención de forma inadecuada, empleando tela y alambre, de ahí que no ejercieran correctamente su función. Respecto a los ojos de cristal, se encontraban velados por la suciedad, y en cuanto a las pestañas postizas superiores, presentaban pérdidas de pelo.

 

 
 

 

Proceso de restauración (I)

En primer lugar se ha procedido a la eliminación de los objetos metálicos; ya que el metal, en el interior de la madera, puede estar descomponiéndola como consecuencia de su propia oxidación.

No ha sido necesario someter la imagen de Santa Ana a un proceso de desinsectación, porque, tras los convenientes análisis, no se muestra ningún indicio de actividad de insectos xilófagos, de ahí que se haya procedido a la limpieza y sellado de las galerías, rellenando los agujeros de salida de los insectos con inyecciones de resina líquida para fortalecer la materia desde el interior.

Han sido revisados todos los ensambles, procediendo a su ajuste y estabilización. Asimismo, se han consolidado y sellado todas las fisuras, siendo posteriormente reintegradas con estuco y policromía.

 

 
 

 

Proceso de restauración (II)

Se han fijado los levantamientos del estrato policromo en las zonas de los bordes de las fisuras y de los desprendimientos, para posteriormente realizar el artista cordobés una limpieza sistemática de la policromía con el fin de eliminar la grasa y la suciedad adherida.

Han sido retirados dos emplastes posteriores de escayola que la santa presentaba en la zona de la boca y la nariz, los cuales redibujaban nuevas formas sobre los volúmenes originales. Dicho añadido de escayola se encontraba en muy mal estado y empezaba a desprenderse, de ahí que haya sido eliminado comprobando previamente que debajo se encontraba la talla original.

Todas las faltas, tanto del estuco como de la policromía, han sido reintegradas con estuco cuidadosamente aparejado y policromía de idénticas características a la original.

En cuanto al cuerpo, ha sido completamente saneada la materia mediante inyecciones de resina líquida. Asimismo, se han vendado todas las líneas de unión y le ha sido aplicado estuco y policromía.

 

 
 

 

Proceso de restauración (III)

Le han sido incorporados a la figura unos nuevos brazos articulados con rotación de bola, así como un nuevo candelero realizado en madera de pino, de correctas proporciones y tapizado.

Las pestañas han sido sustituidas por unas nuevas de pelo natural. En la cabeza se ha incorporado un nuevo sistema de fijación para la aureola de santidad. Finalmente la talla ha sido protegida con barniz Lefranc.

La imagen ha sido protegida con un chaleco y casquete de muletón para evitar, en la medida de lo posible, los daños por los alfileres en las labores de atavío.

Por último, se ha tallado en madera, policromado y dorado, un libro; atributo, como hemos dicho, característico de Santa Ana, que perdió a lo largo de su historia y que, en un principio, sostendría entre sus manos.

 

 

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