REALISMO(S) EN CATALUÑA (1917-1936). DEL PICASSO CLÁSICO AL DALÍ SURREALISTA

06/07/2019


 

 

Introducción

El Museo de Maricel de Sitges acoge desde ayer una exposición de primer nivel, que muestra hasta qué punto el contexto europeo de entre guerras marcó a los artistas catalanes y su obra. La exposición Realisme(s) a Catalunya (1917-1936). Del Picasso clàssic al Dalí surrealista / Realismo(s) en Cataluña (1917-1936). Del Picasso clásico al Dalí surrealista presenta pinturas de los mismos Picasso y Dalí, junto a otras piezas de artistas como Joaquim Sunyer, Alfred Sisquella, Josep de Togores, Ángeles Santos o Joan Miró.

Este interesante proyecto es una iniciativa de los Museus de Sitges, el Museu de Valls y el Museu de la Garrotxa (Olot), impulsada a través de la Xarxa (Red) de Museus d'Art de Catalunya, y está comisariada per la historiadora de arte Mariona Seguranyes.

La exposición supone una prospección y análisis de uno de los momentos más fascinantes y complejos de la historia contemporánea, como es el período entre las dos guerras mundiales, desde una óptica catalana. La muestra relata los encuentros y divergencias de los creadores catalanes entre el final de la Primera Guerra Mundial y el estallido de la Guerra Civil española, sacudidos por las grandes transformaciones sociales y políticas del momento (Gran Guerra, Revolución Rusa, muerte del presidente de la Mancomunitat e impulsor del Novecentismo, Enric Prat de la Riba, Dictadura de Primo de Rivera, conflictos sociales y laborales).

La muestra Realisme(s) a Catalunya (1917-1936). Del Picasso clàssic al Dalí surrealista expone el retorno al realismo y al clasicismo, que marcó el contexto artístico y europeo, y refleja cómo se manifestó en los artistas catalanes. La exposición recoge como asumieron los artistas catalanes del llamado "Rappel a l'ordre" de Jean Cocteau, así como la influencia que ejercieron la Nueva Objetividad alemana, el Novecento italiano o el Realismo mágico, bautizado por Franz Roh. Se trata de los nuevos realismos(s) de la pintura catalana, que van del exterior al interior con unos referentes europeos. Unos tiempos de búsqueda, melancolía y evasión.

La exposición incluye obras y documentación procedentes del Museu Picasso de Barcelona, Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC), Museu de Montserrat - Abadia de Montserrat, Biblioteca Museu de Vilanova i la Geltrú, Museu d'Art Jaume Morera de Lleida, Museu d'Art de Sabadell, Fundació Abelló de Molet del Vallès, Fundació Palau de Caldes d'Estrac, Museu de Valls, Museu de la Garrotxa d'Olot, Museu d'Història de Girona, Alfolí de la Sala - Museu de l'Escala, aparte de varias colecciones particulares.

La muestra está acompañada de un catálogo que incluye textos de los historiadores del arte Francesc Fontbona, Ricard Mas y de la misma comisaria Mariona Seguranyes. La edición cataloga cerca de unas 80 obras además de contener la reproducción de varias cartas y documentos procedentes de la Biblioteca de Catalunya, Museé National Picasso, Arxiu Històric de la Ciutat de Barcelona, Museu d'Art Jaume Morera de Lleida, Ajuntament de Girona y varios archivos particulares, entre otros.

Realisme(s) a Catalunya (1917-1936). Del Picasso clàssic al Dalí surrealista se expone en el Museu de Maricel (Carrer Fonollar s/n) hasta el próximo 13 de octubre, en horario de martes a domingo, de 10:00 a 20:00 horas (del 1 al 13 de octubre hasta las 19:00 horas). Posteriormente viajará a los Museus de Valls y de la Garrotxa (Olot).

 

 

Picasso como referente

La figura y la obra de Picasso como referente estético constituyen uno de los ejes centrales de la exposición. Sus obras de línea clásica y ingressiana conviven con sus telas tardocubistas, algunas de las cuales producidas a lo largo de su estancia en la Barcelona de 1917.

Con motivo de la exposición, se ha analizado la correspondencia de varios artistas que acudieron al artista malagueño, que los ayudó ofreciéndoles contactos de marchantes de París. Se trata, entre otros, de Francesc Domingo, Pere Pruna, Mariano Andreu, Manuel Humbert, Joan Miró o Salvador Dalí.

A partir de ahí surge una relación de complicidades estéticas que nos permiten entender hasta qué punto obras icónicas como "El Arlequín" de Picasso, marcarán de maneras muy diferentes el camino a pintores como Josep de Togores, Francesc Domingo y en un momento muy preciso a Joan Miró.

Todos ellos en un momento u otro se dejaron guiar por Picasso, por sus arlequines, por las mujeres mediterráneas corriendo por la playa y por un universo que de tan dulce que era dolía.

 

 

Antecedentes de un clasicismo moderno (1905-1914)

Los nuevos realismo(s) en Catalunya tienen sus referentes en el primer cubismo y en los conceptos del primitivismo y mediterraneismo acuñados a principios del siglo XX, que se convirtieron en ejes definidores del Novecentismo. Artistas como Joaquim Torres-García, Arístides Maillol o Joaquim Sunyer marcaron el retorno a las raíces de la cultura mediterránea y clásica.

Asimismo, la presencia del cubismo en Catalunya con la exposición en las Galerías Dalmau el 1912 es entendida como una renovación plástica de aquel inicial clasicismo mediterráneo. Así pues, la estética mediterránea y la especulación formal del cubismo eran parte de la esencia de este clasicismo renovado.

 

 

En busca de las nuevas figuraciones (1917-1936)

En 1917 hay varios hechos que marcan el final de una época: a nivel internacional la Primera Guerra Mundial avanza y estalla la Revolución Rusa, además de convertirse en una gran crisis para el gobierno español. En Catalunya tiene lugar la muerte de Enric Prat de la Riba, principal impulsor del programa cultural del Novecentismo. Se agravan los conflictos sociales y se suceden las huelgas. Este es también el año de la gran Exposición de Arte Francés, de la visita de Pablo Picasso con los Ballets Rusos con motivo del estreno de Parade en Barcelona y de la publicación del manifiesto de Torres-García, "Art-Evolució".

Por otra parte, debido a la Primera Guerra Mundial, Barcelona está llena de artistas extranjeros refugiados, muchos destacados vanguardistas. Todos estos factores provocan que el idealismo del agave y la golondrina del Novecentismo se desvanezca, y una serie de nuevos creadores se articulan en nuevas agrupaciones, como Els Evolucionistes o Els Courbets, en busca de una realidad nueva. Aparte, las obras del pintor Feliu Elias quieren atrapar la "pura realidad" y desvelan lo extraño y siniestro para expresar el malestar del siglo XX.

 

 

Pintores catalanes bajo la influencia de Picasso

La obra que Pablo Picasso creó a lo largo de su estancia en Barcelona se encontraba entre dos ejes: el clasicismo y el tardocubismo. Algunas de estas composiciones se convirtieron en un faro para un conjunto de pintores, entre los que se encontraban Josep de Togores, Joan Miró y Francesc Domingo. Picasso escogió entre sus obras para dar a los Museos de Arte de Barcelona, una de representativa del clasicismo, el "Arlequín", que se convirtió en todo un símbolo de este nuevo camino iniciado.

El otro gran escenario de los realismo(s) es el barrio de Montparnasse de París, frecuentado por una serie de pintores catalanes. Todos ellos visitan Picasso, que les ayuda a abrirse camino. Nos referimos entre otros a Manuel Humbert, Pere Pruna y Francesc Domingo. Finalmente, Salvador Dalí vista con reverencia Picasso en 1926 y las mujeres picassianas con un toque de transgresión freudiana emergen en su obra.

 

 

Metafísica, surrealismos y logicofobismo

Giorgio de Chirico y los artistas de la revista italiana "Valori Pastici", los creadores de la pintura metafísica y de la realidad inquietante, dejaron una huella evidente en pintores de casa como Salvador Dalí, el pionero en recibir este legado. Dalí se convirtió en uno de los grandes divulgadores de la obra de De Chirico, juntamente con los surrealismos parisinos, que lo reinterpretaron para mostrar la realidad interior.

Àngel Planells y Joan Massanet recibieron la influencia de la pintura metafísica a través de Dalí. En estos mismos años, varios pintores elaboran obras con la estética de la metafísica, el realismo mágico o la realidad fantasiosa, como Antoni Garcia Lamolla, Ángeles Santos Torroella o Ramon Calsina.

La Exposición Logicofobista del año 1936 es el canto del cisne de toda una generación de artistas que trabajaban con los nuevos lenguajes del realismo mágico, la metafísica y los surrealismo(s). Pero la Guerra Civil española truncará cruelmente sus diversas trayectorias. 

 

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