RESTAURACIÓN DE UNA TALLA ROMÁNICA EN EL MNAC

Àngels Comella y Jordi Camps (15/09/2018)


 

 
 
Comparativa. Estado inicial y final

 

Introducción

Un niño Jesús coronado que pretende escapar del regazo materno es el gesto que caracteriza una imagen románica que ingresó en el Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC) en el año 1920, después de que la Junta de Museos la adquiriera al anticuario José Valenciano.

Se trata de una escultura policromada, tallada en madera frondosa, de una concepción y calidad técnica muy interesantes. Antes del proceso de restauración de 2018, estaba en la reserva del MNAC porque presentaba unos niveles de suciedad adherida, y una alteración cromática y también volumétrica que impedían su exhibición.

 

 
 
Imagen de la obra en 1920
 
 
 
 
Detalles de la obra con RX. El azul indica mayor cantidad de yeso

 

Estudio de la obra

En un primer examen, observamos que había estado sometida a varias intervenciones de restauración. En concreto, una de ellas fue particularmente invasiva y afectaba a la lectura correcta de la pieza.

Aunque no hay documentación escrita sobre los procesos de restauración a los que se había sometido la obra, se conservan fotografías del momento en el que ingresó en el MNAC. El estudio de dicha documentación fotográfica, así como el diagnóstico visual, los análisis químicos y el estudio radiográfico que hemos llevado a cabo han sido decisivos para elaborar una propuesta de restauración con el objetivo de acercarnos a la originalidad que la obra había perdido.

Una fotografía en blanco y negro permite observar que la talla llegó al MNAC en mal estado de conservación y una mutilación considerable de los volúmenes: presentaba un ataque devastador de insectos xilófagos con importantes pérdidas de soporte y de policromía. Por otra parte, la capa pictórica visible no era de época, sino un repintado fechable probablemente en el siglo XVIII.

Tras la entrada de la obra en el museo, en 1920, se realizó una intervención de restauración que consistió en estucar y reconstruir con yeso gran parte de las pérdidas de soporte, incluso volúmenes perdidos como por ejemplo los pies y parte del cinturón de la túnica de la Virgen. También se reintegró entonces toda la zona estucada, parte de la madera vista y en algunas zonas, sobre la policromía existente.

Esta intervención incidió aproximadamente sobre un 60% de la superficie escultórica. Se trató sin duda de una reconstrucción excesiva que deslucía y alteraba considerablemente la visión de la Virgen con el Niño, aplicando unos criterios alejados de los de mínima intervención, vigentes hoy en día.

La imagen radiográfica resultó fundamental en el planteamiento de nuestra intervención porque reveló cuál era el estado del soporte de madera bajo la capa de yeso. Efectivamente, la radiografía nos mostró con claridad los diferentes espesores de yeso añadido y pudimos llegar a la conclusión de que la mayor parte de la talla, aunque estaba dañada, se mantenía bastante entera y, por tanto, podíamos plantearnos recuperar los volúmenes de la escultura original.

 

 
 
Detalle del Niño. Estado inicial, desestucado y estado final
 
 
 
 
Detalles de las catas de limpieza en la cabeza de la Virgen

 

Propuesta de intervención y proceso de restauración

La propuesta de intervención de la Virgen se basó en las siguientes fases: retirada de la reintegración pictórica y del exceso de estucado de la intervención anterior para recuperar la talla original, limpieza de la policromía restante, nivelación puntual con estuco donde ha sido necesario y reintegración pictórica.

La retirada del excedente de yeso se realizó humedeciendo la superficie suavemente con una torunda y agua desionizada, y con la ayuda de un bisturí. Rebajamos el grosor de estuco hasta recuperar los volúmenes originales de la obra y siempre que fuera posible, recuperando los restos de policromías antiguas.

El proceso de desestucado destapó restos de policromías antiguas. La limpieza se realizó inicialmente con sistema acuoso y más tarde con la aplicación de disolventes en algunas zonas.

Los análisis químicos de los pigmentos confirmaron que la técnica empleada en la capa pictórica visible era el óleo. Bajo esta última capa identificamos algunos restos de policromías más antiguas: con aceite como aglutinante, principalmente, y algún vestigio con temple que se podría fechar en la época de realización de la obra (en concreto, en el asiento de la Virgen y bajo la túnica del Niño).

En una muestra extraída de la corona de la Madre se identificó una lámina metálica de estaño bajo la capa visible de dorado, y esto lleva a pensar que originalmente la corona podría haber sido dorada mediante estaño corlado y, posteriormente, repintada de amarillo.

La reintegración cromática se ha limitado a matizar los blancos del estuco ajustándolos según los tonos del entorno. En cuanto a las lagunas, donde la superficie de estucado era considerable, hemos aplicado la técnica de reintegración del tratteggio.

Tratándose de una obra que se había mantenido en el culto durante siglos, pensamos que se debía repintar para paliar el desgaste del paso del tiempo o, incluso, para seguir los cambios de la moda.

En cuanto al dorso de la Virgen, los dos agujeros para unas espigas, que se aprecian encima de la zona vaciada correspondiente al asiento, llevan a pensar que la talla se adosaba a una tabla o que, sencillamente, una tapa de madera cerraba dicho espacio.

El objetivo principal de nuestra intervención ha sido recuperar, en la medida de lo posible, el aspecto que se acercaba más al de la talla original y retirar tanto el exceso de suciedad como la alteración cromática, a fin de dar la máxima legibilidad a esta atractiva escultura que de nuevo se expone en el MNAC.

 

 
 
Edículo o templete de Sant Martí de Envalls
 
 
 
 
La Virgen expuesta en 1934 en las salas del MNAC

 

Origen e iconografía de la obra

Al mismo tiempo que se ha analizado y restaurado la imagen, ha sido necesario estudiarla para averiguar con qué fin fue creada. El conocimiento y la comparación con otras obras y temas ha sido la base del trabajo. No olvidemos que las obras llegan a los museos fuera de su contexto original.

La documentación moderna nos dice que la talla proviene del Pirineo occidental catalán, si bien de momento es imposible precisar su origen, a no ser que en el futuro aparezca un documento o una fotografía que permita identificarlo. Con todo, su particularidad radica en el hecho de que la posición del Niño no es la más habitual, sentado frente al espectador sobre el regazo o una rodilla de María. En este caso, la figura se inclina hacia la izquierda, con las manos abiertas, claramente orientado hacia otro personaje que se le dirige desde aquella dirección. El conjunto, pues, muestra un dinamismo y una aparente naturalidad de gestos inexistentes en numerosísimas vírgenes de época románica, marcadas por la frontalidad.

Tal y como nos han llegado a la actualidad y como las podemos ver hoy en los museos, podríamos llegar a pensar que las imágenes de la Virgen con el Niño aparecían como un objeto aislado sobre el altar. Sin embargo, a menudo se combinaban con otras representaciones. Una de ellas era la Adoración de los Magos, en que la figura del Niño inclina y alarga los brazos para recibir solemnemente la ofrenda del primero, Melchor, tal y como vemos en la escena representada en capiteles de la catedral de Saint-Lazare de Autun (Borgoña) o del claustro de la catedral de Tarragona. Así pues, es muy probable que la talla que analizamos hubiera formado parte de un grupo como éste. Otras imágenes en madera, como la de Santa Coloma de Andorra, muestran una composición similar, pero no idéntica, a la del MNAC.

Hay ejemplos muy interesantes donde la imagen se sitúa bajo una estructura a modo de templete, por lo que formaba parte de un pequeño retablo o edículo junto con otras escenas. Un ejemplo parcialmente conservado, a modo de pequeño retablo, es el de Saint Martin de Angoustrine o Sant Martí de Envalls (Angostrina), en la Alta Cerdaña francesa. El grupo de la Virgen, en este caso de composición estrictamente frontal, iba acompañado por las escenas marianas de la Anunciación y de la Visitación, pintadas en dos tablas laterales. Desgraciadamente la talla fue robada en los años 70 del siglo XX.

Mencionamos el anterior ejemplo porque sirvió de modelo, a través de un dibujo del artista Sebastià Junyent, para construir un templete de madera que enmarcaba la imagen del MNAC a partir del momento en que fue expuesta, desde 1920. Así, esta obra también es interesante desde el punto de vista museográfico, visto que el MNAC la expuso durante muchos años intentando evocar parte de su contexto inicial. 

 

 
 
Estado final

 

Conclusiones

Estilísticamente, este grupo escultórico combina la expresión severa o solemne de los personajes, provista de una cierta esquematización, con la naturalidad del gesto en la figura de Jesús. Además, su indumentaria está tratada a base de múltiples pliegues. Por ello, podemos proponer que esta imagen mariana puede pertenecer al entorno del 1200 o a las primeras décadas del siglo XIII.

Como hemos visto, la imagen tiene su propia historia dentro del Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC). Ahora, nuevamente instalada en las salas de Románico, recuperado su esplendor, con su composición dinámica, aporta nuevos contenidos junto a las vírgenes de Ger, Matadars, Gósol y All.

 

 
 
Estado final

 

Volver          Principal

www.lahornacina.com