NOTRE DAME: UNA RESTAURACIÓN DEMASIADO RÁPIDA Y SIN CONSERVADORES

29/04/2019


 

 

La Federación Francesa de los Profesionales de la Conservación-Restauración (FFCR) ha denunciado en un comunicado la ausencia total del término conservación-restauración en los debates acerca de la urgencia sobre los plazos de reconstrucción del templo de Notre Dame. Dicha entidad considera, además, que en materia de conservación, conservación o reconstrucción, solo un tiempo largo y unas adecuadas consultas garantizan una consideración global, reflexiva, armoniosa y perenne de los desafíos a afrontar en la Catedral de París.

La FFCR recuerda que unos 1.400 conservadores-restauradores en activo, especializados en la restauración de esculturas, carpintería y vidrieras en toda Francia, fueron quienes pudieron indicar las recomendaciones para el embalaje y el transporte de las telas y otros bienes de Notre Dame hacia el Louvre la semana pasada. En los próximos meses, supervisarán la evolución de estas obras en su nuevo entorno, así como la de las obras "in situ" en la iglesia. También comprobarán su estado, establecerán diagnósticos y realizarán recomendaciones de tratamiento. Según la FFCR, solo su experiencia permitirá evaluar los daños que puedan surgir, y serán ellos quienes dirigirán las intervenciones de conservación y restauración necesarias.

Para la FFCR se habla de restauración, pero no de la necesidad de llevar a cabo peritajes sobre el estado actual de la estructura, ya que lo primero que hay que hacer es estabilizar y detener las alteraciones. La federación afirma que son los conservadores-restauradores quienes poseen los conocimientos teóricos y prácticos sobre las condiciones de conservación, así como el alcance histórico, artístico o simbólico de las obras. Ellos son los que observan una deontología cuyo objetivo es estabilizar el estado de las obras respetando su autenticidad, todo ello con el propósito de transmitirlas a las generaciones futuras, concluye la FFCR.

Por otro lado, la Academia Medieval de América, a través de una carta abierta dirigida al Presidente de Francia, insta igualmente a la paciencia y al cuidado a medida que los planes se concretan para la reparación y renovación de la Catedral de Notre Dame. En la carta recuerda que este monumento no pertenece únicamente a católicos, parisinos, franceses o incluso europeos, sino que es una herencia que el genio de sus sucesivos constructores legó a la humanidad, y señala que la excelencia de Francia en la protección patrimonial se ha visto ligeramente olvidada por parte de los últimos gobiernos, como se demuestra en la disminución actual de las partidas presupuestarias para la conservación de los Monumentos Históricos franceses.

De otra parte, la Academia pide al presidente que historiadores y expertos tengan tiempo para diagnosticar antes de que se tome una decisión sobre el futuro del monumento, ya que pese a la rápida acción que requiere el tiempo político y al daño que causa la imagen de Notre Dame mutilada, lo que sucederá en el templo durante los próximos años nos compromete a todos, mucho más allá de ese tiempo. El desafío de estas obras va mucho más allá de los mandatos políticos, insiste la Academia.

Por último, la Academia Medieval de América afirma que el Poder Ejecutivo no puede darse el lujo de no escuchar a los expertos, de los cuales Francia educa a algunos de los mejores, muchos de los cuales están actualmente en la administración trabajando para el Ministerio de Cultura. La Academia aboga por reconocer su experiencia, tomarse el tiempo para encontrar el camino correcto, y luego, fijar un objetivo ambicioso para una restauración ejemplar, no solo para el presente, sino también para las generaciones futuras.

El Gobierno francés tiene previsto sacar un concurso de ideas para reformar Notre Dame. Una de las cuestiones, por ejemplo, que habrá que estudiar es qué materiales se utilizarán para reemplazar el envigado de cientos de troncos de roble y las placas de plomo de la cubierta que han quedado destruidos por el fuego.

En cuanto al coste de los trabajos, después de que ya se hayan conseguido compromisos de donaciones por cerca de mil millones de euros por parte de grandes fortunas y ciudadanos franceses, los expertos consideran que son cifras ampliamente suficientes para lo que requerirá Notre Dame.

El presidente Macron se marcó como meta que Notre Dame esté lista para los Juegos Olímpicos de París en 2024. Sin embargo, los expertos lo ponen en duda y calculan entre diez y quince años de cara a su total reparación. Asimismo, advierten que una concentración de especialistas en ese tipo de restauraciones para Notre Dame podría suponer retrasos en otras obras patrimoniales necesitadas también de intervención.

El incendio que asoló la Catedral de Notre Dame de París el pasado 15 de abril recordó la vulnerabilidad de nuestro patrimonio construido, así como la de los objetos y obras que contiene. La elogiosa acción de los bomberos evitó un desastre mucho peor, así como los siguientes actos de urgencia destinados al apuntalamiento del edificio y al traslado de la mayoría de sus obras de arte. Todo ello evitó el potencial colapso de la catedral, que pudo producirse tan solo media hora después, y la destrucción, con ello, de sus 850 años de historia.

 

Fotografía de Michel Euler

 

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