SAN FRANCISCO ORANDO ANTE EL CRUCIFIJO. OBRA DE FELIPE DE ESPINABETE

Con información y fotografías de Javier Baladrón (04/10/2021)


 

 

El templo vallisoletano de San Andrés cuenta con una obra documentada de Felipe de Espinabete -Cabeza de San Juan Bautista (1773)- y otra dos atribuidas -San Francisco orando ante el Crucifijo (hacia 1772-1776) y Cristo Yacente (hacia 1773)-. Estas dos últimas fueron talladas para sendos retablos de la iglesia.

Al igual que los relieves de la sillería del de Santa María de La Santa Espina (1766), el Cristo atado a la columna de Tordesillas (1768) o el San Antonio Abad (hacia 1761-1762), pertenecientes todo ellos al periodo puramente rococó de Espinabete, en el San Francisco orando ante el Crucifijo se observa esa concepción ondulante, rítmica y curvilínea que imprime Espinabete a sus composiciones, además de su característico plegado -unas veces el acuchillado procedente de Pedro de Ávila y otras el serpenteante de Pedro de Sierra- que aporta mayor dinamismo y un aspecto pictórico a las superficies a causa de los claroscuros que forman.

El rostro del santo deja pocas dudas a su atribución, siendo además muy parecido al del Cristo Yacente de la misma iglesia. En el San Francisco orando ante el Crucifijo, Espinabete nos muestra un rostro duro, de facciones adelgazadas, cuencas de los ojos hundidas y pómulos fuertemente resaltados en alusión al riguroso modo de vida del santo, de forma similar a como lo representó, esta vez de pie, itinerante y en actitud extática, para el convento de franciscanos descalzos de Tordesillas (Valladolid), hoy en el Museo de San Antolín de dicha localidad. Asimismo, son comunes con estas obras, y características del artista, las sinuosas arrugas, muy marcadas, en la frente, el ceño fruncido, las cejas finas y alargadas, la barba partida en dos mechones cuyos extremos se curvan hacia dentro, tallada con minuciosidad, al igual que el cabello, así como dotarle de dientes de pasta, trabajando con detalle la lengua e, incluso, el paladar.

Felipe de Espinabete (1719-1799) fue el último gran escultor del Barroco vallisoletano y uno de los maestros más conspicuos del Rococó castellano. Nacido en Tordesillas el 1 de mayo del año 1719, debió de formarse como escultor en Valladolid al lado de Pedro de Ávila (1678-1755), si bien le influyó sobremanera el estilo y las iconografías de Pedro de Sierra (1702-1760/1761). Una vez completada su formación, contraído matrimonio y tras varios viajes de ida y vuelta entre Tordesillas y Valladolid, parece ser que se asentó definitivamente en Valladolid hacia 1747-1750, convirtiéndose pronto en uno de los maestros más cotizados de la urbe. El reconocimiento a su exitosa carrera le llegó el 14 de diciembre de 1784 cuando la Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción le nombró académico. Espinabete quedó tan agradecido por su recepción que ofreció a la corporación 30 dibujos de su mano para servir de modelo a los alumnos. Su vida se apagó el 29 de agosto de 1799, en casa de su hijo Blas, y su cuerpo fue sepultado en la primitiva iglesia de San Juan Bautista. Según Urrea, con su desaparición se ponía punto y final a la escuela de los grandes maestros de la escultura barroca castellana de la que, sin duda, Espinabete fue digno epílogo y el último representante de calidad.

Felipe de Espinabete fue un maestro bastante versátil tal y como parece indicarlo su amplio y variado catálogo productivo, en el que tienen cabida diferentes materiales (madera, piedra y barro) y temáticas (religiosa y profana). Su obra puede agruparse en cuatro grandes bloques, si bien algunas esculturas escapan a tal clasificación: imágenes para retablos, relieves para sillerías, pasos procesionales y cabezas de santos decapitados, siendo esta última temática en la que verdaderamente se especializó y le hizo ganar merecida fama.

 

 

FUENTES

BALADRÓN ALONSO, Javier. "Contribución al catálogo del escultor Felipe de Espinabete (1719-1799)", en Ars Bilduma. Revista del Departamento de Historia del Arte y Música de la Universidad del País Vasco, nº 10, Servicio Editorial de la UPV/EHU, 2020, pp. 50-51 y 53.

ALBARRÁN MARTÍN, Virginia. "Un San Francisco del escultor Felipe de Espinabete", en Boletín de la Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción, nº 45, Valladolid, 2010, p. 67.

 

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