LA VIRGEN DE LA ESPERANZA DE LA CATEDRAL DE VALENCIA

Con información de Manuel Crespo Hellín (17/12/2010)


 

 

 

Las representaciones de la Virgen de la Esperanza o, simplemente, Virgen Encinta, tuvieron una gran difusión en España. Manuel Trens, en su obra María. Iconografía de la Virgen en el Arte Español, recoge algunas obras de "crudo realismo -en las cuales- la expectación maternal de María llega a tener en la escultura un aspecto formalmente inelegante". Alude a la Virgen de la Esperanza, talla en madera policromada de principios del siglo XVIII que se encuentra en el Monasterio de San Juan de las Abadesas (Girona) o la Virgen del Lledó, Patrona de Castellón de la Plana, en cuyos vientres presentan una cavidad en la que aparece el Niño en estado embrionario.

No obstante, existen otras Vírgenes de la Esperanza en el arte español menos realistas donde aparece el disco solar grabado sobre el vientre voluminoso de María, como alegoría de la luz que ha de iluminar al mundo. En la ciudad de Valencia encontramos dos ejemplos escultóricos de este tipo de Virgen de la Esperanza; uno de ellos, también conocido como Virgen de la Buena Esperanza, en la girola de la Catedral, de autor desconocido, y otra Virgen de la Esperanza del mismo tipo en la Iglesia de San Martín, labrado por el escultor valenciano José Capuz.

Otra variante, en lugar del disco solar, recrea al Niño envuelto en luz, "como representándose a través del vestido de su madre", según Manuel Trens en su citada obra. Es el caso de la Virgen de la Esperanza (hacia 1610), óleo sobre tabla atribuido al pintor Juan de Sariñena y conservado en el Museo de Bellas Artes de Valencia, ya estudiado en un anterior capítulo de esta serie Spes Nostra dedicada a la advocación esperancista. El propio Trens nos lo describe así: "una multitud de ángeles músicos acompañan a la Virgen, que está meditando las palabras de la Escritura, puesta entre sus manos. Sobre el vientre aparece un pequeño disco solar con facciones humanas".

Retomando la pieza venerada en la Catedral de Valencia, se trata de una obra dieciochesca de factura levantina. De talla completa y pequeño tamaño, portaba en su mano izquierda un atributo alusivo a su título, mutilado al igual que varios dedos de sus manos. Por lo demás, el estado de conservación de la estatuilla, situada de pie y en contraposto sobre una nube con dos querubines, es bastante bueno. Posee rasgos infantiles, expresión ufana, blancas carnaciones, largo cabello de tonos castaños y el mencionado símbolo del sol labrado en relieve. El tipo de estofados, la ornamentación de la peana y el vuelo de los paños remiten también a su época de ejecución.

 

 

FUENTES: CRESPO HELLÍN, Manuel. "María Gravida. La Iconografía del Dogma
de la Encarnación de Jesucristo en María", en Ars Longa: Cuadernos de Arte, 1992, pp. 42 y 43.

 

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