UNA NUEVA OBRA DE MURILLO EN EL MUSEO DE BELLAS ARTES DE VALENCIA

02/05/2018


 

 

Una nueva obra del pintor sevillano Bartolomé Esteban Murillo se ha incorporado desde el pasado 11 de abril al Museo de Bellas Artes de Valencia. Se trata de Religiosa en contemplación, un óleo sobre cobre que representa a una joven monja en actitud arrobada, de la que se muestra poco más de la cabeza y las manos que sostienen un crucifijo de madera. Procedente de la Colección Delgado, sus recursos técnicos de estilo y su sensibilidad permiten atribuirla a Bartolomé Esteban Murillo, que podría haber realizado la obra en torno a los años que trabaja para los capuchinos de Sevilla y la catedral hispalense, es decir entre 1665 y 1670.

Este cuadro inédito, inédito hasta la fecha, ha sido cedido en comodato por un periodo de cinco años, y su ubicación es la sala dedicada al arte barroco español, junto al resto de "murillos" de la colección, así como obras de maestros como Velázquez, Van der Hamen, Yepes o Ribalta. La obra ha sido expertizada por Ignacio Cano, conservador del Museo de Bellas Artes de Sevilla, y restaurada para la ocasión por Rafael Romero.

Coincidiendo con el 400 aniversario de la muerte del pintor sale a la luz esta pintura donde la mirada de una joven monja transmite una elevada fuerza interior que le lleva a buscar la luz, ignorando cuanto le rodea. El personaje revela la mística de raíces hispanas de personajes que, como santa Teresa, desarrollaron su unión con Dios desde la intimidad de la contemplación. Este gesto fisonómico lo encontramos con cierta frecuencia en la obra de Murillo, quien desarrolló un código simbólico que quedó fijado en la pintura sevillana.

La técnica pictórica y la intensidad expresiva hacen de ella una pintura de gran personalidad y calidad, que solamente podría haber realizado un pintor de una particular destreza y maestría del panorama artístico español. La temática y el naturalismo que manifiesta, permiten situarla en la segunda mitad del siglo XVII. No obstante, los recursos técnicos de estilo y de sensibilidad permiten atribuirla a Murillo.

No se sabe con certeza de qué personaje se trata, si bien la individualidad y la fuerza expresiva del rostro pueden llevar a pensar que sea un retrato de una monja venerada por su vida de santidad, aunque también pudiera ser la séptima hija del pintor, Francisca Murillo y Cabrera, que ingresó en un convento.

Como hemos apuntado, Religiosa en contemplación ha sido restaurada y analizada por Rafael Romero, propietario junto a Adelina Illán de los laboratorios de Icono I&R de Madrid, dedicados a la restauración y análisis técnicos de obras de arte, observándose a raíz del proceso una serie de características técnicas que vinculan el óleo con los procesos pictóricos de Murillo.

Esta es la séptima obra de Bartolomé Esteban Murillo que tiene el Museo de Bellas Artes de Valencia. Las otras son San Agustín lavando los pies a Cristo, que en estos momentos se exhibe temporalmente en el Museo Nacional de Escultura de Valladolid (MNE); San Francisco de Asís, procedente de la Donación Orts Bosch; San Antonio de Padua, de la Donación Goerlich-Miquel, y la Oración en el Huerto, el Salvador y la Magdalena Penitente, estas tres últimas procedentes también de la Colección Delgado.

 

 

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