A lo largo de la historia ha sido habitual el uso de múltiples y diversos objetos protectores que cumplían una función profiláctica, decorativa y, en muchas ocasiones, de ostentación social.

La utilización de estos amuletos ha tenido como sujetos principales a los niños, y es que la infancia siempre ha sido el segmento de la población más vulnerable. El miedo atávico a perder a los hijos los convierte en idóneos destinatarios de la protección sobrenatural que se atribuía a estas piezas.

La muestra Fulgores de protección. El sonido de las estrenas en la platería valenciana (Fulgors de protecció. El so de les estrenes en la plateria valenciana) centra su foco en un tipo de amuleto-joya, la estrena, que podemos adscribir al territorio valenciano en un periodo muy concreto: la segunda mitad del siglo XVIII y los inicios del XIX. Se trata de medallas religiosas para colgar de la cintura del infante, con campanillas que añadirían la acepción de juguete sonoro a sus ya mencionadas funciones. Además, la presencia de advocaciones de especial arraigo local incorpora una manifiesta religiosidad popular a una esfera tradicionalmente profana.

Estas piezas están estrechamente vinculadas a la rica variedad de dijes infantiles. De algunos son herederas formales directas, con otros comparten función, cronología, elementos e, incluso, nombre.

Especialmente relevante para el estudio de este particular capítulo de la platería popular valenciana es la documentación de archivo coetánea, que arroja valiosísima información tanto formal como de uso. Y no podemos olvidar la importante aportación del arte, que siempre presta su imagen como testigo de excepción.

Hasta el 18 de marzo de 2018 esta exposición se puede visitar en el Museo de Bellas Artes de Valencia. Es el momento de entrar en este pequeño joyero y dejarse deslumbrar por sus Fulgores de protección.