LA VIRGEN DE LAS VACAS

David Casillas para El Diario de Ávila (22/03/2007)


 

La imagen de la Virgen de las Vacas, una de las advocaciones marianas más antiguas y arraigadas de la ciudad de Ávila, acaba de desvelar un valioso secreto que guardaba en su interior desde hace al menos tres siglos, un hallazgo inesperado y muy interesante que la hace aún más valiosa no sólo a los ojos de los miembros de su cofradía, que la tienen en mucha estima, sino también a los de cualquier amante del arte.

Y no es otra la sorpresa, que certifica y amplía en el tiempo el secular origen de la cofradía que a ella se acoge, que el descubrimiento de que la imagen de esta Virgen que despierta tanta devoción entre los abulenses es una talla románica datada en el siglo XIII, una escultura en madera policromada de notable valor artístico y enorme significación para la ciudad que hasta el momento no estaba documentada. El descubrimiento de que la talla "guardaba" una pieza de época románica, la tercera imagen religiosa de ese tiempo que se documenta en la capital, junto con las de la Soterraña y la de Sonsoles, tuvo su origen en la realización de unas labores de restauración de la escultura, en la que se habían apreciado unas grietas.

Antonio Javier Aparicio y Sonia Caballero, restaurador e historiadora del arte responsables de los trabajos de restauración de la imagen, explicaron que al estudiar las grietas que habían aparecido en el busto de la imagen, por su parte delantera y trasera, descubrieron con sorpresa que esas hendiduras no se habían producido en la madera de la imagen sino en un curioso relleno que la recubría.

Ese relleno de nulo valor artístico, añadieron Antonio Javier Aparicio y Sonia Caballero, había sido realizado con un material muy heterogéneo en el que descubrieron pelos de animales aglutinados con cola también animal y capas de yeso, volumen al que más recientemente se recubrió con óleo y témpera. Bajo todo ese añadido apareció, «para sorpresa mayúscula y de enorme interés», la imagen de una virgen de estilo románico que los especialistas en arte e historia, atendiendo a sus características, han datado a principios del siglo XIII.

La escultura original es una talla de madera de nogal policromada que representa a una virgen sedente que cumple todos los cánones de las hieráticas figuras religiosas del arte románico. Aunque en principio pudo pensarse que la pieza fuese creada en el siglo XII, el descubrimiento de que la pintura utilizada, que se ha conservado muy bien, había sido creada por la técnica del temple al huevo, llevó hasta el XIII la fecha de su ejecución.

Esa pintura conserva los colores originales de la imagen, de gran viveza, y detalles muy significativos como unos dibujos de soles sobre el vestido de la Virgen en los que aún se apreciaba la utilización de pan de plata; en algunos ribetes de la talla también se han encontrado, deteriorados por el paso del tiempo, restos de pan de oro.

Durante la época barroca, informaron Caballero y Aparicio, fue bastante común en España la costumbre de reaprovechar las imágenes religiosas ya existentes, cuya ropa era la que tenían pintada sobre la propia madera, para vestirlas con ropajes suntuosos con las que sacarlas en procesión, práctica que en el caso de la Virgen de las Vacas provocó el corte de las manos y la sustitución de su cara original, inexpresiva como son todas las piezas románicas, por otra de mayor fuerza expresiva, que es la que sigue luciendo actualmente.

Descubierta la verdadera dimensión artística de la Virgen de las Vacas, de mayor riqueza que la que se suponía, la decisión tomada por los responsables de su restauración fue la de construir un arnés ligero e incapaz de dañar la centenaria talla que pueda colocársele, a modo de hombreras, para que vuelva a poder ser vestida con la misma riqueza de ropajes y detalles que hasta ahora ha conocido y seguir siendo sacada en procesión o venerada en su ermita. 

En paralelo, Antonio Javier Aparicio ha realizado una réplica de la imagen del siglo XIII en madera de pino (por el método del vaciado en resina), escultura a la que ha añadido una cara que se supone que sería muy parecida, sino similar, a la que tuvo la Virgen de las Vacas hasta su alteración, rostro para el que ha tomado como modelo el de la virgen románica de Villafranca de la Sierra. Esta talla será colocada seguramente en la ermita, en un lugar que habrá de decidirse.

De este relevante y satisfactorio hallazgo, que significa la primera documentación en la ciudad de Ávila de una imagen religiosa retallada para vestirla, dará mañana cuenta el Patronato de la Santísima Trinidad y Nuestra Señora de las Vacas en un acto que se celebrará en la propia ermita, a partir de las 21,00 horas, y en el que participarán como ponentes Sonia Caballero Escamilla y Antonio Javier Aparicio.

 

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