LA TRANSFIGURACIÓN

01/08/2006


 

 

El pasaje de la Transfiguración de Jesús aparece detalladamente comentado en el Evangelio de San Marcos. Según el texto, Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos solos a una montaña alta, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador y se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. Entonces Pedro tomó la palabra y le propuso a Jesús hacer tres tiendas, una para él, otra para Moisés y otra para Elías; estaban asustados, y no sabía lo que decía.

Se formó una nube que los cubrió y una voz les dijo: "Este es mi Hijo amado; escuchadlo". De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos. Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: "No contéis a nadie lo que habéis visto hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos". Esto se les quedó grabado, y discutían qué querría decir aquello de resucitar de entre los muertos (Mc 9, 2-10).

Según Rafael Serra, profesor de exégesis bíblica, la escena descrita recuerda al personaje misterioso, al Hijo del hombre de Dn 7, 14. Considera que la nube y la voz son una teofanía divina y que, con la Transfiguración, queda Jesús solemnemente proclamado Mesías-Hijo de Dios, Maestro y Redentor.

Un interesante ejemplar escultórico de la Transfiguración de Cristo lo encontramos en el imponente retablo mayor de la Colegiata de San Miguel de Jerez de la Frontera (en la fotografía). El retablo fue contratado en el aņo 1614 por el maestro jiennense Juan Martínez Montañés, aunque no fue concluido hasta el año 1641.

Dentro de la labor escultórica, son obras directas de Martínez Montañés los altorrelieves de la Batalla de los Ángeles, la Transfiguración y La Ascensión de Cristo, así como las figuras exentas de San Pedro y San Pablo. Los altorrelieves de La Anunciación de la Virgen, La Epifanía o Adoración de los Magos, La Adoración de los Pastores y La Purificación de Jesús en el Templo, así como las esculturas de bulto redondo de San Juan Bautista, San Gabriel, San Rafael y San Juan Evangelista, fueron labradas por José de Arce, escultor de origen flamenco.

 

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