Viajar supone buscar más allá de los límites cotidianos, como si en dichos límites te faltaran aspectos importantes para encontrar un sentido a tu vida. Piezas importantes del rompecabezas en que se convierte tu existencia y que vas acumulando para poder completar en algún momento esa imagen misteriosa que nos aclare todo aquello que nos inquieta y nos moviliza día a día. Con el tiempo descubres que muchas de las piezas encontradas se repiten, por lo que resulta muy difícil avanzar. Es más, descubres que ya disponías de muchas de ellas sin necesidad de moverte de lo que decides asignar como tu casa.

Probablemente la obsesión por el hecho de viajar te ha robado mucho tiempo y no has reparado en los tesoros cercanos, próximos a casa. Y, tal vez, precisamente ha sido el hecho de alejarte del centro lo que ha podido permitirte percibirlo y entenderlo de otra manera. En mi caso concreto, decidí buscar en el mundo y sus variedades para comprobar y comprender que mi rompecabezas particular necesita para completarse, más que nunca, algunas piezas, tal vez las más importantes, y que no hay manera de encontrarlas, que solo encuentras en función de lo que buscas y cómo lo buscas ("según crees así ves") por lo que muchas de las cosas que pueden resultar importantes pasan desapercibidas y no puedes verlas. Sabes que el miedo oscurece e impide ver, por lo que resulta muy difícil encontrar algo en esas condiciones.

¿Qué habría sucedido si no hubiera desarrollado la necesidad por conocer otros lugares, sus culturas y costumbres? Puede que sea un buen momento para remover entre todo aquello que he acumulado, tanto entre los objetos como entre aquellas imágenes de las que me he nutrido durante todos estos años y explorar mi pequeño mapamundi. Tal vez este pequeño gesto o giro me ofrezca la oportunidad de plantearme otra forma de abordar mi rompecabezas y avanzar significativamente. Con este ánimo me planteo esta exposición (MAPAMUNDI) y como en una pequeña aventura, me he puesto manos a la obra.