LAS VIRTUDES CARDINALES

Con información de Manuel Fontán del Junco (20/08/2018)


 

 

La Catedral de Segovia colabora junto con el Museo de Arte Contempóraneo Esteban Vicente en la muestra temática que el artista David Rodríguez Caballero expone en ambos espacios. Esta muestra podrá visitarse hasta el próximo 30 de septiembre en el Museo Esteban Vicente (con el título El pliegue según el pliegue) y en la Capilla del Cristo Yacente de la Catedral de Segovia (con el título Las virtudes cardinales).

Se trata de una exposición temática y retrospectiva de la obra de David Rodríguez Caballero (Dueñas, Palencia, 1970) que recoge, de forma aproximadamente cronológica, una selección de todas las tipologías, procedimientos y series con los que el artista ha experimentado y desarrollado su trabajo, tanto pictórico y escultórico -desde el plano pictórico al "plano desplegado"- desde 1999 hasta la actualidad; presentadas simultáneamente, como hemos dicho, en dos espacios de la ciudad de Segovia: el Museo de Arte Contemporáneo Esteban Vicente y la Catedral de Segovia. La muestra toma como hilo conductor el trabajo continuo de David Rodríguez Caballero con el pliegue, que el artista ha aplicado al acero, al aluminio y antes al papel.

El plegado de papel ha disfrutado y disfruta de una cierta tradición artesanal, artística y pedagógica, de la que los trabajos de Johannes Itten o Josef Albers con los alumnos de la Bauhaus, la papiroflexia y la tradición japonesa del Origami, quizá sean sus referencias más obvias. Este último incluso da nombre a la serie de pliegues en papel vegetal y vinilo con los que David Rodríguez Caballero se inició en el pliegue, y en concreto en el pliegue geométrico. Del pliegue de los origamis nacerá una serie de "pinturas" construidas de tiras de vinilo desechadas adheridas a metacrilato y soportes de plástico. Los vinilos son piezas planas en los que de la pintura apenas si queda el gesto, "pinturas construidas" en la tradición de la "pintura sin pintura", con el recurso de cortar en tiras el material vinílico, pegándolo acumulativamente hasta casi tupir el soporte de cada "pintura".

En 2009, David Rodríguez Caballero comenzó a aplicar la curva y, sobre todo, el ángulo, a los metales, primero en la escala pequeña de las joyas. Su producción en metal respetaba hasta entonces el plano paralelo a la pared, con pequeñas figuras geométricas cuadradas tratadas con óleo, primero sobre la superficie y que finalmente salen del contorno del cuadro como si fueran piezas fugándose de la retícula de un Mondrian. A partir de entonces, los metales perderán su privilegiada relación paralela con la vertical del muro y se internarán también en la vía del pliegue, que domina desde entonces y hasta hoy la obra del artista, tanto en la pequeña como en la gran escala, la escultura para interiores o las piezas de gran envergadura para espacios abiertos.

La exposición muestra también un amplio número de sus dibujos, tanto de aquellos que forman parte de su proceso de trabajo como aquellos que cabe considerar sustantivos, además de cinco grabados muy recientes.

 

 

El concepto de pliegue ha estado siempre presente en la historia del arte, sobre todo desde los análisis del barroco por parte de autores como Wölfflin o d'Ors o -en el ámbito más amplio de la filosofía- Deleuze. Y no resulta difícil poner en relación dos momentos aparentemente tan dispares como la época del barroco y la cultura contemporánea, porque ambos tienen en común precisamente el pliegue continuo, tendencialmente infinito, entre lo real y lo imaginario: si "el pliegue es la acción central de la cultura del Barroco" (Gilles Deleuze), una especie de pliegue digital omnipresente y mediático es la acción central de la cultura contemporánea, que se produce de un modo eminentemente barroco en formas, gestos y contenidos.

La cultura del barroco, empero, era aún una cultura eminentemente religiosa; la nuestra, sin embargo, es secular y profana. En el pliegue de esa diferencia, el artista ha planteado la intervención Las virtudes cardinales en la Catedral de Segovia (el espacio sacro más importante de la ciudad) en paralelo a la exposición El pliegue según el pliegue en el Museo Esteban Vicente (el espacio profano más importante de la ciudad).

Las piezas concebidas por el artista para Las virtudes cardinales en la Catedral se sitúan alrededor de la talla barroca del Cristo Yacente de Gregorio Fernández (siglo XVII), situado en la Capilla que preside y lleva su nombre. David Rodríguez Caballero ha creado cuatro piezas dedicadas a las llamadas "virtudes cardinales" para incidir en los contrastes de esas virtudes, evocadas por piezas abstractas, y la figura del cuerpo del Cristo muerto, trabajando precisamente en el pliegue de una diferencia, que alude, también, a la que existe hoy en nuestras ciudades entre los espacios sacros de la representación, el rito y el culto religioso (las iglesias) y los espacios sacros de la representación, los ritos y la cultura profana (los museos).

La exposición, comisariada por Manuel Fontán del Junco, quiere situar la obra de su protagonista justo "en el pliegue del pliegue" (la expresión es de Pierre Boulez) que existe entre una práctica artística particular como la suya y el carácter primordial del pliegue en nuestra cultura, para presentar la primera como una de las estrategias artísticas más interesantes y eficazmente bellas de nuestra barroca cultura global.

Con la adquisición de la entrada general a la visita turística de la Catedral de Segovia (Marqués del Arco, 1) se podrá acceder al Museo de Arte Contemporáneo Esteban Vicente (Plazuela de las Bellas Artes, s/n) hasta el próximo 30 de septiembre. Únicamente, mostrando el ticket en la entrada del museo. 

 

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