LA SAGRADA CENA DE VENANCIO BLANCO EN SALAMANCA

28/03/2014


 

 

El Palacio de La Salina de Salamanca (Felipe Espino, 1) acoge hasta el próximo 4 de mayo la exhibición de la obra Sagrada Cena del escultor Venancio Blanco (Matilla de los Caños del Río, Salamanca, 1923), quien ha aprovechado para mostrar su deseo de que su tierra natal albergue en un futuro una gran selección de las obras, entre ellas la que nos ocupa, realizadas a lo largo de toda su dilatada trayectoria artística.

La Sagrada Cena es un grupo escultórico en bronce de notables dimensiones y con un peso que se acerca a la tonelada. Fue creado hace una década por Venancio Blanco para contemplarse en el museo religioso que lleva su nombre, inaugurado en 2001 tras haber sido encargado cinco años antes por la Fundación Mapfre. Su autor trató de reflejar la grandeza de la amistad en torno al Mesías.

Uno de los detalles realmente interesantes de la escena es la huida de Judas Iscariote: el espectador puede contemplar cómo, al mismo tiempo que los congregados en la mesa descubren la traición de Judas, éste huye del grupo, avergonzado y sin la bolsa con las monedas en la mano, a diferencia de lo habitual.

 

 

Para la realización de la Sagrada Cena, Venancio Blanco viajó a las ciudades italianas de Florencia y Milán con el propósito de analizar en profundidad los cenáculos renacentistas. Además, contó para su inspiración con otras piezas presentes en Roma o en la Iglesia de San Juan en Alba de Tormes (Salamanca). Antes de ponerse a la gestación definitiva en bronce, el artista salmantino modeló hasta cuatro bocetos diferentes en bronce a la cera perdida y barro, que fueron precedidos por numerosos dibujos para estudiar la composición definitiva.

El Museo Religioso Venancio Blanco, donde por el momento tiene su residencia el conjunto de la Sagrada Cena, se halla ubicado en la capilla del palacete de la finca Monte del Pilar, en el Plantío de Majadahonda (Madrid). El escultor realizó un total de 16 esculturas, todas ellas fundidas en bronce, con la excepción del Cristo Yacente que vuelve a la vida, tallado en madera de pino.

A excepción de la Sagrada Cena y el Calvario, la mayoría de las obras del Museo respondían a temas tratados antes por el artista: la Anunciación, la Virgen con el Niño o Santa Teresa de Jesús, la cual tiene su referente en el monumento a la santa realizado en el año 1976 para Alba de Tormes (Salamanca). Venancio Blanco concibió este curioso espacio museístico como un recinto de meditación, donde el arte y la religión se unen para configurar algo nuevo, algo que la iconografía tradicional no había contemplado antes.

 

 

Fotografías de la Fundación Venancio Blanco y Las Edades del Hombre

 

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