JUAN DE MONTEJO Y EL APOSTOL SANTIAGO EN ALBA DE TORMES
25/07/2025
Esta valiosa representación en pequeño formato de Santiago Apóstol del Museo Carmus de Alba de Tormes (Salamanca), obra del escultor Juan de Montejo, se puede contemplar habitualmente en el camarín del sepulcro de Santa Teresa de Jesús. El pasado año 2024 figuró en la exposición El escultor Juan de Montejo y la Abadía de Medina en el Museo de las Ferias de Medina del Campo (27 de junio - 8 de septiembre de 2024), organizada por la Fundación Museo de las Ferias con la colaboración del Ayuntamiento de Medina del Campo y la Diputación de Valladolid. Juan de Montejo nace en Salamanca en 1555, en el seno de una saga familiar dedicada al arte de la pintura. A finales de la década de 1570 se encontraba trabajando en la diócesis de Zamora, concretamente en la villa de Fuentesáuco y en la propia ciudad de Zamora. Durante la década de 1580 recogió algunos encargos por parte de la vicaría de Toro. La década de 1590 fue la etapa más fructífera de Juan de Montejo. Su amplio taller le permitió atender gran número de encargos e incluso extender su radio de acción a la ciudad de Salamanca, donde se asentó en los últimos años y desde donde recibió encomiendas de las vicarías de Alba de Tormes y Medina del Campo (Valladolid). Muere en Alba de Tormes en 1601. En Alba de Tormes sus encargos más destacados son para el convento de las Madres Carmelitas Descalzas de la Villa Ducal. La fachada de la Basílica de la Anunciación de Nuestra Señora del Carmen, donde se venera el sepulcro de Santa Teresa de Jesús, se debe a sus cinceles, y el sepulcro de Simón Galarza y su mujer, en la misma basílica, es un primor ornamental, demostrativo de su capacidad técnica en el trabajo de la piedra. |
Juan de Montejo redactó su postrimera voluntad el 13 de noviembre de 1601. Estuvo casado con Isabel Vázquez, con la que tuvo tres hijos: Isabel, Juan y José. El segundo siguió los pasos de su padre y trabajó con él en su taller, siendo el encargado de terminar las obras pendientes a la muerte del progenitor. Su vocación religiosa lo llevó a profesar como monje bernardo en el Monasterio de la Santa Espina de Valladolid. Considerado una de figuras más personales e interesantes, pero a la vez de las más desconocidas, de la plástica escultórica del tercer cuarto del siglo XVI en el occidente castellano, Juan de Montejo pudo formarse en el entorno vallisoletano o con algún maestro conocedor del estilo de Juan de Juni, sustrato sobre el que asienta toda su obra. A partir de aquí, su vida transcurre entre las diócesis de Salamanca y Zamora, con algunas incursiones a fines de la década de 1590 en los territorios de la antigua abadía de Medina, por entonces ya integrados en la nueva sede de Valladolid. En Medina del Campo Montejo toma contacto con escultores como Francisco de Rincón, Pedro de la Cuadra, Esteban Jordán... gracias a las grandes empresas del Colegio de los Jesuitas y del Hospital Simón Ruiz. Respecto a Santiago Apóstol, se le representa en actitud de caminar, vestido de peregrino con túnica, esclavina y manto, sin sombrero de ala ancha y portando lo que queda del bordón en su mano derecha. En la izquierda porta un libro que, según los expertos, simboliza la Epístola de Santiago que le fue falsamente atribuida. |
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