LA MARÍA MAGDALENA ESPAÑOLA DEL MUSEO PUSHKIN DE MOSCÚ
22/07/2025
La María Magdalena penitente llegó al Museo Pushkin en 1919 procedente de la colección de A.I. Fedorov, de quien no tenemos información. Solo sabemos que a finales del siglo XIX algunas esculturas aparecen en varias colecciones privadas que después de la Revolución quedaron perdidas. La escultura fue inventariada como obra de autor desconocido del siglo XVII. En la última década del siglo pasado, fue atribuida en el Pushkin al círculo del escultor e imaginero granadino Pedro de Mena (1628-1688), autor de una famosa obra sobre el tema, punto de referencia en el desarrollo de la escultura barroca española, que fue diseñada para la casa de los jesuitas en Madrid y hoy se conserva en el Museo Nacional de Escultura (Valladolid). La Magdalena del Pushkin toma de la anterior detalles como el rostro cansado que aún conserva rasgos de belleza, el cuerpo y las piernas cubiertos hasta los tobillos con un vestido que simula estar tejido con hojas de palma, la postura contemplativa hacia el crucifijo que sujeta y el cabello suelto, que parece mojado y pesado y cae en mechones. No obstante, la talla del Pushkin se caracteriza por una cabeza más pequeña y por los potentes músculos del antebrazo. Es posible que, siguiendo la tradición, la interpretación del cuerpo cansado a causa de los ayunos y las oraciones muestre una musculatura potente. Donatello, en su versión de la Magdalena, trabaja mucho los músculos para que parezcan tensos. De esta forma, el maestro desconocido, en su deseo de encarnar los músculos de debajo de la piel, hizo que el cuerpo parezca muy masculino. El gesto tampoco lo encontramos en Mena. María Magdalena sostiene el crucifijo con las dos manos, moviéndolas un poco hacia la derecha. Tiene la cabeza agachada y parece como si la volviese a la izquierda, fijando su mirada en el crucifijo, ahora perdido. Su vestido es un poco más corto que el de la Magdalena de Mena. Expresivo parece el desgaste del vestido en las rodillas. Si en otras esculturas españolas el énfasis se ponía en el paso del pie izquierdo, en nuestro caso la santa está parada, coincidiendo más en esto, así como en la base que imita con el grabado un bloque hecho de madera, con la Magdalena de Donatello de los años 1454-1455. Para la producción de la escultura, según los estudios visuales, se usó madera de coníferas, probablemente pino, que era característico de España desde el Medievo. Las manos fueron talladas en haya. Los ojos fueron hechos de vidrio pintado. La pintura del cabello fue renovada en varias ocasiones, quedando las capas más antiguas de color marrón. La presencia de residuos de oro nos hace pensar que el cabello fue dorado. Por su naturaleza y el carácter de la policromía, por la mirada ausente y una postura algo restringida, podríamos suponer que la Magdalena del Pushkin se trata de una obra de la primera mitad del siglo XVII, quizás de origen castellano. Pero eso es solo una suposición. Es necesario hacer más estudios. Por último, la María Magdalena de Moscú, de tamaño inferior del natural, está hecha con el mismo cuidado en todas sus partes, lo que no excluye su función como una estatua exenta. No sabemos si pudieron ser usadas estatuas de tamaño pequeño en los pasos, porque solo encontramos menciones de esculturas de estatura humana. |
FUENTES MORÓZOVA, Svetlana. "Dos esculturas españolas en Moscú: nuevos estudios", artículo publicado en Temas y formas hispánicas: arte, cultura y sociedad, Grupo de Investigación Siglo de Oro (GRISO), Pamplona, Ediciones de la Universidad de Navarra, 2015, pp. 280 y 283-286. |
www.lahornacina.com