EL DUOMO DE PISA

Fotografías de Anna M. Segarra y Robert de Pablos (27/07/2007)


 

El conjunto catedralicio de la ciudad italiana de Pisa está formado por la famosa torre inclinada o Campanile, el Baptisterio, el Camposanto y el Duomo dedicado a Santa María o Catedral propiamente dicha. Todo ello se ubica en el llamado Campo Dei Miracoli, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1987. La popularidad de la torre, ladeada a causa de un corrimiento del suelo, ha eclipsado el resto de los edificios, de similar interés, de ahí que nosotros vayamos a centrarnos en el análisis artístico del Duomo, cuyo estilo, al igual que los restantes inmuebles pisanos, supone una fusión de elementos bizantinos y paleocristianos. 

 

 

El Duomo de Pisa, de planta de cruz latina, es uno de los edificios románicos más grandes de Italia. Su estructura, diseñada e iniciada en 1063 por Buscheto -cuyos restos descansan en el templo- y concluida en torno a 1120-1180, consta de cinco naves con tribuna, transepto con colaterales y cúpula octogonal en el crucero. La singular fachada, recubierta con mármol blanco y abierta por una serie de galerías superpuestas, es obra de Rainaldo, continuador del proyecto tras la muerte de Buscheto que apenas introdujo modificaciones en los planos originales de su antecesor, si bien la disposición actual puede corresponder al siglo XIII, con materiales de la primitiva del siglo XII.

Su interior se encuentra muy iluminado por numerosos ventanales, a diferencia de la penumbra que caracteriza las catedrales románicas de Francia o España. Parcialmente reconstruido tras el pavoroso incendio de 1595, destacan del mismo la rica decoración a base de mármoles de colores, el mosaico del Pantocrator flanqueado por la Virgen y San Juan que preside el ábside -realizado en 1302 y atribuido al taller de Cimabue, autor directo del Evangelista-, el artesonado de madera del siglo XVI y los arcos apuntados de inspiración islámica. También debemos mencionar las monumentales puertas de bronce, concluidas en 1180, a través de las cuales se accede al templo.

 

 

Mención especial merece el púlpito, obra de Giovanni Pisano (1303-1310) que fue desmontado en 1626 con motivo de la primera gran restauración del edificio a causa del incendio y no fue vuelto a recomponer hasta 1926, aunque de forma distinta a la primitiva. De planta circular e influenciado por el gótico francés, se halla decorado con figuras de bulto redondo y abigarrados relieves que ilustran con gran dramatismo escenas del Nuevo Testamento.

 

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