LAZOS DE SANGRE (XIII)

Con información y fotografías de Pedro Ayala Martínez (12/01/2017)


 

 

 

El pasado martes 10 de enero, siguiendo con el ciclo de actividades culturales, en la exposición Lazos de Sangre, organizada por la popular Cofradía de la Sangre (Los Coloraos), se presentó como Pieza Invitada para este mes de enero una Virgen gótica del siglo XV de autor anónimo y colección particular.

La presentación de la obra fue llevada a cabo por Javier Bernal, director del Museo de Bellas de Murcia (MUBAM), el cual explicó a los asistentes al acto la evolución de la escultura del periodo Románico al Gótico, tanto en España como en el continente europeo.

Bernal no descarta la posibilidad de que esta imagen mariana sea más antigua de lo que parece, pudiendo fecharse a finales del siglo XIII o principios del XIV. La repolicromía de la talla podría dar lugar al equívoco.

 

 

 

A diferencia de las tallas románicas, esta Virgen con el Niño se encuentra de pie; si bien, y por ello Javier Bernal cree que podría ser más antigua, aún no existe comunicación entre la Madre y el Hijo, uno de los muchos rasgos que diferencia el Románico del Gótico. María todavía muestra la mirada perdida, observando al espectador; al igual que el Niño, que tampoco interactúa con la Señora y se encuentra ligeramente inclinado sobre su brazo izquierdo, mientras sujeta un pájaro que le picotea ligeramente un dedo, símbolo muy representado en el arte medieval y que significa la futura Resurrección de Cristo.

La Virgen Blanca de la catedral de Toledo, talla de alabastro policromado en blanco, podría ser coetánea de la pieza invitada; si bien la pieza expuesta en Lazos de Sangre -de madera policromada en dicho color y estofada con flores en oro y azul- se diferencia tanto en los rasgos más arcaicos como en la carencia de movimiento.

Como hemos apuntado antes, no existen pruebas que confirmen si el color blanco de la figura es el original o una repolicromía de siglos posteriores, adaptándola a la moda y quizás inspirándose en el color de la toledana para configurarla a su actual estado. Ambas tienen en común los cabellos dorados de las figuras.

La Virgen murciana no posee corona mural en la pieza, como la toledana, sino que lleva como presea una corona de plata del siglo XIX. El Niño Jesús se toca con otra de plata y piedras semipreciosas del XVIII.

 

 

Llama la atención la mano derecha de la Virgen, la cual se encuentra en posición recta hacia el suelo; siendo este rasgo no un capricho del escultor, sino una representación que varios escultores ejecutarían en el gótico. El Metropolitano Museo de Arte (MET) de Nueva York, por ejemplo, exhibe entre sus colecciones una Virgen con el Niño de mediados del siglo XIV, de origen francés, con la misma postura de la mano; si bien existen otros ejemplares repartidos por la península Ibérica y Francia con este rasgo tan peculiar.

Del mismo modo, los ojos, tanto de la Virgen como los del Niño, son de azabache incrustado. Quizás en origen fueran pintados en la misma madera, y con el tiempo, para darle más naturalidad a la pieza, decidieron modificárselos, lo cual podría servir de referencia para situar el origen de la talla en el Camino de Santiago, donde en la Edad Media se realizaron tanto tallas como objetos para el culto religioso en azabache.

 

 

 

La pieza invitada podrá ser visitada hasta el próximo 7 de febrero, en horario de martes a sábado de 10:00 a 13:30 y de 17:00 a 20:00 horas, y los domingos de 10:00 a 13:30 horas. En los Bajos del Martillo, situado en la Glorieta de España de Murcia, justo con el resto de obra del patrimonio de la Archicofradía de la Sangre.

 

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