En el año 2005, a raíz de una publicación titulada Manuel Rivero González. Los encargos artísticos de un mercader andaluz del siglo XVIII, el Catedrático de Historia del Arte Alfonso Pleguezuelo Hernández, identificó dos imágenes sacras de escultores valencianos en la localidad onubense de Ayamonte: la Virgen de la Esperanza, obra de José Esteve y Bonet (1774), y un San Antonio de Padua labrado por Blas Molner Zamora (1767), artista afincado en Sevilla. La policromía de este último corrió a cargo del afamado pintor Juan de Espinal.

La Virgen de la Esperanza, aunque muy remodelada por José Vázquez Sánchez, se conserva; no así el San Antonio de Padua de Blas Molner, que fue reemplazado por una talla del ayamontino Antonio León Ortega, inspirada en el San Antonio existente en la Capilla del sevillano Palacio de San Telmo. A modo de curiosidad, podemos comentar que la imagen de León Ortega, labrada en 1945, ha sido confundida con la de Molner en varias publicaciones y exposiciones, caso de la edición de Andalucía Barroca celebrada hace poco en la capital onubense.

Recientemente, el investigador cofrade José María Escudero Marchante, en el boletín que edita el Consejo de Hermandades y Cofradías de Sevilla, ha asignado con gran acierto a Blas Molner otra imagen que recibe culto en tierras onubenses: el Cristo de las Tres Caídas de Valverde del Camino. Para ello, se basa en el extraordinario parecido que guarda con un San Juan Nepomuceno que Molner talló en 1792 para Lucena (Córdoba).

También atribuye Escudero Marchante al valenciano otra imagen de Jesús Caído venerada en el municipio cordobés de Aguilar de la Frontera, cuya conexión con el simulacro valverdeño sobre el mismo tema ya pusimos de manifiesto en La Hornacina el 3 de noviembre del año 2007, tras un detenido estudio de la figura durante su última restauración por el escultor e imaginero cordobés Antonio Bernal Redondo, y a raíz de una serie compuesta por dos entregas sobre la estatuaria sacra de la localidad de Valverde del Camino (Huelva).