LAS OBRAS DE JUAN DE ÁVALOS EN EL CEMENTERIO DE MÉRIDA

Moisés Bazán (30/10/2025)


 

 

El cementerio de Mérida sigue un proyecto del arquitecto provincial Manuel Villar de 1863. Se inauguró en 1868, cubriendo todos los servicios. Concebido inicialmente con dos sectores, ha tenido diversas ampliaciones.

Una figura relevante protagoniza el ámbito escultórico. Juan de Ávalos (Mérida, Badajoz, 1911 - Madrid, 2006) es un autor suficientemente conocido. Alcanzó una gran proyección nacional e internacional en la segunda mitad del siglo XX, tocando todos los temas propios de la figuración académica, con un estilo clasicista tendente a la estilización. Fue pródigo en el género funerario, siendo el mausoleo de los Amantes de Teruel su propuesta más difundida.

Pero sin duda la empresa que le da a conocer es la intervención escultórica en el Valle de los Caídos, que asume una triple condición: conmemorativa, religiosa y funeraria. Precisamente el Valle está en el origen de la obra que nos ocupa. Sobre la puerta de acceso a la cripta se alza una gigantesca Piedad pétrea, resultado final de diversas tentativas. Una primera versión triangular labrada no acabó de funcionar por su escala, y tras su rechazo el artista diseñó otras cuatro opciones horizontales con ligeras variantes. Entre ellas se eligió una más conveniente, si bien la posición elevada de los brazos de la Virgen proyectaba sombras y no resultaba del todo adecuada para un emplazamiento a gran altura. Por ello se modificó su postura y en la ejecución final María sostiene la mano y la cabeza de Jesús.

Pero al ser los modelos propiedad del artista, Ávalos pudo recuperar su anterior versión para asignarla a este destino emeritense. En 1953 esculpió el grupo en piedra de Escobedo y a principios de 1954 quedó instalado sobre la tumba de sus padres (familia Ávalos García-Taborda), donde él también sería enterrado (imagen superior). Esta ubicación no solo permite valorar la variedad de texturas entre carnaciones y telas; también el equilibrio del conjunto en armonía con su arquitectura, que ante un fondo de cipreses destaca en la calle principal.

Aún cabe citar otro diseño de Ávalos en el camposanto emeritense. En la tumba Pirrongelli-Crollo se alza una reproducción con pátina dorada de la Virgen de la Soledad tallada por el artista en 1975 para un efectista paso de la Semana Santa malagueña. Es un ejemplo de traslación religioso-funeraria.

 

 

FUENTES

BAZÁN DE HUERTA, Moisés. "Escultura funeraria contemporánea en Extremadura", en Arte, Individuo y Sociedad, vol. 37, n º 3, Madrid, Servicio de Publicaciones de la Universidad Complutense, pp. 658-659.

 

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