IMPORTANTE HALLAZGO EN EL MUSEO CERRALBO DE MADRID

27/03/2013


 

 

El Museo Cerralbo y la prestigiosa revista Ars Magazine han presentado hoy a los medios un importantísimo hallazgo en la colección del Museo. Se trata del friso utilizado para cubrir el pedestal del monumento funerario erigido en el año 1819 para las exequias reales de la reina Isabel de Braganza, segunda esposa de Fernando VII. Se trata de una sarga creada con un total de 24 metros de pintura de grisalla sobre tafetán de estilo neoclásico en la que medio centenar de figuras alegóricas escenifican el duelo por la reina difunta.

Esta pieza única del arte español, obra de Zacarías González Velázquez, supone una rara muestra de lo que se conoce como "arte efímero" y se creía que había sido destruida. Hablamos de una creación textil confeccionada para el cenotafio (monumento funerario que no guarda el cadáver de la persona) de Isabel de Braganza, segunda esposa del monarca y promotora de la creación del Museo Nacional del Prado de Madrid. Sus exequias reales tuvieron lugar en la iglesia madrileña de San Francisco el Grande. El estado de la tela es estable a pesar de su fragilidad y se encuentra en buen estado. La pintura se realizó mediante la técnica conocida como "aguazo", una especie de acuarela sobre un posible soporte de cal para el tratamiento del tafetán.

Isabel de Braganza murió el 26 de diciembre del año 1818 a los 21 años de edad, cuando se disponía a tener a su segundo vástago tras el fallecimiento prematuro de la infanta María Luisa Isabel. Su cuerpo fue trasladado al Panteón de los Infantes de San Lorenzo de El Escorial y se organizó en la Corte un despliegue organizativo para celebrar sus exequias, que se llevaron a cabo los días 1 y 2 de marzo. Para la ceremonia se concibió un complejo artístico entorno a un monumento con forma de obelisco, en cuya fabricación intervinieron escultores -José Ginés, Valeriano Salvatierra, Esteban de Ágreda, Francisco Elías, Ignacio García y Pedro Hermoso-, el arquitecto Custodio Teodoro Moreno, el poeta Juan Bautista Arriaza, así como pintores, tallistas, carpinteros, doradores y tapiceros, entre otros. La decoración del pedestal del conjunto fue encargada al pintor Zacarías González Vázquez, que creó la sarga aparecida en el Museo Cerralbo de Madrid.

 

 

Cómo llegó al Museo Cerralbo es todavía una incógnita aunque hay constancia de su presencia en sus colecciones, ya que fue catalogada en el año 1924 cuando el Marqués de Cerralbo legó su casa y colecciones al Estado español. Hasta los años 40 del pasado siglo XX la pieza permaneció colgada en la tercera planta del edificio para después ser almacenada hasta la actualidad. La presencia de una fotografía de esta sarga en la web del museo despertó el interés del historiador del arte Alejandro Martínez, que inició las investigaciones que han llevado a su identificación definitiva, estudio que publica Ars Magazine.

El catafalco construido para Isabel de Braganza fue reutilizado días después (a finales de marzo del año 1819) para las ceremonias en memoria de Carlos IV y María Luisa de Parma, fallecidos en Roma en enero de ese año, y después desmantelado. Varias de las esculturas, candelabros y adornos se almacenaron en el Palacio Real y en el Casón del Buen Retiro, por lo que diez años después se volvieron a usar en los funerales de la tercera esposa de Fernando VII, María Amalia de Saboya. Desde entonces, ha explicado Alejandro Martínez, no se volvió a tener noticias de la pieza textil y se pensó que había sido destruida. Sólo se disponía de una descripción impresa del monumento en la que se recoge las alegorías que representaba la sarga.

La pieza acerca al concepto neoclásico de la muerte y representa los valores morales y sociales del Estado y la monarquía en esa época. El duelo, el ingenio, la poesía, la agricultura y la medicina ensalzan las virtudes de la soberana fallecida junto a otros valores del Estado como lo militar, la historia y la representación de las provincias españolas. Destaca también la alegoría de la lactancia materna, que representa el papel de Isabel de Braganza como madre y como reina. Entre las hipótesis de cómo llegó al Marqués de Cerralbo, además de que lo adquiriera como hizo con muchas de las piezas que integran su Museo, sus responsables barajan también la posibilidad de que lo heredara de su tío abuelo, persona próxima a la reina Isabel II. Ahora comienza la labor de restauración de esta pieza que ya ha sido adaptada a un nuevo soporte para su correcta conservación.

 

 

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