La muestra Homo Artis reúne 20 maniquíes artísticamente manipulados que han ocupado diversos espacios de Colmenar Viejo (Madrid) sin que ninguno de sus habitantes pudiera dar una explicación sobre su procedencia y el motivo de su presencia en la localidad.

La perplejidad con la que fueron recibidos los maniquíes no fue óbice para que los curiosos apreciaran la gran calidad artística de cada una de las figuras, así como la enorme creatividad que han demostrado sus autores. Ninguno dejó indiferente: uno simulaba granito con espejos incrustados; otro estaba recubierto de cemento; otro con mariposas en el pecho; otro con placas electrónicas en su interior y pequeños individuos trepando por sus entrañas; otro forrado de periódicos; otro tatuado con poemas, dichos y mensajes sobre monumentos, calles e imágenes de Colmenar Viejo; otro con una bombilla en la cabeza; cerca de ellos, una peculiar bailarina; alrededor, un caballero de madera; otro representaba un curioso personaje de rayas con un reloj en el abdomen; otro más chapado en hierro; y el preferido por muchos niños: una figura-cómic, y así hasta completar la veintena de obras.

Entre las figuras que componen Homo Artis, que desde el pasado 18 de mayo puede verse en el Centro Cultural Pablo Ruiz Picasso del municipio madrileño, hay multitud de tendencias plásticas: arte-pop, expresionismo, decorativismo... Incluso un par de ellos son verdaderas piezas escultóricas.

La Concejalía de Cultura de Colmenar Viejo gestó Homo Artis hace unos meses sobre una idea básica: reunir a un grupo de artistas plásticos locales alrededor de un proyecto compartido, en el que cada uno de ellos plasmara en un maniquí sus peculiaridades y su personal visión sobre la propuesta en cuestión.