UN SALZILLO EN LA SUBASTA DE SEPTIEMBRE DE LA CASA MADRILEÑA SEGRE
24/08/2025
Pese a que la casa madrileña de subastas la cataloga como una Virgen con el Niño sin advocación específica, obra del círculo del escultor e imaginero sevillano Benito de Hita y Castillo (1714-1784), no cabe duda que estamos ante una representación de la Virgen del Carmen realizada en el taller del artista murciano Francisco Salzillo (1707-1783). Ambos autores son barrocos y desarrollaron su trayectoria en el siglo XVIII, si bien Hita fue uno de los pilares del arte sacro en el antiguo reino de Sevilla durante el setecientos a través de una formación roldanesca que, con el tiempo, evolucionó hacia unas formas inspiradas en Pedro Duque Cornejo; mientras que Salzillo, considerado por muchos el mejor imaginero español del XVIII, desarrolló su labor principalmente en Murcia y las localidades de su entorno a través de un estilo cuyo precedente se halla en la zona de Nápoles, de donde era originario su padre, el también escultor Nicolás Salzillo. Según informa Segre, que subastará la pieza el próximo 17 de septiembre (precio de salida: 3800 euros), estamos ante una escultura de madera tallada, policromada, dorada y estofada, de pequeño formato (75 cm de altura). Son de plata la corona de la Virgen y las sandalias del Niño Jesús, y los ojos de cristal. En principio, podríamos considerar esta imagen, de la que solo conocemos esta documentación fotográfica, como obra de taller, con intervención de varias manos como era habitual en el desarrollo de las diferentes técnicas de policromía, dorado o estofado en el taller; si bien, en este caso, ello podría comprender también la labor escultórica, destacando especialmente la imagen del Niño, que por sus calidades pudiera ser obra del propio maestro Francisco. De hecho, la figura infantil presenta notables semejanzas, tanto fisonómicas como compositivas, con el Niño de la monumental imagen homónima que conservan las carmelitas de Orihuela, representada dirigiéndose a las ánimas del Purgatorio para entregarles el escapulario, atributo perdido como el de la Madre. También pudieron llevar cetro. En ambos casos Jesús aparece desnudo y María, que viste el hábito carmelita, rodea con su brazo el cuerpo del Hijo, representado con la corrección anatómica y el rostro candoroso propios del escultor. El trono de nubes con cabezas aladas de serafines también es común en las advocaciones marianas de Salzillo. |
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